Del WSJ

 EL ATAQUE DE IRAN ES UN ESPECTACULO DE DEBILIDAD

TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski

La iniciativa se ha desplazado hacia los israelíes, quienes necesitan una respuesta calibrada para restaurar la disuasión.

Por Kenneth F. McKenzie Jr.

Abril 14, 2024

Durante el fin de semana Irán lanzó un ataque con misiles balísticos, drones y misiles cruceros contra Israel desde su propio suelo. El ataque fue realizado sin subterfugios y a una escala mucho más allá de cualquiera que lo precediera. El ataque fue indiscriminado en atacar y fue diseñado para causar víctimas. No obstante las protestas tardías iraníes, esta fue una "campaña máxima." La respuesta israelí, asistida por Estados Unidos, Reino Unido y naciones en la región, fue en gran medida exitosa. Irán ha demostrado que está dispuesto a hacer cualquier cosa para promover su campaña contra la existencia de Israel. 

Hay algo de historia aquí. El 14 de septiembre del 2019, drones lanzados desde bases en el occidente de Irán atacaron refinerías petroleras operadas por la saudí Aramco en Abqaiq y Khurais, Arabia Saudita. El daño a la producción de petróleo mundial fue significativo. Los iraníes negaron la culpabilidad, y los perfiles que usaron sus drones facilitaron evitar la realidad de un ataque entre estados. El 8 de enero del 2020, misiles balísticos iraníes, también lanzados desde bases en el occidente de Irán, atacaron la base aérea Al Asad en Irak. Esto fue una respuesta al ataque del 3 de enero que mató al General Qassem Soleimani en Bagdad. Ninguna tropa estadounidense en la base resultó muerta, y fueron evitadas las víctimas graves sólo porque los comandantes en el terreno anticiparon el ataque y reposicionaron las fuerzas de forma acorde. Irán se atribuyó la responsabilidad por este ataque. Ambos ataques parecieron representar una gran escalada, un cruce del Rubicón hacia el territorio de los ataques atribuibles entre estados.

¿Por qué Irán ha emprendido ahora lo que sólo puede ser descripto como un ataque desesperado—uno que expuso las debilidades de sus tan promocionados misiles y drones? La razón es clara. Durante los últimos meses, Israel e Irán se han involucrado en un "dialogo de objetivos" de bajo nivel. Los ataques israelíes han sacado de juego objetivos iraníes en Siria, Líbano y, ocasionalmente, en el propio Irán. La respuesta de Irán ha sido torpe. En la guerra en las sombras, Israel ha superado a Irán.

El ataque aéreo israelí del 1º de abril contra los planificadores iraníes en Damasco fue la culminación del bochorno de Teherán. Tomando una página de la doctrina estratégica rusa, los iraníes trataron de escalar para desescalar, emprendiendo una acción muy agresiva para levantar las apuestas drásticamente. La intención es intimidar al oponente para que cambie su comportamiento convenciéndolo que está en riesgo elevado. La clave para este tipo de táctica es la influencia real—una capacidad genuina que pone al oponente en grave riesgo.

Eso no ha sucedido, porque es evidente que los iraníes están jugando una mano débil. Durante años la fuerza de misiles balísticos, drones y misiles crucero ha estado en el centro de la disuasión estratégica de Irán—más importante en términos prácticos que su programa nuclear. El ataque el domingo a la mañana fue ejecutado pobremente y un error de cálculo estratégico. La vulnerabilidad de la fuerza de Irán ha quedado expuesta, y el régimen está gravemente debilitado como resultado. Israel ha sido fortalecida por una asombrosa exhibición de competencia militar, un contraste asombroso con lo visto el 7 de octubre.

Otro factor es que la participación del Hezbollah libanés fue mínima, limitada al lanzamiento táctico de cohetes hacia los Altos del Golán. Esto es de enorme importancia estratégica. El escenario que más temían los planificadores israelíes era el ataque con misiles y drones de "doble eje," en el cual miles de misiles desde Líbano se unían a los atacantes de Irán. El Hezbollah libanés está tan dedicado como Irán a la destrucción de Israel, pero se da cuenta de la capacidad de Israel para herirlo gravemente si entra a la disputa. Hasta ahora Hezbollah ha elegido mantenerse al margen. Eso hizo del ataque iraní un problema manejable para los defensores israelíes.

Para Estados Unidos, la defensa exitosa de Israel valida años de trabajo para crear una defensa integrada aérea y de misiles, un esfuerzo que reunió a muchas naciones que reconocen la amenaza de Irán. También reivindica la decisión de mover a Israel del Comando Europeo al Comando Central, el cual cubre al resto de la región. La coordinación sin fisuras y apoyo mutuo que esto permitió fue evidente bajo circunstancias demandantes.

La prioridad estratégica primordial de Irán es proteger al régimen teocrático. Fundamental para esto fue una fuerza convencional de misiles y drones que podría superar en fuerza a sus vecinos. Este fracaso sacude la estabilidad del régimen. Al conducir este último ataque, ha arrojado el último cheque sobre sus ambiciones. Irán atacará a cualquier nación regional en cualquier parte, sin fingir o negar. La desventaja para los objetivos de Irán es que una vez que una nación ha conducido un ataque de esta naturaleza, es políticamente más fácil hacerlo nuevamente.

¿Qué sigue? La iniciativa ha cambiado hacia los israelíes. La brecha entre la competencia israelí y las aspiraciones iraníes es clara, incluso para los iraníes, a pesar de sus intentos por poner una cara valiente sobre su fracaso. Los vecinos de Israel ciertamente verán la efectividad de su defensa. Israel podría descargar un contraataque violento y decisivo contra Irán. 

Algunos están pidiendo que Israel destruya la empresa nuclear iraní. Ahora no es el momento para eso. Lo que se necesita es una respuesta calibrada a una escala que refuerce el dominio técnico israelí. Eso reiniciaría la disuasión. Los observadores informados, sean cuales sean sus simpatías, todos saben quien ganó esta batalla. La parte difícil, como siempre, es traducir el éxito en el campo de batalla en ventaja política duradera y una oportunidad para la paz. Esa es la tarea para Israel.

El Gen. McKenzie, un general retirado de los marines de Estados Unidos, se desempeñó como comandante del Comando Central de EE.UU. entre los años 2019 y 2022. El es el director ejecutivo del Instituto en Seguridad Global y Nacional en la Universidad del Sur de Florida.