jueves, 26 de diciembre de 2024

DEL WSJ

 LOS REBELDES DE SIRIA TIENEN EL CONTROL DEL PAIS. ¿AHORA QUE?

El nuevo gobierno liderado por los islámicos promete moderación, pero los funcionarios no se están comprometiendo en cuestiones tales como derechos de las mujeres o elecciones libres.

Por Jared Malsin
Diciembre 23, 2024

traducido por Marcela Lubczanski
DAMASCO, Siria—El victorioso líder islamista rebelde Ahmed al-Sharaa pasa sus días en conferencia con asesores y reunido con una serie de visitantes—diplomáticos estadounidenses y líderes de Turquía, Jordania, Catar y sectas religiosas de Siria.
Todos ellos quieren saber lo mismo: ¿Cómo planea Sharaa gobernar la nación golpeada por la guerra de 23 millones de personas?
Sharaa, un combatiente guerrillero que lideró la campaña que derrocó al régimen de Bashar al-Assad, está buscando una respuesta. Hasta ahora, el hombre designado terrorista por EE.UU. se ha quitado el nombre de guerra de Abu Mohammed al-Jawlani, el que atrajo la atención del mundo, y cambió los trajes militares por un traje.
Sharaa luchó con al Qaeda en Irak como un yihadista contra EE.UU. y, en los últimos años, ha buscado reproyectarse como una figura más moderada, promoviendo una rama pragmática de la política islámica. El ahora aconseja paciencia.
“La gente tiene grandes ambiciones, pero hoy debemos pensar de forma realista," dijo a los periodistas después de la rápida victoria de los rebeldes. "Siria tiene muchos problemas, y no serán resueltos con una varita mágica.”
El grupo rebelde de Sharaa, el cual por años había estado dirigiendo una pequeña franja del noroeste de Siria, ahora controla la cosmopolita Damasco y gobierna sobre millones de sirios, incluidos alauitas, cristianos y kurdos. En Alepo, la primera ciudad reclamada en la ofensiva reciente, el grupo dejó intactas las iglesias y prometió gobernar inclusivamente.
Sharaa, los líderes de su Hayat Tahrir al-Sham, HTS, tanto como los grupos de la resistencia aliados, enfrentan decisiones que abren la puerta a la reconstrucción pacífica después de más de una década de guerra civil o nuevas rondas de lucha sectaria alimentada por la intromisión de potencias extranjeras.
El desafío inmediato del líder rebelde es mantener el orden y los servicios gubernamentales. Su grupo, HTS, había administrado esencialmente una sola ciudad en un enclave retenido por los rebeldes de cinco millones de personas. Gobernar el país entero es una tarea difícil. Alrededor de 25,000 combatientes están extendidos a lo largo de las ciudades más grandes de Siria, y las autoridades civiles también están estiradas delgadas.
Mohamed Khaled, miembro de la oficina de asuntos políticos del HTS, describió en un informe a periodistas la lista de cosas que tiene para hacer el grupo: Fusionar a los grupos rebeldes dentro de un ejército nacional, traer de regreso a los refugiados sirios, redactar una constitución y equipar los ministerios de gobierno.
Khaled dijo que él y Sharaa preven una transición de un año para preparar el marco para un nuevo gobierno. Cuestiones sociales candentes tales como los códigos de vestimenta de las mujeres, el trato a la gente LGBT y el consumo de alcohol serán discutidas, dijeron, y las elecciones tendrán que esperar.
Más generalmente, el curso de Siria determinará la influencia de Rusia, que tiene bases militares en el país que sirven como su punto de apoyo en el Medio Oriente, e Irán, el cual envió fuerzas milicianas para respaldar al régimen de Assad y ha usado durante mucho tiempo a Siria como un escenario para ejercer poder regional.
Las milicias kurdas respaldadas por Estados Unidos todavía controlan aproximadamente un tercio del territorio sirio en el nordeste, pero están bajo creciente presión por parte de Turquía, el que está en gran medida alineado con el nuevo gobierno liderado por los islámicos en Damasco.
En el sur, Israel envió tropas dentro de una zona de contención cerca de los Altos del Golán y capturó el terreno alto que domina el acceso a Damasco. Sharaa ha buscado evitar la fricción con Israel, incluso después de los ataques aéreos pesados de Israel.
Barbara Leaf, una asistente del Secretario de Estado de EE.UU. que se reunió con Sharaa el viernes, dijo que ella escuchó “algunas declaraciones muy pragmáticas y moderadas en varias cuestiones desde derechos de las mujeres a protección de derechos iguales para todas las comunidades."
“Fue una buena primera reunión,” dijo Leaf. “Juzgaremos por los hechos, no sólo por las palabras.“
“Al final ellos son pragmáticos, son utilitarios, son políticos, son incomparables con el régimen en térmnos de sus políticas," dijo Dareen Khalifa, un alto asesor en el International Crisis Group, quien ha entrevistado muchas veces a Sharaa. “Pero son islámicos conservadores."
Algunos funcionarios y analistas occidentales abogan por la remoción de la designación del grupo como organización designada terrorista por Estados Unidos. Robert Ford, un ex embajador de EE.UU. que inicialmente presionó por agregar a Sharaa a la lista terrorista, ha dicho que ellos probablemente ya no califican más.
“Basado en lo que ellos hacen ahora sería difícil escribir una justificación colocándolos en la lista de Organizaciones Terroristas Extranjeras," dijo, destacando que los combatientes del grupo lucharon y murieron en batalla contra el Estado Islámico y durante años permitieron que una organización de caridad médica con base en Estados Unidos dirigiera un hospital en Idlib. 
“No pienso que ellos tengan un plan detallado aun," dijo Ford, el ex embajador estadounidense ante Siria. "Pienso, en parte, que ellos lo están armando sobre la marcha."
Rompiendo
Sharaa, quien nació en 1982 en Arabia Saudita, creció en Damasco. Pasó cinco años en un campamento de prisioneros en Irak después de crecer a través de las filas de al Qaeda en Irak en una época en que el grupo terrorista lanzó ataques contra las fuerzas estadounidenses y los civiles chiíes.
En el 2011, Abu Bakr al-Baghdadi, el líder de al Qaeda en Irak, envió a  Sharaa a Siria para formar un grupo local después que empezó la revuelta contra Assad. El nombre de guerra de Sharaa, Jawlani, que significa alguien del Golán, se refiere a los orígenes de su familia en los Altos del Golán. Su abuelo fue desplazado durante la captura del territorio por parte de Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967.
Sharaa se volvió popular con los éxitos militares contra el régimen de Assad y los servicios sociales proporcionados por su grupo, de acuerdo con Aaron Zelin, un analista en seguridad en el Washington Institute for Near Eastern Affairs, y su libro sobre el HTS.
Baghdadi empezó a desconfiar de Sharaa, quien se negaba a cumplir las órdenes de eliminar a los activistas de la oposición y grupos rivales rebeldes. 
Cuando Baghdadi declaró la creación del Estado Islámico en el 2013, Sharaa se separó y renovó su lealtad a al Qaeda. El líder de al Qaeda, Ayman al-Zawahari, le garantizó autonomía. Sharaa más tarde lo describió como un matrimonio por conveniencia.
Sharaa cortó los vínculos con al Qaeda en el 2016 y se propuso unificarse con otros grupos rebeldes. El hizo a un lado la yihad transnacional defendida por al Qaeda y el Estado Islámico y dijo que su objetivo era derrocar al régimen de Assad, librar a Siria de la influencia rusa e iraní y permitir el retorno de los sirios desplazados. 
Durante la década de guerra que siguió a la revolución de Siria del 2011, el régimen de Assad respaldado por la fuerza aérea rusa y combatientes aliados de Irán empujaron al HTS y otros rebeldes hacia un enclave montañoso del noroeste de Siria centrado en la ciudad de Idlib. 
Idlib era conocida como una de las ciudades más conservadoras del país antes de la guerra y se llenó con una afluencia de un estimado de dos millones de personas desplazadas por la guerra de otras partes de Siria. La ciudad se volvió un pequeño estado dirigido por los rebeldes gobernado por la ley islámica. Casi todas las mujeres llevaban el pelo cubierto, y el HTS no permitía ninguna oposición a su gobierno.
El grupo rebelde estableció un gobierno liderado por los islámicos con tribunales y un sistema escolar en Idlib, lanzó una campaña para aplastar al Estado Islámico y abrió la región a las ONGs extranjeras. Durante años, el HTS ha tratado de distanciarse de sus ex aliados en el mundo del extremismo violento y prohibió los ataques en el exterior. 
Sharaa y sus lugartenientes, ahora a cargo, dicen que tienen que respetar la diversidad de Siria.
“La gente tiene diferentes culturas,” dijo la semana pasada Khaled, el funcionario de la oficina de asuntos políticos. Al mismo tiempo, dijo él, "la identidad de Siria es siria, y la mayoría de su población es musulmana."
No hay elecciones
Después que Assad escapó de Damasco el 8 de diciembre, Sharaa y el HTS mudaron mucha de su administración desde Idlib. “He traído conmigo instituciones completas,” incluidas fuerzas armadas, ministros y planes para un sistema de educación," dijo Sharaa a los periodistas.
Los coches de policía llevando el logo del Gobierno de Salvación liderado por los islámicos entraron después que huyeron los servicios de seguridad de Assad. Los combatientes del HTS en ropas de combate, con sus rifles de asalto colgando sobre sus hombros, asumieron el control del palacio presidencial y edificios del ejército y servicios de inteligencia.
“El objetivo principal es la seguridad, a fin de permitir la formación del nuevo gobierno y la policía,” dijo Abu Redaa Khaled, un miembro de 21 años de edad de las fuerzas especiales de los rebeldes mientras caminaba por la Mezquita Umayyad en Damasco.
El nuevo gobierno ha reabierto las escuelas y regresó a los empleados públicos al trabajo. Controla la televisión estatal y la agencia noticiosa controlada por el estado. Aunque los nuevos líderes desmantelaron los servicios militares y de seguridad del régimen, dijeron funcionarios del HTS, decidieron preservar muchas instituciones estatales. 
“No tuvimos una opción,” dijo Khaled. “Ellos entienden los secretos del estado.” Cuando el HTS formó un nuevo gobierno, el grupo mudó a primer ministro de su Gobierno de Salvación radicado en Idlib. 
Los funcionarios occidentales concuerdan ampliamente en que los nuevos líderes de Siria han mostrado un mando de detalles tecnócratas para manejar responsabilidades nacionales tales como generación de energía y reservas de divisas. Un diplomático europeo, quien habló con Sharaa este mes, dijo que él espera errores del nuevo gobierno. La cuestión para el Occidente, dijo el diplomático, es qué errores tolerar. 
Muchos sirios en el exilio han dicho que planean regresar a casa, incluidos los que esperan iniciar empresas, organizaciones de beneficencia o empresas de medios de comunicación. Muchos en Damasco dijeron que eran indiferentes al HTS pero estaban disfrutando de su nueva libertad de expresión.
El régimen de Assad hace mucho tiempo había cerrado la explanada de piedra blanca de la Mezquita Umayyad, de ocho siglos, la cual se sitúa en el centro de Damasco. Ha sido una fuente de orgullo nacional para los sirios, un destino turístico antes de la guerra civil y un símbolo emocional para millones de musulmanes en el mundo. 
A mediados de diciembre, los rebeldes abrieron la explanada, y multitudes de personas se presentaron en el complejo. Muchos agitaban banderas recién cosidas verdes, blancas y negras de la revolución siria, las que habían sido prohibidas bajo el régimen de Assad. En la plaza, los combatientes rebeldes y los residentes por igual posaron para las fotos.
“Ahora puedo hacer algo para ayudar al país. Antes, no podía,” dijo Zoya Abdullah, una estudiante de economía de 22 años en la Universidad de Damasco. “Nos sentimos más relajados ahora.”
Sharaa y su grupo han tenido éxito como liberadores, pero aun tienen que probarse como líderes. No mucho después que el país cambió de manos, cientos de personas se reunieron en una plaza de Damasco cantando "laicismo" y "no a la ley religiosa." 
La protesta llegó después que el portavoz del nuevo gobierno, Obeida Arnout, dijo a un canal noticioso libanés que las mujeres “por su naturaleza biológica y psicológica,” no eran adecuadas “para todos los roles dentro del estado, tales como el Ministerio de Defensa."
Ghazal Bakri, de 23 años de edad del pueblo de Sweida, se paró en la plaza sosteniendo un cartel con los nombres de prominentes activistas femeninas sirias.
“No queremos que los últimos 13 años se vayan a la basura," dijo Bakri. "Demandamos la separación de estado y religión."
En una reunión con periodistas extranjeros, se le preguntó a Khaled cómo encararía su gobierno cuestiones sociales tales como los derechos de la comunidad LGBT y la venta de alcohol en bares.
“Está abierto a discusión,” dijo Khaled. “Habrá comisiones, habrá una constitución, y todo esto va a ser decidido por las leyes."
Esa transición llevará tiempo mientras las leyes y una constitución son redactadas, dijo él. Hasta entonces, agregó, no habrá elecciones.

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