domingo, 15 de abril de 2012

Opinión. ¿Por qué Israel está tan feliz?


Israel está Nº14 en el primer Importe Mundial de Felicidad de las Naciones Unidas. La lista está encabezada por Dinamarca, Finlandia, Noruega y Holanda, los paraísos de la corrección política, bienestar, anti-guerra, sentimientos ultra liberales y anti nacionalistas, los cuales son faros, según el Índice de Paz Mundial, de las listas de los lugares “más pacíficos del mundo”.
¿Entonces cómo podemos explicar la felicidad de Israel, el único país civilizado bajo peligro mortal, la única nación sin fronteras reconocidas y globalmente elegida como un emblema de la maldad?
Para aquellos que no viven en Israel, esto es un misterio. Probablemente muchos israelíes no puedan descifrarlo tampoco. ¿Cómo es posible que una población que vive bajo una tensión emocional perpetua y se ghetifica a sí misma bajo nuevas líneas Maginot sea tan feliz?
¿Cómo pueden los judíos ser felices cuando Irán se está convirtiendo en nuclear y está amenazando con eliminarlos del mapa? ¿Cómo pueden estar felices cuando los árabes están disparando cohetes cada día a civiles en Ashkelon, Beersheba, Ashdod y Sderot? ¿Cuáles son las fuentes de la felicidad del único miembro de las Naciones Unidas condenado a muerte y boicoteado en todo el mundo?
Israel es mucho más feliz que todos los países europeos que experimentaron su última guerra hace seis décadas. La población del Estado Judío excede los 7.5 millones, nueve veces la de 1948, el año de la creación del estado. Los israelíes son felices porque tuvieron éxito demográficamente, considerando las bajas cifras de nacimiento de la Diáspora y los altos números de asimilación, no podría faltar mucho antes de que la mayor parte de los judíos sean israelíes.
A pesar que el heroísmo judío y el colectivismo israelí le da lugar al individualismo occidental, la autocrítica y el hedonismo frívolo, la felicidad israelí es mucho más que el sueño americano de una casa grande y un auto lindo. Recae en la intersección entre el placer y el significado, “una nación como otras” pero también “una luz entre las naciones”.
Los israelíes, que tienen una de las mayores expectativas de vida del mundo, son felices porque su país tiene una historia de iluminación brillante, con una alta producción de publicaciones científicas per cápita en el mundo, más museos per cápita y la mayor publicación mundial de libros nuevos. En un país asolado por la guerra como Israel, los últimos años vieron a cinco israelíes ganar el Premio Nóbel.
Otra razón es el éxito económico. Ningún otro país industrializado es mejor, especialmente para una nación que no tiene recursos naturales y tiene una población que es casi la mitad de Bélgica. La industria de tecnología avanzada de Israel está floreciendo y haciendo que el país sea una nación “estrella”.

*Giulio Meotti, periodista de Il Foglio, es el autor del libro Una Nueva Shoa: La historia no contada de las víctimas del terrorismo de Israel

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