lunes, 1 de mayo de 2017

"90.000 trabajadores palestinos tienen permiso para trabajar en Israel y otros 50.000 en los asentamientos israelíes en Cisjordania", explica Eid. Unos trabajadores que son los directamente perjudicados por las campañas BDS: "El objetivo del BDS es hacer daño a los palestinos, porque no veo que esté haciéndole ningún daño a Israel", nos dice recordando el caso de SodaStream, una empresa que cerró su fábrica en Cisjordania llevándola al sur de Israel y desde entonces "está logrando más beneficios, mientras que 1.400 palestinos perdieron su trabajo".

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