El Rabino Tzvi Freeman escribe sobre el Rebe Menajem Mendel Schneerson - El Rebe de Lubavitch:
"Por un lado, los adornos siempre brillaban por su ausencia.
Nada de túnicas majestuosas o fluidas. No había una finca magnífica.
Ni tampoco jet privado.
Una casa modesta de buen gusto, y una oficina básica. No hay nada en el exterior que lo distinguiera de cualquiera de sus jasidim.
No necesitaba el gran espectáculo.
No había ego de por medio.
El Rebe era un maestro de la simplicidad, de no ser nada y simplemente permitir que la Divinidad esencial del alma brillara a través de ella.
Y así pudo guiar a otros sin consumirlos".
The Lights Of Kabbalah
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