jueves, 1 de septiembre de 2016

Gatestone Institute

El Monte del Templo y la Unesco

por Denis MacEoin  •  1 de Septiembre de 2016
No hace falta ser historiador para saber que Jerusalén fue originalmente una ciudad judía que después tuvo conexiones con el cristianismo y, aún más tarde, y más débiles, con el islam. El Segundo Templo, terminado por el rey Herodes en el año 19 aec, fue destruido por los romanos en el 70 ec (como se refleja en el lienzo de Nicolas Poussin de 1626 –a la izquierda–). La actual mezquita de Al Aqsa (derecha) fue erigida en el año 705, 73 después de la muerte de Mahoma (632), y posteriormente reconstruida en varias ocasiones, tras ser dañada por terremotos. (Imágenes: Wikimedia Commons)
La Unesco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, es conocida en todo el mundo por los muchos lugares que ha designado como Patrimonio de la Humanidad. Hay más de un millar, repartidos de desigual manera entre numerosos países, empezando por Italia y China.
La categoría más numerosa es la de los lugares religiosos, agrupados bajo el epígrafe de sitios de interés cultural (para distinguirlos de los espacios naturales). La Unesco ha entablado conversaciones con diversas comunidades para asegurarse de que se reconozcan y garanticen las distintas sensibilidades religiosas. La Unesco ha tomado muchas medidas en este ámbito.
En 2010 celebró un seminario sobre "El papel de las comunidades religiosas en la gestión de los bienes pertenecientes al Patrimonio de la Humanidad".

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