La presunta victimización de los judíos.
En estos días, además del estridente antisemitismo arraigado en diversas poblaciones, también tenemos que convivir con el negacionismo de unos pocos, así como tenemos que enfrentar la acusación de que “siempre nos hacemos las víctimas”.
Afirman que estamos constantemente usando el hecho como argumento para nuestras acciones, citando la mayor tragedia jamás ideada por un pueblo que se creía superior.
El judío, con todas las persecuciones que ha sufrido desde la caída de Yerushalaym a lo largo de los milenios, tiene todo el derecho de usar la historia contra nuestro pueblo como base para argumentar.
Somos plenamente conscientes de las calamidades que otras poblaciones han sufrido y están sufriendo a lo largo del tiempo, las luchas intertribales, la depuración étnica, los desacuerdos fundamentalistas y otras razones.
Sin embargo, creo que somos los únicos que hemos sido atacados asiduamente durante su larga existencia.
La enormidad de la voluntad de aniquilar por completo al pueblo judío alcanzó su punto álgido durante la Segunda Guerra Mundial, durante el propio Holocausto.
La planificación de la Solución Final, la eliminación sistemática de nuestro pueblo por parte de los alemanes, era algo inaudito en el mundo.
La bestialidad y la forma de los asesinatos contra los judíos, con números tatuados en el cuerpo de cada víctima y un sistema extremadamente elaborado para los asesinatos en masa, tiene que ser pregonado y combatido en todos los casos.
Muchos países del mundo simplemente no lo hicieron durante esa hecatombe, lo cual los hace de alguna manera responsables de la difícil situación del pueblo judío.
Es por eso que constantemente clamamos contra el Holocausto.
Durante siglos y siglos, nos hemos visto obligados a vivir con la prohibición de estudiar, de adquirir propiedades, con la determinación de ser expulsados de la tierra que nos vio nacer, y de enfrentar pogromos y otro tipo de agresiones.
Por cierto, no fuimos los únicos en entender que el Holocausto demostró que deberíamos tener derecho a regresar a nuestra tierra santa en un intento de vivir en paz.
Y, sin embargo, todavía tenemos que vivir con la murmuración y la decisión de muchos países de la región de borrar a los judíos de la faz de la tierra.
De todos modos, pueden llamarlo como quieran, pero no nos hacemos las víctimas, somos víctimas!
Estamos orgullosos de la importantísima decisión de tener una nación propia, dispuesta a defendernos dondequiera que estemos en este mundo, porque el odio parece querer prevalecer una vez más.
Mendy Tal
Científico Politico y activista comunitario.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.