DEL WSJ

 LA GUERRA ENTRE ISRAEL E IRAN ES INEVITABLE

La cuestión es ahora o más tarde. La estrategia argumenta por ahora, aun si la política podría estar mejor más tarde.

TRADUCIDO POR Marcela Lubczanski

 

Por Seth Cropsey

Junio 25, 2024

Israel enfrenta una elección estratégica con respecto a Irán—guerra ahora o guerra más tarde. Las condiciones políticas para la guerra ahora son pobres. Las condiciones estratégicas más tarde sólo se volverán peores.

El objetivo de Irán es destruir a Israel como un estado singularmente judío a través de una estrategia de desgaste. Los mulahs esperan atar a Israel dentro en una serie de conflictos y presionarla desde múltiples ángulos mientras utiliza la diplomacia y la manipulación mediática para prolongar el conflicto. Teherán entiende la potencia del ejército de Israel, el que se ha adaptado bien a condiciones de combate urbano y subterráneo difíciles en Gaza. Las Fuerzas de Defensa de Israel despliegan formidables unidades aéreas, de artillería, y blindadas que, si son descargadas en el norte, amenazarían la existencia de Hezbollah, la fuerza indirecta más capaz de Irán. La estrategia iraní de disuasión empareja la presión sobre Estados Unidos con la amenaza de ataques a gran escala con cohetes y misiles contra la infraestructura crucial israelí.

Hamas es el elemento más evidente de la estrategia de Irán. Irán quiere que la organización terrorista no sólo mantenga el control de Gaza sino que se catapulte hacia el control del movimiento palestino. La mejor forma de hacer eso es obligar a los israelíes a aceptar un "acuerdo de paz" cosméticamente atractivo involucrando a los estados árabes que permita a Hamas integrarse dentro de la Autoridad Palestina y cooptar a su rival necrótico, Fatah. La Margen Occidental entonces se volvería otro eje de presión sobre Israel.

Para Israel la única forma de evitar esto es a través de una ocupación de facto de Gaza. Israel debe demostrar a los gazatíes que sea cual sea la autoridad gobernante formal en el territorio, las FDI no permitirán que retorne Hamas o una organización terrorista similar. Como en todos los regímenes totalitarios, Hamas ha creado incentivos abrumadores para la cooperación, y mató a toda oposición posible. Sólo demostrando poder de permanencia las FDI pueden romper este ciclo y alentar una estructura política alternativa.

Irán entiende esto y ha activado una red global de simpatizantes islámicos para aumentar la presión pública sobre Israel. El objetivo es lograr que los políticos occidentales respalden un cese del fuego que logrará los objetivos iraníes. Lentificando el conflicto y separando a Israel de EE.UU. y sus aliados, Irán se propone hacer de Israel un paria internacional. En los sueños más salvajes de los mulahs, la migración vaciaría a Israel, preparando la escena para su conversión de un estado judío en uno árabe islámico.

Desde mediados de la década del 2000, la política de Israel hacia Irán ha sido una de confrontación diferida. Israel construyó el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro para destruir salvas de cohetes y morteros de baja tecnología desde la Margen Occidental, Gaza y Líbano, mitigando la necesidad de operaciones terrestres en casi las peores circunstancias. A lo largo de la década del 2010, Israel ejecutó una campaña aérea persistente en Líbano, Siria e Irak para interceptar las líneas de suministro iraníes. Israel también condujo ciberataques, campañas de sabotaje y eliminaciones en Irán para obstaculizar las ambiciones nucleares de Teherán. Nada funcionó para eliminar la amenaza, pero la estrategia ganó tiempo y estableció un equilibrio de fuerzas que desalentó la acción agresiva. Este equilibrio fue finalizado el 7 de octubre. La única forma de reiniciar esto es eliminando una de las amenazas de Irán. El candidato más obvio es Hezbollah.

Manipulando a Estados Unidos para que restrinja a Israel, Irán espera que Israel congele y erosione lentamente su voluntad. En algún momento en los próximos meses, Irán espera un cese del fuego que le permitirá capturar la Margen Occidental y amenazar la existencia de Israel.

Israel no es la primera fuerza enfrentada con una opción poco placentera entre debilitar una relación de alianza y actuar decisivamente contra una amenaza. Francia tuvo un dilema similar en la década de 1930. Desde 1935 a 1940, Francia se negó a actuar sola contra la Alemania nazi aun cuando tuvo muchas oportunidades de hacerlo con posibilidades de éxito razonables. El establishment político francés asumió que cuando llegó la guerra con Alemania, Francia lucharía junto a Inglaterra en una revivida Distensión Cordial. Francia terminó enfrentando la amenaza alemana en 1940 en su formato estratégico preferido. París cayó independientemente. 

La situación de Israel es destacablemente similar. El estado judío es pequeño y vulnerable. Careciendo de fuerzas navales para proteger su extensión marítima, Israel requiere reabastecimiento militar estadounidense y depende de EE.UU. para disuadir las intervenciones de otras grandes potencias. Pero esto se ha vuelto una camisa de fuerza estratégica, en parte debido a la pobre comunicación israelí, pero principalmente debido a la irracionalidad estratégica estadounidense. El resultado es una creciente presunción que la guerra en Líbano puede ser diferida hasta el año próximo, una vez que el presidente estadounidense esté libre de presión política, e idealmente con una administración más amigable en la Casa Blanca.

Pero Israel no tiene otro año. Cuanto más espere para moverse contra Hezbollah, más probable se vuelve una ruptura real con Estados Unidos. La movilización constante está erosionando la moral del ejército y económica en Israel. Debería haber acción rápida en el norte, con o sin aprobación de Estados Unidos. Debería tomar la forma de una campaña aérea a gran escala que golpee los nodos de mando iraníes en Siria y Líbano. Las condiciones estratégicas no son ideales, pero esperar no las mejorará.

El Sr. Cropsey es presidente del Yorktown Institute. El se desempeñó como oficial naval y como subsecretario adjunto de la Armada.