jueves, 26 de septiembre de 2024

DEL WSJ

 EL ENVIADO DE BIDEN ANTE IRAN QUERIA UN ACUERDO NUCLEAR. PUEDE QUE LE HAYA COSTADO SU CARRERA

Robert Malley, quien era conocido por enfrentar a los adversarios y llevar la diplomacia al límite, está siendo investigado por el FBI.

Por Brett Forrest
Septiembre 22, 2024

traducida por Marcela Lubczanski
Robert Malley llegó a Viena determinado a lograr un acuerdo.
Corría la primavera del 2021, y la ciudad estaba en un encierro de la pandemia, con el gobierno austríaco restringiendo la actividad al aire libre al ejercicio y compras esenciales. El Hotel Imperial cerrado de la época de los Habsburgo reabrió para Malley, el enviado ante Irán del gobierno de Biden, y su equipo negociador.
Ellos reservaron una suite y trajeron mesas de conferencia y sillas de la embajada de EE.UU.
Malley estaba buscando un retorno negociado a un acuerdo histórico del 2015 forjado bajo el Presidente Barack Obama para impedir que Irán desarrolle armas nucleares.
El Presidente Donald Trump había abandonado el acuerdo, y revivirlo como una parte de un enfoque integral a las cuestiones regionales y de seguridad que presentaba Irán estaba dirigido a ser un logro coronador de la agenda de política exterior del Presidente Biden.
En su lugar, Malley a veces dejó confundidos a sus aliados occidentales y estaba en polos opuestos con algunos de sus adjuntos claves. Al cabo de 16 meses del inicio, las conversaciones estaban muertas, y Malley se encontró finalmente atrapado en una investigación en aumento del FBI acerca de si él había manejado de forma apropiada información secreta, pasando posiblemente materiales clasificados a una cuenta de email personal.
El hombre que se suponía lideraba los esfuerzos por contener las ambiciones regionales y nucleares de Teherán, ha sido dejado al margen, su autorización de seguridad de alto secreto fue suspendida, y colocado en licencia sin goce de sueldo del gobierno. El Departamento de Estado sigue enfrentando preguntas por Malley, incluyendo de su inspector general, el que en un informe publicado este mes dijo que él podría haber tenido permitido el acceso a materiales sensibles aun después que fue suspendida su autorización.
La caída oficial en desgracia de Malley es parte del fracaso más grande de los esfuerzos de la administración Biden por contener las ambiciones de Irán. A pesar de muchos años de esfuerzos, Irán está a dos semanas de distancia de producir suficiente material fisible para un arma nuclear, dijo en julio el Secretario de Estado Antony Blinken.
Malley, un calvo, barbudo y fibroso hombre de 61 años, fue marcado temprano en su carrera como alguien que veía las cuestiones geopolíticas en tonos de gris en vez de en blanco y negro. Hijo de un prominente intelectual egipcio que se dedicó a las causas árabes, Malley había ido a la escuela con Blinken en París y pasó décadas dentro y fuera del gobierno llegando más lejos que cualquier otro prominente diplomático estadounidense reciente para enfrentar adversarios y grupos terroristas en el Medio Oriente.
La investigación de la conducta de Malley llevó a una tensa reunión entre altos funcionarios de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y del Departamento de estado, de acuerdo con gente al tanto de las conversaciones: El FBI veía su trabajo como descuidado, y las consecuencias como serias, mientras que las autoridades del Departamento de Estado lo defendieron.
Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo al inspector general del departamento que las acusaciones contra Malley no reflejaban inconducta seria.
Una portavoz del Departamento de Estado se negó a comentar sobre la reunión del FBI u otros aspectos de la investigación de la conducta de Malley, pero dijo que el departamento "nunca buscaría dirigir al FBI acerca de cómo conducir cualquier investigación."
Una portavoz del FBI dijo que el FBI ni confirmaría ni negaría la existencia de una investigación de Malley.
El diplomático y el periodista
Malley nunca escapó del todo de la sombra de su padre, un periodista veleidoso y editor con pasaportes de nueve países, dijo el joven Malley durante una charla en Oxford en el 2008 acerca de él y su relación.
Simon Malley había sido cercano al líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Yasser Arafat, y era un opositor cáustico a las actividades de Estados Unidos en el exterior. Un judío egipcio que abrazó el nacionalismo árabe, Simon Malley a menudo había denunciado la política exterior de EE.UU. "con disfrute y a veces abandono," dijo Malley en la charla.
Robert Malley buscó una carrera en el establishment de Washington: El consiguió un puesto de empleado en la Corte Suprema con el entonces Juez Byron White y más tarde un empleo en el Consejo de Seguridad Nacional en la administración Clinton. En el gobierno, dijo él en la charla de Oxford, "descubrí un mundo que tenía poco parecido con la imagen llena de conspiración malevolente a la cual mi padre todavía se apegaba."
Fuera del gobierno, Malley cortejó contactos que mucha gente en los círculos de política exterior de Washington evitaba. Mientras trabajaba en el International Crisis Group, una think tank con sede en Bruselas, él se reunió con líderes de Hamas y Hezbola—ambos grupos designados terroristas por Estados Unidos--en el nombre de la resolución de conflictos.
Durante el segundo mandato del Presidente Obama, el presidente se concentró en lograr un acuerdo para restringir el programa nuclear de Irán, y las relaciones iraníes de Malley de pronto se volvieron valiosas. Malley ayudó a negociar el acuerdo nuclear del 2015 con Irán, firmado con la Unión Europea y varios de sus miembros individuales, junto con Rusia y China, y conocido como el Plan Integral de Acción Conjunto.
No duraría mucho. En el 2018, el Presidente Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo, describiéndolo como peligroso e ingenuo.
Después que Biden ganó la elección del 2020, Blinken telefoneó a Malley, preguntándole si estaría dispuesto a dar otro intento al acuerdo.
Con la política estadounidense respecto a Irán oscilando del compromiso diplomático a la máxima presión económica, Biden, Blinken y Malley comenzaron a delinear las condiciones para un retorno a los términos del acuerdo mientras iniciaban las negociaciones con Irán en Viena en abril del 2021.
Una ‘diferencia de opinión’
En Austria, Malley estaba preparado para hacer el primer movimiento.
Estados Unidos quería un retorno a las condiciones que salvaguardarían la pieza central del acuerdo del 2015, manteniendo a Irán al menos a un año de distancia de producir suficiente material fisible para un arma nuclear. Sin embargo, hubo sospechas desde el vamos que Irán ya había cruzado este umbral y que era incapaz—o no estaba dispuesto—a dar marcha atrás.
En respuesta a las sanciones estadounidenses renovadas y otras acciones, Irán había declarado en enero del 2020 que ya no estaba vinculado por las condiciones del acuerdo nuclear. Desde entonces había expandido sus reservas de combustible nuclear.
Enojados con EE.UU. por haber abandonado el trato nuclear, los funcionarios de Irán se negaron a negociar de forma directa con sus homólogos estadounidenses. En su lugar, los diplomáticos europeos y chinos fueron enrolados para transmitir mensajes entre los negociadores estadounidenses e iraníes.
Malley propuso quitar la parte de las sanciones estadounidenses que se relacionaban con el programa nuclear de Irán, tratando de reflejar las condiciones del acuerdo nuclear original. El enfoque directo de Malley preocupó a algunos miembros de su equipo negociador de 10 personas, que creían que él estaba mostrando sus cartas muy pronto.
"La crítica básica fue acerca de cuánto reveló él," dijo Enrique Mora, un negociador español que participó en las conversaciones.
Algunos negociadores occidentales consideraron a sus homólogos iraníes cautos y oportunistas—listos para abalanzarse sobre cualquier cosa que EE.UU. sugería durante las conversaciones complejas como si fueran una oferta formal—y creían que estaban usando las negociaciones para ganar tiempo para hacer avanzar el programa nuclear.
La misión iraní ante Naciones Unidas no respondió a una solicitud de comentarios.
Los funcionarios estadounidenses habían esperado que esta parte de las conversaciones vaya más suave. Mientras se prolongaban, se instalaba la duda.
Irán se guardó las propuestas estadounidenses y demandó más puntos del acuerdo, incluida la quita de la fuerza militar de élite de Irán, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, de la lista estadounidense de organizaciones terroristas extranjeras.
Las tensiones dentro del equipo negociador estadounidense aumentaron por impulsos rivales—hacer un trato rápidamente o buscar un acuerdo duradero.
Las conversaciones se rompieron sin un acuerdo en junio del 2021, cuando Ebrahim Raisi, un clérigo y juez de línea dura, fue electo como presidente de Irán. Cuando los negociadores de Teherán se reunieron con sus homólogos estadounidenses a fin de noviembre del 2021, Irán dijo que quería reiniciar las negociaciones desde cero.
Malley abogó por permanecer, creyendo que el precio de no persuadir a Teherán de regresar a las conversaciones más tarde probaría ser muy costoso.
Estados Unidos permaneció, una decisión que fracturó al equipo negociador estadounidense. El adjunto de Malley, Richard Nephew, renunció, citando en X "una diferencia de opinión sincera respecto a la política." Otro miembro del grupo, Ariane Tabatabai, una empleada iraní-estadounidense del Departamento de Estado también se fue.
"Estados Unidos mostró que estaba muy desesperado por obtener un trato," dijo un negociador europeo. "Los iraníes sabían que ellos podían simplemente alargarlo."
Las negociaciones nuevamente se estancaron durante muchos meses pero en lo que los funcionarios occidentales describieron como un último empujón, los negociadores europeos presentaron a Irán un borrador de un acuerdo, el cual incluyó alivio de sanciones para los bancos iraníes y gran cantidad de otras entidades y funcionarios pero excluía la mención a la Guardia Revolucionaria. Irán rechazó el acuerdo.

La investigación
La primavera pasada, funcionarios policiales del Departamento de Estado recibieron "información adversa" sobre Malley, queriendo significar información sobre él que podría afectar su capacidad para tener una autorización de acuerdo con el informe del inspector general.
De acuerdo con personas familiarizadas con el tema, Malley había marcado un link de phishing, el cual comprometió una cuenta personal de email. Mientras los investigadores examinaban la violación, descubrieron pruebas que Malley había movido posiblemente material clasificado, incluidas notas de las reuniones, a una cuenta personal.
El 22 de abril, funcionarios policiales entregaron a Malley una carta notificándole que había sido suspendida su autorización. 
Cuando la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado convocó a una reunión a puertas cerradas para discutir el tema de Irán en mayo pasado, el enviado de la administración Biden ante Irán no estaba en ningún lado donde ser encontrado. Funcionarios del Departamento de Estado dijeron a los legisladores que Malley estaba atendiendo un tema personal.
En un giro inesperado algunos meses después, el Teheran Times, un medio noticioso estatal iraní, publicó una foto de la carta de dos páginas que había recibido Malley informándole que su autorización había sido suspendida, sin explicar como había obtenido el material.
Una portavoz del Departamento de Estado se negó a comentar sobre el tema, citando una política de confidencialidad sobre autorizaciones de seguridad individuales.
Las filtraciones continuaron, incluyendo informes simultáneos en el otoño del 2023 por parte de Semafor, un medio noticioso estadounidense, y Iran International, una organización de noticias de la oposición con sede en Londres. Los informes, que incluyeron emails filtrados, parecían mostrar que Ali Vaez, un especialista en Irán del International Crisis Group que había estado asesorando a Malley durante las negociaciones, había sido parte de la Iran Experts Initiative, una agrupación suelta de investigadores y académicos occidentales que Teherán había identificado en el 2014 para apoyar sus objetivos políticos. Tabatabai, miembro del equipo negociador, también había sido parte de la iniciativa.
Esos emails, que fueron vistos también por The Wall Street Journal, llevaron a los críticos de Malley a sugerir que él estaba manchado por una campaña de influencia iraní.
Richard Atwood, vicepresidente ejecutivo del International Crisis Group, ha defendido la conducta de Vaez, diciendo que su participación en la Iran Experts Initiative era apenas una extensión de su trabajo involucrando a todas las partes en diplomacia. "El trabajo de Ali durante ese período y desde entonces es precisamente el trabajo que ha hecho por más de una década en el Crisis Group," dijo él.
Malley ahora está enseñando a estudiantes en la Universidad de Princeton y la Universidad de Yale sobre política exterior de EE.UU. y derechos humanos, aunque sigue en licencia sin goce de sueldo del Departamento de Estado, esperando la resolución de la investigación del FBI.
Si bien la administración Biden nunca ha declarado oficialmente un fin a los esfuerzos por revivir el acuerdo nuclear con Irán, funcionarios al tanto del proceso dicen que están efectivamente terminados, al menos por ahora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.