POR QUE MAMDANI ATEMORIZA A JUDIOS COMO YO
Un candidato que sobresale por su monomanía, los dobles raseros y la afinidad por los extremistas.
Por Bret Stephens
Octubre 21, 2025

Una encuesta reciente de Fox News halló que el 38% de los neoyorquinos judíos tiene intención de votar por Zohran
Mamdani para alcalde aparte de cualquier reserva que podrían tener acerca de las opiniones del candidato acerca de Israel.
Al menos algunos de esos votantes apoyarán al asambleísta de 34 años de edad del viejo estado no a pesar de esas
opiniones, sino debido a ellas.
Ese es su derecho como estadounidenses y como judíos. Pero me siento seguro que para casi cualquier judío entre el 42%
que planea votar por Andrew Cuomo, el ex gobernador de New York, o el 13% que apoya a Curtis Sliwa, el candidato
republicano, las opiniones de Mamdani son más que perturbadoras.
Los lectores de esta columna, particularmente los inclinados a votar por Mamdani, deberían al menos hacer una pausa para
considerar las razones.
Un buen lugar para empezar es conceder que nada en el registro público sugiere que Mamdani es antisemita — tomando
la opinión más estrecha de lo que implica la palabra. El ha hablado de la "crisis del antisemitismo” en New York como "algo
que tenemos que abordar." El ha condenado los crímenes de odio este año en Washington y en Boulder, Colo. Y él ha
contactado a las comunidades judías de distintas ramas, prometiendo que los sionistas serían bienvenidos en su
administración.
Pero, Mamdani es también un antisionista de largo tiempo de un tipo obsesionado peculiarmente. Sobresalen tres puntos
menos conocidos de su biografía.
En primer lugar, como un estudiante de licenciatura en el Colegio Bowdoin, donde él ayudó a fundar el capítulo de Students
for Justice in Palestine, él rompió la colaboración con el brazo estudiantil del grupo izquierdista judío J Street, el cual apoya
el estado palestino, se opone a los asentamientos israelíes, y es rotundamente crítico del gobierno israelí.
¿Por qué? Porque J Street apoya a Israel como “una patria democrática para el pueblo judío.” Esto fue demasiado para
Mamdani y sus camaradas en S.J.P., para quienes trabajar con J Street fue una forma de normalización. Mamdani, quien
hasta este día no apoya el derecho de Israel a existir como un estado judío, también pidió un boicot a las instituciones
académicas israelíes. El presidente de Bowdoin descartó correctamente esa noción por “sofocar la discusión y el libre
intercambio de ideas.”
El segundo fue una canción de rap que escribió Mamdani en el año 2017, llamada "Salaam." “Mi amor a los Cinco de Tierra
Santa, mejor que ustedes los busquen," canturreó él.
Sus críticos lo hicieron: The Holy Land Foundation era una aparente organización de caridad condenada en el 2008 por
canalizar us$12 millones a Hamas; los cinco acusados en el caso recibieron sentencias a prisión de 15 a 65 años por
crímenes que incluían lavado de dinero, fraude impositivo y apoyo al terrorismo.
Finalmente, algunos meses antes de los ataques del 7 de octubre por parte de Hamas, Mamdani presentó un proyecto de
ley en el Congreso del Estado que podría haber puesto en peligro la condición de exención de impuestos de prácticamente
toda organización de caridad pro-Israel. El proyecto de ley, destacó Alex Bores, un asambleísta y demócrata, “no está dirigido
a mejorar las regulaciones de las organizaciones sin fines de lucro generalmente, o incluso a aplicar normas, las cuales se
aplicarían a todos los niveles." Más bien, se "aplica singularmente a organizaciones que proporcionaban ayuda a un país
específico y a su pueblo. Esto es inmediatamente sospechoso.”
Lo que sobresale acerca de esta lista es la afinidad con los extremistas, los dobles raseros, y la monomanía. Especialmente la
monomanía.
Una de las formas en que los antisionistas suelen advertir como algo más oscuro es que los únicos abusos de derechos
humanos que ellos parecen advertir son los de Israel; el único estado entre docenas de estados religiosos cuya legitimidad
ellos cuestionan es Israel; el único grupo cuyo sufrimiento ellos están preparados para convertir en su cruzada personal es el
de los palestinos. ¿Qué ocurre? ¿Ha patrocinado Mamdani proyectos de ley para oponerse, digamos, a la persecución de
los uighures en China o de los kurdos en Turquía, o de los homosexuales en su nativa Uganda, donde él fue fotografiado en
julio con un funcionario notoriamente homofóbico? ¿Alguna vez rapeó su "amor" por el pueblo de Irán que está luchando
contra su régimen?
Esto no es lo único que asusta a tantos votantes judíos. Un artículo de fe entre muchos autonombrados antisionistas es que
ellos no son antisemitas. Pero los judíos no vivimos en un mundo de distinciones semánticas sutiles. El hombre acusado de
asesinar a Yaron Lischinsky y Sarah Milgrim, la joven pareja tiroteada fatalmente en mayo fuera del Capital Jewish Museum
en Washington, gritó “Liberen Palestina.” Muchos de los miles de incidentes antisemitas en toda la nación desde los ataques
del 7 de octubre también han tenido al menos una pátina de antisionismo. Las casas y negocios de judíos prominentes han
sido atacados o vandalizados, algunos por parte de manifestantes pro-palestinos, sumando a la sensación de amenaza.
¿Qué significa para los neoyorquinos judíos que un candidato a alcalde que promete combatir el antisemitismo también
admite orgullosamente la misma ideología que es la fuente de tanto del odio que enfrentamos ahora los judíos? ¿Por qué,
justo de después del 7 de octubre, el no pudo hacer nada mejor que emitir una admisión evasiva que habían muerto judíos
el día anterior? ¿Por qué el no pudo denunciar siquiera a los perpetradores de la acometida antisemita más asesina en los
últimos 80 años?
Esa no es siquiera la preocupación más profunda. “La dolorosa verdad,” observó en su sermón del sábado Elliot Cosgrove,
el rabino de la Sinagoga de Park Avenue, es que "el discurso antisionista de Mamdani no sólo atrae a su base sino que
parece no tener ningún inconveniente. ¿Qué derecho tiene un candidato estadounidense a alcalde a intervenir en la
política exterior a menos que anote puntos en las urnas? Yo no dudo que el antisionismo del Sr. Mamdani es sentido y
sincero, pero su instrumentalización como un tema de conversación en la elección, debería atemorizarlos a ustedes en que
dice más sobre las sensibilidades de nuestros conciudadanos neoyorquinos de lo que dice acerca del propio Mamdani.”
En la larga y penosa historia de los políticos anti-judíos, no ha sido sólo el prejuicio de unos pocos el que ha llevado a los
judíos al dolor. Ha sido la indiferencia supina de los muchos. Eso es lo que atemoriza a los judíos como yo.
Bret Stephens es un columnista de opinión para The Times, escribiendo sobre política exterior, política local y cuestiones culturales.
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