domingo, 22 de mayo de 2011
Netanyahu dice que "no" a la propuesta de Obama
Washington. La reunión entre Barack Obama y Benjamin Netanyahu concluyó como había comenzado, con el desacuerdo del primer ministro israelí a la propuesta del presidente de Estados Unidos de considerar las fronteras de 1967 como base para un Estado palestino.
Ambos mandatarios se reunieron ayer durante 95 minutos, el doble de lo previsto, a solas en el Despacho Oval antes de interrumpir su conversación para hacer una declaración a la prensa y continuar su diálogo con un almuerzo de trabajo. Ambos subrayaron su disposición a colaborar pero admitieron las diferencias.
Con un lenguaje corporal muy elocuente –Obama, distante, Netanyahu hablando con tono pedagógico tanto a los periodistas como al propio presidente estadounidense– el primer ministro israelí reiteró que considera indefendibles las fronteras de 1967.
En ese año tuvo lugar la Guerra de los Seis Días, el tercer enfrentamiento israelí-árabe, que concluyó con la ocupación israelí de Cisjordania y Jerusalén Este, Gaza, la Península de Sinaí y los Altos del Golán.
En 1978, como resultado de los acuerdos de Camp David, Israel devolvió la Península de Sinaí a Egipto, pero sigue ocupando en la actualidad partes de Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán.
Obama había propuesto el jueves, en un discurso sobre Medio Oriente en el Departamento de Estado, considerar un Estado palestino con las fronteras previas a la Guerra de los Seis Días “con intercambios de tierra de común acuerdo”.
Sin margen. Netanyahu subrayó que “Israel no puede volver a las líneas de 1967 y que hay que tener en cuenta los cambios demográficos de los últimos 45 años”. Aseguró asimismo que su gobierno quiere la paz, pero de modo que se garantice la seguridad de su país. “No tenemos mucho margen de error. La historia no dará a los judíos otra oportunidad”, advirtió.
El primer ministro israelí arremetió también contra el pacto de reconciliación palestino entre Al Fatah, que gobierna Cisjordania, y el grupo radical Hamas, al frente de Gaza, al que describió como “la versión palestina de Al Qaeda”.
“Al Fatah debe elegir si quieren hacer la paz con Hamas o con Israel. Espero que escoja la paz con Israel”, agregó.
El primer ministro también aludió a otro de los puntos espinosos de las negociaciones, la cuestión de los refugiados palestinos, al descartar que puedan regresar a Israel.
Además, Obama había expresado en su discurso que Israel deberá retirarse gradual pero completamente de Cisjordania. Netanyahu replicó que su país no cederá en su insistencia en mantener tropas en la frontera con Jordania (precisamente territorio de Cisjordania).
En la comparecencia ante la prensa, por su parte, Obama expresó su convencimiento de que es posible llegar a un acuerdo de paz que permita garantizar la seguridad de Israel.
La meta definitiva del proceso de paz es la seguridad de ese Estado, “algo primordial”, subrayó Obama, que en ese sentido afirmó que Hamas “no es un socio para un proceso de paz realista”. Pero indicó que “continua habiendo diferencias” entre Israel y Estados Unidos en cuanto la formulación y lenguaje, aunque “eso es algo que ocurre entre amigos”.
“No es un giro de 180°”. Posteriormente, el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, intentó explicar, sin lograrlo, cómo Estados Unidos prevé conseguir que ambas partes vuelvan a las negociaciones, en momentos en que israelíes y palestinos parecen más distantes que nunca.
En tanto, el negociador palestino Saeb Erekat declaró que “sin que Netanyahu se comprometa a dos estados sobre la base de las fronteras del ‘67, con intercambios de mutuo acuerdo, no es un socio para el proceso de paz. Cuando Obama le dio la opción entre dictado o negociaciones, eligió el dictado, y cuando le dio a elegir entre paz o asentamientos, optó por los asentamientos”
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