por Stefan Frank • 31 de Agosto de 2016
Hasan (izquierda), un refugiado yazidí en Alemania que ha sido amenazado por musulmanes, cuenta a un reportero de la televisión estatal germana cómo el traductor a sueldo del Estado tradujo mal deliberadamente su denuncia y se puso de parte de los atacantes. (Imagen: captura de un vídeo de Bayerischer Rundfunk)
Alexander Stevens es abogado en un bufete de Múnich especializado en delitos sexuales. En su último libro, Sex in Court, describe algunos de los casos más extraños e impactantes. Uno de ellos plantea una pregunta: ¿Qué se hace cuando los intérpretes que trabajan para la policía y los tribunales mienten y manipulan? Como nadie vigila a los traductores, es probable que, en muchos casos, no se detecte su falta de honestidad. El libro de Stevens da cuenta de los efectos devastadores que tuvo sobre un caso la deshonestidad de una intérprete.
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