lunes, 2 de enero de 2017



CUANDO TODO, AL FIN, SEA SILENCIO
Un día, ya lo verás, no necesitaremos escribir.
Ni tampoco hablar.
Nos miraremos, en silencio, y todo estará muy claro.
Será evidente, cierto e indudable.
No requeriremos del límite, ni de la forma de las letras.
No necesitaremos del idioma, la vocalización y la entonación.
Aprenderemos a comunicarnos con un silencio suave.
Ese silencio que hoy, incapaces de imaginarlo, disfrazamos con palabras y vocablos.
Pero ese día lograremos superar la cobardía que nos inmoviliza y nos encarcela, y nos atreveremos a vincularnos esencia con esencia.
Y todo será un silencio dulce, límpido y fluido, saciado de emociones, de caricias contundentes y de abrazos radicales.
Y recién entonces, recién entonces, todos seremos uno.
Uno.

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