BREVES REFLEXIONES SOBRE LA FELICIDAD
La felicidad jamás provendrá desde afuera de tu persona.
No la busques en tu hacer, porque únicamente está en tu ser.
No la indagues en países lejanos, porque está en tu más recóndita geografía.
No pretendas descubrirla en tareas reconfortantes, porque toda labor te aleja de tu centro.
No la busques en otra persona, porque “ese otro”, aunque intente disimularlo, busca desesperadamente lo mismo que tú.
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La felicidad es un estado intrínseco, íntimo, exclusivo, que no depende de nada ni de nadie.
Es el milagro de la Vida, el milagro de estar vivo, y es tomar conciencia de la Vida que te abraza y que te incluye en cada soplo.
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Si cierras los ojos y tocas una mesa de madera, podrás utilizar tus sentidos para confirmar que realmente se trata de fría madera.
Pero también puedes meditar en lo que esa madera despierta “en tu interior”.
De afuera, hacia adentro.
Del mundo, hacia ti.
De lo incierto y lo faltante, de lo oscuro y lo incomprensible, en dirección a tu felicidad.
La que siempre está ahí, aguardando que la nombres y la menciones.
Que la legitimes.
Y la celebres.
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