* 19 de abril de 1943 - 19 de abril de 2017-Milin Cultural |
El Gueto judío de Varsovia había sido erigido en 1940 cuando los alemanes invadieron Polonia, toda la población judía y aquellos cristianos que ignoraban poseer ascendencia judía fueron encerrados allí.
En un espacio reducido llegaron a vivir allí más de 500.000 personas en un terrible hacinamiento, donde por lo menos vivían siete personas en una misma habitación. Mucha de aquella gente murió a causa del hambre, las enfermedades y los padecimientos. Luego comenzaron las deportaciones que llevaban a los judíos a los campos de la muerte.
El 22 de junio de 1942 un comunicado del Consejo Judío anunció que los habitantes del gueto serían deportados “hacia el este”, los únicos exceptuados serían los judíos que trabajaban en las industrias alemanas o empleados en las instituciones del Consejo. Para el mes de octubre, la población del gueto había quedado reducida a la mitad, en tanto que en Varsovia la organización de la resistencia judía había construido un gueto subterráneo en la red de alcantarillas preparándose para la batalla final.
La Resistencia Judía estuvo constituida por la organización Eial (de Irgún Iehudí Lojem, Organización Judía Combatiente), integrada por veintidós movimientos juveniles judíos, la mayoría eran sionistas jalutzianos, también pelearon allí comunistas y bundistas, su líder fue el legendario Mordejai Anilevich del Hashomer Hatzair, de apenas 24 años de edad. Hubo otro bando que también peleó valerosamente pero que no se integró porque eran adversarios, eran del movimiento revisionista Betar, se denominaron Igud Tzvai Iehudí, Unión Militar Judía y no aceptaron la comandancia de Anilevich.
En enero de 1943 las SS, entraron al gueto en una operación de “evacuación”, esto era la liquidación de la población judía. Cuatro grupos de combate en barricadas los recibieron con una descarga cerrada. Marek Edelman nos cuenta que “allí se perdió lo mejor de nuestra organización, solamente por milagro y por su valiente comportamiento se salva el comandante de la Organización de Combate, Mordejai Anilevich”. Estos hechos sin embargo tuvieron un potente efecto en la población judía, la interrupción de la acción alemana les había hecho comprender que los alemanes no eran invencibles. Finalmente habían logrado convencer a la población de que el destino final de las deportaciones para los judíos del gueto, era la muerte.
Por toda Varsovia se extendieron los rumores acerca de la hazaña de la resistencia judía, el movimiento clandestino polaco no solo mostró una gran admiración por los combatientes, el Armia Kraiova (ejército nacional) les hizo llegar cincuenta pistolas y cincuenta granadas. Stroop, el general de las SS, advirtió que no sería fácil vaciar el gueto, los judíos no lo permitirían. Desde ese momento la autoridad en el gueto es ejercida por la Organización de Combate, toda la población obedece disciplinadamente las órdenes, todos contribuyeron para la compra de las armas. Nadie se hacía ilusiones, no los impulsaba la fe en la victoria, ni esperaban terminar con vida esta aventura de coraje y heroísmo.
Estos jóvenes luchaban por su dignidad, por el honor judío.
La rebelión del Gueto de Varsovia, comenzó el 19 de abril de 1943, el primer día de Pesaj, los alemanes eligieron esa fecha para liquidar el gueto, creían que en tres días terminarían con la rebelión. Llegaron con sus mejores armas y pertrechos. Los jóvenes del Hashomer, del Bund, del Dror y los comunistas llenaron las calles Mila-Zamenhoff de cadáveres nazis . Los nazis ni siquiera pudieron retirarse dignamente, cuando intentaron retroceder con sus tanques, el primero de ellos fue quemado por una bomba incendiaria. La desesperada resistencia finalmente concluyó el 8 de mayo, cuando la comandancia de la Organización fue rodeada por soldados alemanes y ucranianos. Luego de 2 horas de lucha encarnizada, los alemanes ante la imposibilidad de tomar el bunker por la fuerza, les lanzaron una bomba de gas.
Los combatientes habían decidido no entregarse con vida, algunos habían muerto a balazos, otros asfixiados, los que quedaban, entre ellos el muy joven comandante, Mordejai Anilevich decidieron suicidarse. Solo unos pocos sobrevivientes huyeron por los canales cloacales y lograron salir a la superficie el 10 de mayo. En el mismo momento en estaban saliendo Marek Edelman contó que la tapa de la alcantarilla, cayó con fuerza dejando adentro de las cloacas dos grupos de combate, que aparentemente lograron resistir como pudieron hasta junio. Los que lograron sobrevivir se integraron a los movimientos partisanos que lucharon en los bosques.
El recuerdo de esos jóvenes militantes, que generosa y desinteresadamente entregaron sus vidas, nos obliga a mantener su recuerdo. Trasmitirlo a las próximas generaciones para que la llama no se apague, para que su valentía siga honrando la memoria judía y sigan constituyendo un modelo de solidaridad y dignidad para todos nosotros y especialmente nuestros jóvenes
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sábado, 29 de abril de 2017
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