La inspiradora historia de un soldado con síndrome de Asperger (espectro autista) en el ejército de Israel.
Créditos de las imagenes: FDI.
El Cabo A., que trabaja como descifrador de fotografías aéreas en la Unidad 9900 de la Dirección de Inteligencia Militar, siempre supo que algo sobre él era diferente.
“Mis padres y yo sabíamos desde hace muchos años que algo sobre mí era diferente, pero no entendíamos exactamente qué era”, recuerda el Cabo A.
“Cuando escuché una conferencia en la escuela secundaria sobre el síndrome de Asperger, me dije a mí mismo , ‘esto suena muy similar a mí”.
Aunque el Cabo A. fue diagnosticado con Asperger a los 16 años, no había duda de que todavía serviría en las FDI.
El síndrome de Asperger es una condición neurobiológica, conjunto de características mentales y de conducta que forma parte de los trastornos del espectro autista, nombrado así en memoria de Hans Asperger, médico austríaco.
La persona con síndrome de Asperger muestra dificultades, de gravedad variable, en la interacción social y en la comunicación.
“Estaba exento del servicio militar, pero quería alistarme”, dice.
“Sentí una obligación con aquellos que me habían protegido durante todos estos años”.
Después de buscar un programa de las FDI para el Cabo A., su familia encontró “viendo lejos”, un programa innovador diseñado para integrar a adultos que se encuentran en el espectro autista en profesiones dentro de las FDI donde tienen una ventaja relativa.
Esto incluye: decodificación de fotografías aéreas, informática, software de control de calidad, electrónica y optoelectrónica.
El Cabo A. sirve a través del programa “viendo Lejos”, en un rol clave en la Unidad 9900 de inteligencia.
Él trabaja en un departamento único de soldados con Asperger, cuyas habilidades perceptivas son una ventaja.
En esta función, los soldados recopilan información visual y decodifican fotografías aéreas, lo que ayuda a crear una imagen completa de inteligencia del área.
“Lo más difícil para mí es sentirme ineficaz”, dice. “Sé que si miro algo lo suficiente, lo entiendo. No me rendiré.
Soy el tipo de persona que no se detiene. Sabía que si me alistaba, haría un servicio completo. No hay forma de que decida darme por vencido y ser liberado. Esa no es una opción para mí”.
“En el pasado, en reuniones, me sentaba de lado esperando que alguien viniera a hablar conmigo”, recordó.
Sin embargo, en la primera reunión del programa, el Cabo A. dijo que las cosas cambiaron.
“Recuerdo haberme dado cuenta de que era la primera vez que conocía personas en el espectro. Como todos eran como yo, no tenía miedo y hoy todavía soy amigo de todos los que estuvieron en mi curso”.
El espíritu de el Cabo A. viene de casa. “Mi madre sirvió en inteligencia”, revela con una sonrisa. “No soy arrogante, pero es especial seguir sus pasos”.
Hay personas que le asisten y a sus colegas en el programa para ayudarlos a enfrentar los desafíos especiales durante su servicio.
Estos miembros del personal del programa “Viendo Lejos” vienen a la unidad todas las semanas y se reúnen con los soldados del programa y sus comandantes.
Como parte de los eventos del Día de la Independencia de este año, el Cabo A. representó con orgullo el programa en un video proyectado en la ceremonia de Excelencia Presidencial.
“Este año recibió una medalla de excelencia para su unidad y este es solo el comienzo de su carrera”, dijo el teniente A., comandante del Cabo A.,
“El objetivo del programa es finalmente integrar a los soldados en el ejército para que puedan contribuir y dar lo que tienen. Son una gran reserva de conocimiento”.
“A menudo, cuando las personas están en la misma situación que yo, primero les dicen que no pueden hacerlo y que no son capaces”, dice el Cabo A. Quiero que sepan que los únicos que pueden decidir si pueden o no pueden son ellos mismos”.
Fuente:FDI
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