Lo de siempre y la renovación en el inventario del
terrorismo islamista
Ezequiel Eiben
17/07/2018
5 Av 5778
En los
últimos meses, la agrupación terrorista islamista Hamas y miles de palestinos
residentes en Gaza han mantenido una continua campaña de agresión contra Israel
y sus ciudadanos.
Al
párrafo previo podríamos ubicarlo en muchos espacios de la línea temporal
durante el transcurso de los años pasados, y encajaría sin problemas. Eso es lo
de siempre: terrorismo islamista palestino contra los judíos. La renovación en
el catálogo de medios de ataque puede hallarse en el elemento central utilizado
por los malvivientes: el fuego.
Acostumbrado
al constante lanzamiento de misiles contra civiles israelíes (esos a los que la
prensa internacional llama perniciosamente “cohetes de fabricación casera” para
reducir peligro e impacto sobre las víctimas), el terrorismo islamista ahora
también recurre a metodologías que se valen de las llamas para provocar daños
materiales y humanos.
Todo
comenzó con la “marcha del retorno” iniciada en marzo de 2018, a través de la
cual Hamas organizaba disturbios semanales los días viernes en la frontera con
Israel, pretendiendo simbolizar el regreso de los palestinos a su tierra
ocupada. Por supuesto, una patraña sin asidero político ni histórico, mucho
menos moral, pero que le servía como plato de comida a ser consumido por los
progresistas izquierdistas de Europa y Latinoamérica caracterizados (en mala
forma) por su “buen corazón”, y extremistas de derecha antisionistas que con
tal de descargar su odio antijudío eran capaces de defender “razas inferiores”
que no dudarían en reprimir de estar bajo su mando.
El modus operandi consistió en la quema de
neumáticos para generar una cortina de humo, y aprovechar la situación de
visión dificultosa para mandar a su horda de salvajes a chocar contra los
puestos de vigilancia fronterizos intentando infiltrarse en Israel, o bien a
sabiendas del seguro fracaso, generar bajas de su lado susceptibles de ser
usufructuadas mediáticamente. Los ataques no se redujeron a eso: además de la
quema y los salvajes chocadores, se emplearon artefactos explosivos con el
objeto de agujerear la valla de seguridad israelí en aras de permitir el
ingreso de los indeseados a las tierras vecinas. Y algo que no sorprende a
quienes llevamos más de una década estudiando la cultura de los palestinos:
civiles en primera fila utilizados como escudos humanos, bajo la consigna
“mientras más mueran, mejor”, en una retorcida explotación propagandística.
A todo
lo explicado, se le han sumado barriletes incendiarios y globos explosivos. A
simple vista, esto podría lucir como alimento para los deformadores de la
realidad amparados en la “fabricación casera” de las armas utilizadas por los
terroristas. Pero su capacidad de daño y el alcance conseguido por la
frecuencia de su implementación son tópicos que ya han quedado demostrados en
las cifras, contra todo intento de desinformación: según datos oficiales de las
Fuerzas de Defensa de Israel, 2994 hectáreas de tierra han sido quemadas, y se
han causado más de 750 incendios (lo que se traduce en un promedio de 11
incendios por día desde que comenzaron con la implementación de la estrategia)[1].
Algo paradójico en el
asunto es que Israel, como siempre, venía teniendo gestos de buena voluntad con
los residentes gazatíes. Ante la agresión desenfrenada, inevitablemente en
Ciertos
aspectos tuvo que dar marcha atrás. Por citar un caso, Israel había aumentado
de seis a nueve millas náuticas la zona de pesca, para el mejor aprovechamiento
de la temporada por parte de los palestinos. Pero las investigaciones dejaron
al descubierto un túnel dentro de un puesto de Hamas con salida al mar. Sabido
es que los túneles son utilizados por los terroristas para infiltrar agentes y
contrabandear elementos que sirvan para el ataque de judíos. Este episodio
provocó que la extensión de las millas náuticas retrocediera a seis nuevamente.
Aun así, Israel sigue permitiendo el ingreso de ayuda humanitaria y trabajando
para el mejoramiento en las condiciones de vida de los palestinos[1].
La
agresión palestina es constante y requiere óptima protección de la población
israelí. Para que nos demos una idea del cuadro de situación: el sábado 14 de
julio, se dispararon contra Israel 200 misiles y morteros, 4 civiles fueron
heridos, 173 veces sonaron las sirenas de alerta roja, y el sistema defensivo
Cúpula de Hierro realizó 30 intercepciones[2]. Vale decir, no hay mayor
número de víctimas gracias a la tecnología implementada por Israel para
defender a los suyos. Mente y aplicación científica orientadas hacia el bien;
al contrario de lo que hay enfrente, que es una permanente fabricación de
artefactos para la consecución del mal. La alternativa Razón-Salvajismo queda
fielmente reflejada en un escenario clarificador.
Pero
sin dedicarse exclusivamente a bloquear los envíos de los terroristas
palestinos, Israel decidió lanzar ataques estratégicos contra objetivos de
Hamas. En lo que ha sido reconocida como “la mayor cantidad de ataques desde la
Operación Margen Protector”, Tzahal bombardeó más de 40 posiciones terroristas
que incluían túneles, centros logísticos y un cuartel general en Beit Lahia.
Para no perder de vista la protección de civiles que constituye una firme
tradición en el ejército israelí -y que otros ejércitos en el mundo ni sueñan
con practicar- el mayor Avichay Adraee (portavoz árabe), advirtió en su idioma
a los civiles ubicados en Gaza para que se mantuvieran alejados de las zonas en
combate y se evitaran bajas[3]. Es decir: las Fuerzas de
Defensa de Israel no solamente protegen la frontera de agresiones e invasores y
sostienen con dignidad la soberanía israelí frente a las hostilidades
islamistas, sino que muestran también –para ojos extraños- una inusitada preocupación
por el bienestar de los civiles de la otra parte. Aclaremos: civiles que muchas
veces se confunden y se mimetizan con los terroristas, y toman cartas en el
asunto sumándose a las revueltas contra los efectivos israelíes.
Por su lado, el
Primer Ministro del Estado Judío, Biniamin Netanyahu, estuvo reunido con
líderes de las comunidades del sur de Israel –las principales afectadas por el
terrorismo-[4],
y declaró que no habría cese del fuego hasta que los agresores detuvieran sus
actividades anti-israelíes. “No estamos preparados para aceptar ningún ataque
contra nosotros y responderemos en consecuencia” manifestó en reunión de
Gabinete. “El que nos daña se hace daño a sí mismo, es lo que hicimos. Espero
que entendieran el mensaje y si no, ya lo
ciertos
aspectos tuvo que dar marcha atrás. Por citar un caso, Israel había aumentado
de seis a nueve millas náuticas la zona de pesca, para el mejor aprovechamiento
de la temporada por parte de los palestinos. Pero las investigaciones dejaron
al descubierto un túnel dentro de un puesto de Hamas con salida al mar. Sabido
es que los túneles son utilizados por los terroristas para infiltrar agentes y
contrabandear elementos que sirvan para el ataque de judíos. Este episodio
provocó que la extensión de las millas náuticas retrocediera a seis nuevamente.
Aun así, Israel sigue permitiendo el ingreso de ayuda humanitaria y trabajando
para el mejoramiento en las condiciones de vida de los palestinos[1].
La
agresión palestina es constante y requiere óptima protección de la población
israelí. Para que nos demos una idea del cuadro de situación: el sábado 14 de
julio, se dispararon contra Israel 200 misiles y morteros, 4 civiles fueron
heridos, 173 veces sonaron las sirenas de alerta roja, y el sistema defensivo
Cúpula de Hierro realizó 30 intercepciones[2]. Vale decir, no hay mayor
número de víctimas gracias a la tecnología implementada por Israel para
defender a los suyos. Mente y aplicación científica orientadas hacia el bien;
al contrario de lo que hay enfrente, que es una permanente fabricación de
artefactos para la consecución del mal. La alternativa Razón-Salvajismo queda
fielmente reflejada en un escenario clarificador.
Pero
sin dedicarse exclusivamente a bloquear los envíos de los terroristas
palestinos, Israel decidió lanzar ataques estratégicos contra objetivos de
Hamas. En lo que ha sido reconocida como “la mayor cantidad de ataques desde la
Operación Margen Protector”, Tzahal bombardeó más de 40 posiciones terroristas
que incluían túneles, centros logísticos y un cuartel general en Beit Lahia.
Para no perder de vista la protección de civiles que constituye una firme
tradición en el ejército israelí -y que otros ejércitos en el mundo ni sueñan
con practicar- el mayor Avichay Adraee (portavoz árabe), advirtió en su idioma
a los civiles ubicados en Gaza para que se mantuvieran alejados de las zonas en
combate y se evitaran bajas[3]. Es decir: las Fuerzas de
Defensa de Israel no solamente protegen la frontera de agresiones e invasores y
sostienen con dignidad la soberanía israelí frente a las hostilidades
islamistas, sino que muestran también –para ojos extraños- una inusitada preocupación
por el bienestar de los civiles de la otra parte. Aclaremos: civiles que muchas
veces se confunden y se mimetizan con los terroristas, y toman cartas en el
asunto sumándose a las revueltas contra los efectivos israelíes.
Por su lado, el
Primer Ministro del Estado Judío, Biniamin Netanyahu, estuvo reunido con
líderes de las comunidades del sur de Israel –las principales afectadas por el
terrorismo-[4],
y declaró que no habría cese del fuego hasta que los agresores detuvieran sus
actividades anti-israelíes. “No estamos preparados para aceptar ningún ataque
contra nosotros y responderemos en consecuencia” manifestó en reunión de
Gabinete. “El que nos daña se hace daño a sí mismo, es lo que hicimos. Espero
que entendieran el mensaje y si no, ya lo entenderán”
agregó con firmeza[1].
Netanyahu sabe que la subsistencia de Israel depende de mostrarse fuerte y con
reacciones tajantes ante la violencia batida en su contra. La doctrina de la
disuasión lo explica a la perfección: mientras más sólido aparece Israel en la
cabeza de sus enemigos, menos se animan a atacarlo. Puede que esto, sumado a la
impotencia que sienten los palestinos por no poder vencer militarmente a los
judíos, haya jugado su papel a la hora de decidir apelar a los barriletes
incendiarios: si no pueden protagonizar un enfrentamiento armado abierto contra
objetivos humanos, al menos se dedican a provocar daños materiales con
artefactos renovados y manipulados al efecto. Los terroristas de Hamas y Jihad
Islámica podrán creerse muy vivos recurriendo a la guerra de desgaste y a los
globos para incendiar campos y parcelas israelíes; pero por dentro, alguno debe
saber -para quienes se jactan de ser grupos terroristas de elite- que es hasta
un poco humillante tener que recurrir a dicha metodología porque no pueden
vencer mano a mano a un ejército mucho mejor. Esto no quiere decir que lo
utilizado no sea nocivo (ya vimos que tiene la capacidad de producir daño),
pero de seguro no es el primer recurso que elegirían los islamistas de estar en
igualdad de condiciones militares. La realidad es que son inferiores a Israel,
y lo seguirán siendo, porque el Estado Judío tiene gente más inteligente, más
preparada, y sobre todo, buena.
Finalmente,
el cese del fuego llegó a través de la mediación egipcia. Pero lejos de
respetarlo, y nuevamente demostrando su naturaleza, los terroristas recurrieron
a otro hábito de su añejo repertorio: violar el acuerdo. Así fue como el
domingo 15 de julio, tan solo horas después del anuncio del cese del fuego, más
cohetes fueron lanzados desde Gaza hacia Israel. Esto motivó la reacción de la
defensa israelí, y los resultados mencionados en los párrafos que anteceden al
presente. No se puede confiar en los terroristas islamistas, como no se puede
confiar en los acuerdos que se hagan con musulmanes que siguiendo las
enseñanzas del Corán aplican la “Taqiyyah”, que es el disimulo o engaño que
Allah aprueba para que sus fieles creyentes consigan sus objetivos en beneficio
del Islam. En esto, siguen al profeta Muhammad (Mahoma), quien para justificar
su violación a un acuerdo de paz con la tribu judía de Quraish, manifestó: “Si
hago un juramento y luego encuentro algo mejor, uso lo más favorable y quiebro
el juramento”[2].
En
fin, de Gaza provino lo de siempre: agresión. Y esta vez con un nuevo medio: la
utilización del fuego a través de elementos incendiarios. Por supuesto, Israel
respondió. Algunos seguiremos esperando que responda con mayor dureza y a mayor
escala, protegiendo más lo suyo y sin reparar tanto en el daño ajeno. Pero las
diferencias en las formas no cambiarán la coincidencia en el núcleo esencial de
las personas de bien: apoyar a Israel en su lucha. Una lucha que Israel no
inició, pero que para la continuidad de la civilización, sin dudas es quien
debe finalizarla prevaleciendo sobre el enemigo.
[1] Netanyahu:
no acordamos un alto el fuego sin parar los lanzamientos de globos incendiarios
http://aurora-israel.co.il/netanyahu-no-acordamos-un-alto-el-fuego-sin-parar-los-lanzamientos-de-globos-incendiarios/
[2] Taqiyyah:
La mentira sagrada – Por Egon Friedler
http://hatzadhasheni.com/taqiyyah-la-mentira-sagrada-por-egon-friedler/
[1] La
respuesta de las FDI a los ataques terroristas realizados por Hamás
https://www.idf.il/es/minisites/comunicados-de-prensa/la-respuesta-de-las-fdi-a-los-ataques-terroristas-realizados-por-ham%C3%A1s/
[2] Hamás
lanza 200 cohetes hacia Israel en solo 24 hs
https://www.idf.il/es/minisites/ham%C3%A1s/ham%C3%A1s-lanza-200-cohetes-hacia-israel-en-solo-24-hs/
[3] Israel
bajo fuego: eventos recientes
https://www.idf.il/es/minisites/ham%C3%A1s/israel-bajo-fuego-eventos-recientes/
[4] Radio Jai
www.radiojai.com
[1] La
respuesta de las FDI a los ataques terroristas realizados por Hamás
https://www.idf.il/es/minisites/comunicados-de-prensa/la-respuesta-de-las-fdi-a-los-ataques-terroristas-realizados-por-ham%C3%A1s/
[2] Hamás
lanza 200 cohetes hacia Israel en solo 24 hs
https://www.idf.il/es/minisites/ham%C3%A1s/ham%C3%A1s-lanza-200-cohetes-hacia-israel-en-solo-24-hs/
[3] Israel
bajo fuego: eventos recientes
https://www.idf.il/es/minisites/ham%C3%A1s/israel-bajo-fuego-eventos-recientes/
[4] Radio Jai
www.radiojai.com
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