jueves, 26 de julio de 2018


Lo de siempre y la renovación en el inventario del terrorismo islamista
Ezequiel Eiben
17/07/2018
5 Av 5778

En los últimos meses, la agrupación terrorista islamista Hamas y miles de palestinos residentes en Gaza han mantenido una continua campaña de agresión contra Israel y sus ciudadanos.
Al párrafo previo podríamos ubicarlo en muchos espacios de la línea temporal durante el transcurso de los años pasados, y encajaría sin problemas. Eso es lo de siempre: terrorismo islamista palestino contra los judíos. La renovación en el catálogo de medios de ataque puede hallarse en el elemento central utilizado por los malvivientes: el fuego.
Acostumbrado al constante lanzamiento de misiles contra civiles israelíes (esos a los que la prensa internacional llama perniciosamente “cohetes de fabricación casera” para reducir peligro e impacto sobre las víctimas), el terrorismo islamista ahora también recurre a metodologías que se valen de las llamas para provocar daños materiales y humanos.
Todo comenzó con la “marcha del retorno” iniciada en marzo de 2018, a través de la cual Hamas organizaba disturbios semanales los días viernes en la frontera con Israel, pretendiendo simbolizar el regreso de los palestinos a su tierra ocupada. Por supuesto, una patraña sin asidero político ni histórico, mucho menos moral, pero que le servía como plato de comida a ser consumido por los progresistas izquierdistas de Europa y Latinoamérica caracterizados (en mala forma) por su “buen corazón”, y extremistas de derecha antisionistas que con tal de descargar su odio antijudío eran capaces de defender “razas inferiores” que no dudarían en reprimir de estar bajo su mando.
El modus operandi consistió en la quema de neumáticos para generar una cortina de humo, y aprovechar la situación de visión dificultosa para mandar a su horda de salvajes a chocar contra los puestos de vigilancia fronterizos intentando infiltrarse en Israel, o bien a sabiendas del seguro fracaso, generar bajas de su lado susceptibles de ser usufructuadas mediáticamente. Los ataques no se redujeron a eso: además de la quema y los salvajes chocadores, se emplearon artefactos explosivos con el objeto de agujerear la valla de seguridad israelí en aras de permitir el ingreso de los indeseados a las tierras vecinas. Y algo que no sorprende a quienes llevamos más de una década estudiando la cultura de los palestinos: civiles en primera fila utilizados como escudos humanos, bajo la consigna “mientras más mueran, mejor”, en una retorcida explotación propagandística.
A todo lo explicado, se le han sumado barriletes incendiarios y globos explosivos. A simple vista, esto podría lucir como alimento para los deformadores de la realidad amparados en la “fabricación casera” de las armas utilizadas por los terroristas. Pero su capacidad de daño y el alcance conseguido por la frecuencia de su implementación son tópicos que ya han quedado demostrados en las cifras, contra todo intento de desinformación: según datos oficiales de las Fuerzas de Defensa de Israel, 2994 hectáreas de tierra han sido quemadas, y se han causado más de 750 incendios (lo que se traduce en un promedio de 11 incendios por día desde que comenzaron con la implementación de la estrategia)[1].
Algo paradójico en el asunto es que Israel, como siempre, venía teniendo gestos de buena voluntad con los residentes gazatíes. Ante la agresión desenfrenada, inevitablemente en
Ciertos aspectos tuvo que dar marcha atrás. Por citar un caso, Israel había aumentado de seis a nueve millas náuticas la zona de pesca, para el mejor aprovechamiento de la temporada por parte de los palestinos. Pero las investigaciones dejaron al descubierto un túnel dentro de un puesto de Hamas con salida al mar. Sabido es que los túneles son utilizados por los terroristas para infiltrar agentes y contrabandear elementos que sirvan para el ataque de judíos. Este episodio provocó que la extensión de las millas náuticas retrocediera a seis nuevamente. Aun así, Israel sigue permitiendo el ingreso de ayuda humanitaria y trabajando para el mejoramiento en las condiciones de vida de los palestinos[1].  

La agresión palestina es constante y requiere óptima protección de la población israelí. Para que nos demos una idea del cuadro de situación: el sábado 14 de julio, se dispararon contra Israel 200 misiles y morteros, 4 civiles fueron heridos, 173 veces sonaron las sirenas de alerta roja, y el sistema defensivo Cúpula de Hierro realizó 30 intercepciones[2]. Vale decir, no hay mayor número de víctimas gracias a la tecnología implementada por Israel para defender a los suyos. Mente y aplicación científica orientadas hacia el bien; al contrario de lo que hay enfrente, que es una permanente fabricación de artefactos para la consecución del mal. La alternativa Razón-Salvajismo queda fielmente reflejada en un escenario clarificador.
Pero sin dedicarse exclusivamente a bloquear los envíos de los terroristas palestinos, Israel decidió lanzar ataques estratégicos contra objetivos de Hamas. En lo que ha sido reconocida como “la mayor cantidad de ataques desde la Operación Margen Protector”, Tzahal bombardeó más de 40 posiciones terroristas que incluían túneles, centros logísticos y un cuartel general en Beit Lahia. Para no perder de vista la protección de civiles que constituye una firme tradición en el ejército israelí -y que otros ejércitos en el mundo ni sueñan con practicar- el mayor Avichay Adraee (portavoz árabe), advirtió en su idioma a los civiles ubicados en Gaza para que se mantuvieran alejados de las zonas en combate y se evitaran bajas[3]. Es decir: las Fuerzas de Defensa de Israel no solamente protegen la frontera de agresiones e invasores y sostienen con dignidad la soberanía israelí frente a las hostilidades islamistas, sino que muestran también –para ojos extraños- una inusitada preocupación por el bienestar de los civiles de la otra parte. Aclaremos: civiles que muchas veces se confunden y se mimetizan con los terroristas, y toman cartas en el asunto sumándose a las revueltas contra los efectivos israelíes.
Por su lado, el Primer Ministro del Estado Judío, Biniamin Netanyahu, estuvo reunido con líderes de las comunidades del sur de Israel –las principales afectadas por el terrorismo-[4], y declaró que no habría cese del fuego hasta que los agresores detuvieran sus actividades anti-israelíes. “No estamos preparados para aceptar ningún ataque contra nosotros y responderemos en consecuencia” manifestó en reunión de Gabinete. “El que nos daña se hace daño a sí mismo, es lo que hicimos. Espero que entendieran el mensaje y si no, ya lo
ciertos aspectos tuvo que dar marcha atrás. Por citar un caso, Israel había aumentado de seis a nueve millas náuticas la zona de pesca, para el mejor aprovechamiento de la temporada por parte de los palestinos. Pero las investigaciones dejaron al descubierto un túnel dentro de un puesto de Hamas con salida al mar. Sabido es que los túneles son utilizados por los terroristas para infiltrar agentes y contrabandear elementos que sirvan para el ataque de judíos. Este episodio provocó que la extensión de las millas náuticas retrocediera a seis nuevamente. Aun así, Israel sigue permitiendo el ingreso de ayuda humanitaria y trabajando para el mejoramiento en las condiciones de vida de los palestinos[1]
La agresión palestina es constante y requiere óptima protección de la población israelí. Para que nos demos una idea del cuadro de situación: el sábado 14 de julio, se dispararon contra Israel 200 misiles y morteros, 4 civiles fueron heridos, 173 veces sonaron las sirenas de alerta roja, y el sistema defensivo Cúpula de Hierro realizó 30 intercepciones[2]. Vale decir, no hay mayor número de víctimas gracias a la tecnología implementada por Israel para defender a los suyos. Mente y aplicación científica orientadas hacia el bien; al contrario de lo que hay enfrente, que es una permanente fabricación de artefactos para la consecución del mal. La alternativa Razón-Salvajismo queda fielmente reflejada en un escenario clarificador.
Pero sin dedicarse exclusivamente a bloquear los envíos de los terroristas palestinos, Israel decidió lanzar ataques estratégicos contra objetivos de Hamas. En lo que ha sido reconocida como “la mayor cantidad de ataques desde la Operación Margen Protector”, Tzahal bombardeó más de 40 posiciones terroristas que incluían túneles, centros logísticos y un cuartel general en Beit Lahia. Para no perder de vista la protección de civiles que constituye una firme tradición en el ejército israelí -y que otros ejércitos en el mundo ni sueñan con practicar- el mayor Avichay Adraee (portavoz árabe), advirtió en su idioma a los civiles ubicados en Gaza para que se mantuvieran alejados de las zonas en combate y se evitaran bajas[3]. Es decir: las Fuerzas de Defensa de Israel no solamente protegen la frontera de agresiones e invasores y sostienen con dignidad la soberanía israelí frente a las hostilidades islamistas, sino que muestran también –para ojos extraños- una inusitada preocupación por el bienestar de los civiles de la otra parte. Aclaremos: civiles que muchas veces se confunden y se mimetizan con los terroristas, y toman cartas en el asunto sumándose a las revueltas contra los efectivos israelíes.
Por su lado, el Primer Ministro del Estado Judío, Biniamin Netanyahu, estuvo reunido con líderes de las comunidades del sur de Israel –las principales afectadas por el terrorismo-[4], y declaró que no habría cese del fuego hasta que los agresores detuvieran sus actividades anti-israelíes. “No estamos preparados para aceptar ningún ataque contra nosotros y responderemos en consecuencia” manifestó en reunión de Gabinete. “El que nos daña se hace daño a sí mismo, es lo que hicimos. Espero que entendieran el mensaje y si no, ya lo   entenderán” agregó con firmeza[1]. Netanyahu sabe que la subsistencia de Israel depende de mostrarse fuerte y con reacciones tajantes ante la violencia batida en su contra. La doctrina de la disuasión lo explica a la perfección: mientras más sólido aparece Israel en la cabeza de sus enemigos, menos se animan a atacarlo. Puede que esto, sumado a la impotencia que sienten los palestinos por no poder vencer militarmente a los judíos, haya jugado su papel a la hora de decidir apelar a los barriletes incendiarios: si no pueden protagonizar un enfrentamiento armado abierto contra objetivos humanos, al menos se dedican a provocar daños materiales con artefactos renovados y manipulados al efecto. Los terroristas de Hamas y Jihad Islámica podrán creerse muy vivos recurriendo a la guerra de desgaste y a los globos para incendiar campos y parcelas israelíes; pero por dentro, alguno debe saber -para quienes se jactan de ser grupos terroristas de elite- que es hasta un poco humillante tener que recurrir a dicha metodología porque no pueden vencer mano a mano a un ejército mucho mejor. Esto no quiere decir que lo utilizado no sea nocivo (ya vimos que tiene la capacidad de producir daño), pero de seguro no es el primer recurso que elegirían los islamistas de estar en igualdad de condiciones militares. La realidad es que son inferiores a Israel, y lo seguirán siendo, porque el Estado Judío tiene gente más inteligente, más preparada, y sobre todo, buena.
Finalmente, el cese del fuego llegó a través de la mediación egipcia. Pero lejos de respetarlo, y nuevamente demostrando su naturaleza, los terroristas recurrieron a otro hábito de su añejo repertorio: violar el acuerdo. Así fue como el domingo 15 de julio, tan solo horas después del anuncio del cese del fuego, más cohetes fueron lanzados desde Gaza hacia Israel. Esto motivó la reacción de la defensa israelí, y los resultados mencionados en los párrafos que anteceden al presente. No se puede confiar en los terroristas islamistas, como no se puede confiar en los acuerdos que se hagan con musulmanes que siguiendo las enseñanzas del Corán aplican la “Taqiyyah”, que es el disimulo o engaño que Allah aprueba para que sus fieles creyentes consigan sus objetivos en beneficio del Islam. En esto, siguen al profeta Muhammad (Mahoma), quien para justificar su violación a un acuerdo de paz con la tribu judía de Quraish, manifestó: “Si hago un juramento y luego encuentro algo mejor, uso lo más favorable y quiebro el juramento”[2].
En fin, de Gaza provino lo de siempre: agresión. Y esta vez con un nuevo medio: la utilización del fuego a través de elementos incendiarios. Por supuesto, Israel respondió. Algunos seguiremos esperando que responda con mayor dureza y a mayor escala, protegiendo más lo suyo y sin reparar tanto en el daño ajeno. Pero las diferencias en las formas no cambiarán la coincidencia en el núcleo esencial de las personas de bien: apoyar a Israel en su lucha. Una lucha que Israel no inició, pero que para la continuidad de la civilización, sin dudas es quien debe finalizarla prevaleciendo sobre el enemigo.





[1] Netanyahu: no acordamos un alto el fuego sin parar los lanzamientos de globos incendiarios
http://aurora-israel.co.il/netanyahu-no-acordamos-un-alto-el-fuego-sin-parar-los-lanzamientos-de-globos-incendiarios/
[2] Taqiyyah: La mentira sagrada – Por Egon Friedler
http://hatzadhasheni.com/taqiyyah-la-mentira-sagrada-por-egon-friedler/

[1] La respuesta de las FDI a los ataques terroristas realizados por Hamás
https://www.idf.il/es/minisites/comunicados-de-prensa/la-respuesta-de-las-fdi-a-los-ataques-terroristas-realizados-por-ham%C3%A1s/
[2] Hamás lanza 200 cohetes hacia Israel en solo 24 hs
https://www.idf.il/es/minisites/ham%C3%A1s/ham%C3%A1s-lanza-200-cohetes-hacia-israel-en-solo-24-hs/
[3] Israel bajo fuego: eventos recientes
https://www.idf.il/es/minisites/ham%C3%A1s/israel-bajo-fuego-eventos-recientes/
[4] Radio Jai
www.radiojai.com

[1] La respuesta de las FDI a los ataques terroristas realizados por Hamás
https://www.idf.il/es/minisites/comunicados-de-prensa/la-respuesta-de-las-fdi-a-los-ataques-terroristas-realizados-por-ham%C3%A1s/
[2] Hamás lanza 200 cohetes hacia Israel en solo 24 hs
https://www.idf.il/es/minisites/ham%C3%A1s/ham%C3%A1s-lanza-200-cohetes-hacia-israel-en-solo-24-hs/
[3] Israel bajo fuego: eventos recientes
https://www.idf.il/es/minisites/ham%C3%A1s/israel-bajo-fuego-eventos-recientes/
[4] Radio Jai
www.radiojai.com

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