Israel hizo explotar miles de beepers del grupo terrorista Hezbollah el martes, matando a nueve personas e hiriendo a casi 3.000, en medio de temores de que la organización libanesa estuviera a punto de descubrir que los dispositivos habían sido manipulados, según informó el medio de comunicación Al-Monitor.
Sin embargo, decidieron actuar pronto, cuando un miembro de Hezbollah comenzó a sospechar de los dispositivos y planeó alertar a sus superiores, aseguró Al-Monitor.
Apenas unos días antes, otro miembro de Hezbollah había llegado a sospechar que los dispositivos habían sido manipulados, y luego fue asesinado, agregó Al-Monitor.
Al enterarse de las sospechas, los líderes israelíes supuestamente consideraron lanzar una guerra a gran escala inmediata para mantener el ataque en los beepers como un golpe inicial. Según el informe de Al-Monitor, también consideraron dejar las cosas como estaban, incluso a riesgo de que la operación se viera comprometida.
Israel no ha hecho comentarios oficiales sobre las detonaciones ni ha reivindicado o negado la responsabilidad.
El New York Times y Reuters informaron el martes que agentes israelíes habían manipulado los localizadores antes de que llegaran al Líbano, aunque no estaba claro dónde se había producido la manipulación.
“El Mossad inyectó una placa dentro del dispositivo que tiene material explosivo que recibe un código. Es muy difícil detectarlo por cualquier medio. Incluso con cualquier dispositivo o escáner”, afirmó a Reuters una fuente de seguridad libanesa de alto rango.
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