miércoles, 30 de julio de 2025

 Diecisiete países, además de los 22 miembros de la Liga Árabe y toda la Unión Europea, respaldaron un texto de siete páginas acordado en una conferencia de las Naciones Unidas para revitalizar la solución de dos Estados.

Países árabes y musulmanes, entre ellos Arabia Saudita, Catar, Egipto, Jordania y Turquía, firmaron el martes una declaración condenando por primera vez la ofensiva de Hamás del 7 de octubre de 2023 y exigiendo al grupo terrorista palestino que libere a todos los rehenes que mantiene retenidos, se desarme y ponga fin a su control sobre Gaza, en un intento por poner fin a la devastadora guerra en la Franja.
La "Declaración de Nueva York" establece un plan por etapas para poner fin al conflicto de casi ocho décadas y a la guerra en curso en Gaza, que culminaría con una Palestina independiente y desmilitarizada conviviendo con Israel, y su eventual integración en la región.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, se opone a la solución de dos Estados y ha rechazado la reunión por motivos nacionalistas y de seguridad. Estados Unidos, aliado cercano de Israel, también boicotea la reunión, calificándola de "improductiva e inoportuna".
El embajador de Israel ante la ONU, Danny Danon, criticó duramente a los 125 países que participan en la conferencia, afirmando que "en el mundo, hay quienes luchan contra terroristas y fuerzas extremistas, y quienes hacen la vista gorda o recurren al apaciguamiento".
La conferencia, pospuesta desde junio y reducida de líderes mundiales a ministros, estableció por primera vez ocho grupos de trabajo de alto nivel para examinar y presentar propuestas sobre diversos temas relacionados con la solución de dos Estados.
"En el contexto del fin de la guerra en Gaza, Hamás debe poner fin a su dominio en Gaza y entregar sus armas a la Autoridad Palestina, con la participación y el apoyo internacionales, en consonancia con el objetivo de un Estado palestino soberano e independiente", afirma la declaración.
Esta declaración sucede a un llamamiento de la delegación de la Autoridad Palestina ante Naciones Unidas para que tanto Israel como Hamás abandonen Gaza, permitiendo que la AP administre el territorio, según The Times of Israel.
El texto también condenó el mortífero ataque de Hamás el 7 de octubre, que desencadenó la guerra en Gaza. Esta declaración supone la primera condena del ataque por parte de prácticamente todos los países árabes.
También condenó los ataques israelíes en Gaza, instando a Jerusalén a abandonar muchas de sus políticas durante la guerra, en relación a la ayuda humanitaria a la Franja, su régimen militar y la construcción de asentamientos en Judea y Samaria, la violencia de colonos contra palestinos y su presunta alteración del statu quo en Jerusalén.
También exigió el posible despliegue de fuerzas extranjeras para estabilizar Gaza tras el fin de las hostilidades.
Instó a poner fin a la prohibición israelí de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos y sus descendientes, UNRWA, a la vez que reiteró el "derecho al retorno" palestino de quienes abandonaron el país tras la creación del Estado de Israel en 1948. Idea rechazada por sucesivos gobiernos israelíes, alegando que socavaría su existencia como Estado judío.
El texto también instó a la rehabilitación de la economía palestina, así como a la eliminación del material incitador y de odio del currículo escolar de la Autoridad Palestina, que también dirigieron a Israel.
Francia, que copresidió la conferencia con Arabia Saudita, calificó la declaración de "histórica y sin precedentes", e instó a los países miembros de la ONU a apoyarla, con "pasos tangibles y plazos concretos e irreversibles" hacia la implementación de la solución de dos Estados, firmemente rechazada por el gobierno israelí.
“Por primera vez, los países árabes y de Oriente Medio condenan a Hamás y el 7 de octubre, piden el desarme de Hamás, su exclusión del gobierno palestino y expresan claramente su intención de normalizar las relaciones con Israel en el futuro”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Noël Barrot.
Si bien la declaración incluye compromisos generales de "plena integración regional" y "medidas concretas para promover el reconocimiento mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación entre todos los Estados de la región", no incluye la intención explícita de los firmantes de establecer vínculos diplomáticos plenos con el Estado judío.
Además de Francia y Arabia Saudita, fue firmada por la Liga Árabe, la UE, Egipto, Catar, Jordania, Turquía, Indonesia, el Reino Unido, Canadá, Irlanda, España, Italia, Japón, Brasil, México, Noruega y Senegal.
El primer paso en la declaración es poner fin a la guerra de 22 meses entre Israel y Hamás.
“Tras el alto el fuego, debe establecerse inmediatamente un comité administrativo de transición que opere en Gaza bajo el amparo de la revitalizar la solución de dos Estados”, se lee.
La declaración apoya el despliegue de una misión internacional temporal de estabilización, encomendada por el Consejo de Seguridad de la ONU, y celebra “la disposición expresada por algunos Estados miembros a contribuir con tropas”.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo en la reunión del lunes: “La solución de dos Estados está más lejos que nunca”.
El martes, el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Sa’ar, declaró a la prensa internacional que Israel no cedería ante la “campaña distorsionada de presión internacional” para poner fin a la guerra en Gaza e imponer a Israel una solución de dos Estados.
“Establecer un Estado palestino hoy es establecer un Estado de Hamás. Un Estado yihadista”, declaró Sa’ar. “Eso no va a suceder”.
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