¡SHABAT SHALOM, ALMAS PURAS!
Llegamos al último Shabat del año.
Y es importante tomar conciencia de que es precisamente el último.
Porque la infancia también termina, como también la juventud y la vejez…
Porque todo lo que comienza, también termina.
Y amigarse con los finales es un signo de madurez.
Aprender a despedir los procesos y los ciclos dignamente.
Porque sin terminar de verdad, no hay ninguna posibilidad de volver a comenzar.
Y necesitamos urgentemente de un tiempo nuevo.
Pero nuevo de verdad.
Nuevo y por estrenar.
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