domingo, 26 de junio de 2016

Revista de Prensa

La ONU, echada a perder

 

ONU
The Times of Israel recoge las palabras de un discurso reciente del líder del partido israelí Hay Futuro (Yesh Atid), Yair Lapid, en el que condena la hipocresía y el doble rasero antiisraelí de la principal organización multinacional.
El trato a Israel del Consejo de Derechos Humanos de la ONU hace tiempo que excedió los límites de la crítica legítima. En la pasada década, el Consejo ha votado 61 resoluciones condenatorias de abusos contra los derechos humanos en todo el mundo y 67 resoluciones que condenan a Israel.
Déjenme repetirlo: el Consejo ha condenado a Israel, un país democrático que observa la legalidad internacional, más veces que al resto del mundo en su conjunto.
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Los enemigos de Israel (…) ahorcan a los gais en postes telefónicos, creen que las mujeres son propiedad de sus hombres y, obviamente, no creen en instituciones como la ONU.
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Lejos de ser una organización que protege la libertad, la democracia, los valores liberales y la paz mundial, partes de la ONU se han convertido en lo contrario. Se han convertido en colaboradores del islam fundamentalista.
La mayoría automática de países no democráticos se ha convertido en una mayoría automática contra Israel.
El exembajador israelí Yarom Ettinger desmonta en este artículo la presunción de que el Estado judío se encuentra aislado internacionalmente en el terreno económico.
Los inversores extranjeros reconocen de manera creciente la ventaja competitiva de Israel como un semillero global líder en tecnologías innovadoras –el segundo, solo por detrás de Silicon Valley– y el laboratorio más rentable y testado para la industria comercial y de defensa de EEUU. Esta realidad emergente israelí ha producido lazos mutuamente beneficiosos con la industria comercial y de defensa, así como con el mundo de la defensa estadounidense.
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La comunidad global de inversores ha proporcionado una lúcida respuesta –reforzada por su cartera de inversiones– a todos los que preguntan si Israel va contra la tendencia mundial y si cada vez está más integrado o más aislado. En palabras de la revista ‘Forbes’, “Israel, claramente, tiene un impacto desproporcionado en la innovación mundial”.
La periodista israelí Lital Shemesh destaca el ejemplo de heroísmo del ciudadano israelí que se enfrentó a los terroristas que irrumpieron en el Sarona Market de Tel Aviv. Para Shemesh, casos así distinguen a Israel de los demás países.
Israel, con todos sus problemas y males, es un país de responsabilidades mutuas. Es un país de madres y padres que llevan ollas llenas de comida casera a los soldados de la frontera de Gaza; un país de gente que abre sus puertas a soldados solitarios para las comidas de shabat; un país de ciudadanos que recolectan millones de shékels en tan solo una semana para un soldado herido; un país lleno de pequeños héroes que no ven como un acto de heroísmo salvar la vida a otro, sino como un deber necesario.

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