Ana Alcalde, más conocida como “Barbie Gaza”, se ha convertido en la imagen mediática de la flotilla Sumud. En televisión y en sus propias redes sociales ha llegado a afirmar auténticas barbaridades como que “las violaciones del 7-O son un bulo” y que “las chicas secuestradas dijeron que las trataron bien”. Incluso llegó a banalizar el horror comentando que una de ellas “se operó la nariz porque se sentía fea al ver que no le habían hecho nada”.
Pero no se queda ahí: también blanquea a Hamás, organización terrorista reconocida internacionalmente, describiéndola como “un grupo político con diferentes facciones, entre ellas la resistencia armada”. Sobre los terroristas, llegó a decir: “Yo, si hay terroristas entre ellos, no lo sé. No me concierne a mí”. Y añade: “Están resistiendo a una ocupación. No solo en Gaza, también en Cisjordania”.
Este es el perfil de personas que el Gobierno de Sánchez pretende respaldar enviando un buque: individuos que justifican y normalizan a Hamás, del mismo modo que el propio Sánchez, cuando habla de “genocidio” o llama “presos” a los secuestrados israelíes. Esa narrativa no es neutral: lo alinea más con los terroristas que con la verdad de los hechos.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.