jueves, 30 de julio de 2009

EL FIN DEL INTERVENCIONISMO‏

Shmuel Rosner

Solo un tonto se hubiera sorprendido por la serie de explosiones que ocurrieron el 14 de julio en las afueras de la aldea de Khirbet Slem en el sur de Libano. La repentina detonacion del arsenal de Hezbola fue efectivamente inusual- pero el incidente atrajo la atencion hacia algo que habia casi sido olvidado: La presencia de las tropas de paz internacionales en el sur de Libano, ordenada por la Resolucion 1701 de ONU, no ha logrado su objetivo de "desarmar y desmantelar a Hezbola", la milicia libanesa chiita respaldada por Iran. No ha siquiera estado cerca. (La resolucion que termino la guerra de 2006 entre israel y Hezbola tambien declaro, "No habra armas o autoridad en Libano mas que aquellas del Estado Libanes".) Cuando las tropas de la ONU se aproximaron al sitio de las explosiones, estas fueron apedreadas por los aldeanos locales intentando- exitosamente- evitar que la fuerza se acercara mas al lugar.
Por los ultimos tres años, la fuerza desplegada en Libano se las ha arreglado para evitar problemas manteniendo "largamente buenas" relaciones con Hezbola- como lo dijo la Associated Press. Por supuesto, la Resolucion 1701 solo "autoriza a UNIFIL a tomar todas las acciones necesarias en areas de despliegue de sus fuerzas y como lo estime dentro de sus capacidades". Pero esta es una definicion engañosa. Las capacidades evaluadas por quien? Capacidades limitadas a que precio en dinero y sangre? Con que consecuencias? Aparentemente, visitar un lugar donde han ocurrido explosiones no esta dentro de las "capacidades" de la UNIFIL- pero al menos puede mantener "largamente buenas" relaciones con Hezbola.
Es facil burlarse de los guardianes en el sur de Libano, pero Libano es solo un ejemplo, y UNIFIL es solo una fuerza inadecuada. Esto es porque, tranquilamente y sin miramientos, la era de la exitosa intervencion internacional ha pasado. Los logros de Bosnia y Kosovo, el rechazo a aceptar un golpe en Haiti, los discutibles logros de Iraq y Afganistan, aun la auto-flagelacion llena de remordimientos sobre Rwanda- todos marcaron el tiempo del intervencionalismo capaz. La intervencion no siempre fue limpia, no siempre fue lo suficientemente energica, pero fue una meta a la que se podia aspirar. Ya no mas.
Fuente: The Jerusalem Post

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