lunes, 10 de julio de 2017

TABLAS ROTAS
Cuando los actos que realizamos, mínimos o grandiosos, carecen de potencia y vitalidad, es porque las Tablas están rotas.
Cuando somos incapaces de integrar lo que estudiamos, es porque las Tablas están rotas.
Cuando la Sabiduría se transforma en tradición y en símbolos, es porque las Tablas están rotas.
Cuando la memoria reemplaza al corazón, es porque las Tablas están rotas.
Cuando el hacer no fluye, sino que debemos apelar a la fuerza y a la inercia, es porque las Tablas están rotas.
Cuando el amor se transforma en “otra cosa”, más adulta y más racional, es porque las Tablas están rotas.
Cuando saboreamos el aburrimiento, o aprendemos a matar el tiempo, es porque las Tablas están rotas.
Cuando los días pasan veloces e inadvertidos, y ya “de nuevo es viernes”, es porque las Tablas están rotas.
Cuando ya no recordamos la última vez que nos reímos abiertamente, es porque las Tablas están rotas.
Y no se trata de “aquellas” Tablas rotas, y de un hecho sucedido en el pasado.
Sino de nuestras vidas desteñidas, fósforos húmedos, desamor hecho costumbre, Vida con minúscula.
Tablas rotas.

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