domingo, 2 de julio de 2017


PANORAMA DESDE EL KOTEL: CRISIS ISRAEL-DIÁSPORA Y PRÓRROGA DE 6 MESES
El premier Biniamín Netanyahu congeló la congelación del acuerdo por el espacio mixto en el Kotel. Ese podría ser el título, si se entendiera. Anunció que nombraría una comisión para analizar el acuerdo que ya había sido analizado y firmado, para crear un tercer espacio para el rezo mixto en el Muro Occidental, en el que las mujeres pudieran usar kipá, talit, tefilín y leer la Torá, exactamente igual que los hombres. También se congeló la decisión de prohibir las conversiones privadas al judaísmo, que apuntaba contra organizaciones ortodoxas no estatales, pero también cerraba puertas futuras a los movimientos conservador y reformista.
Es que Bibi y sus ministros no se esperaban el tsunami de reacciones del judaísmo diaspórico, resumido por un líder judío norteamericano: "Ustedes piensan que hay dos tipos de judíos aquí: los que se ofenden por el monopolio ortodoxo y los que se entusiasman con Israel y siempre lo ayudarán. Pero, ¿saben qué? Son las mismas personas. No seguiremos por siempre luchando por ustedes en el Congreso o donando millones si continúan maltratándonos".
Y esas palabras, "no por siempre", nunca se habían escuchado en las relaciones entre Israel y la Diáspora, en especial desde la norteamericana, la más grande del mundo. No en unas relaciones donde las palabras siempre fueron otras: "apoyo incondicional".
Se trata de una verdadera crisis. La cancillería israelí instruyó a sus embajadores y cónsules para que se preparen para manifestaciones judías frente a sus sedes, y para recibir y escuchar "amablemente" a sus representantes. Todos los consulados en EEUU recibieron toneladas de mails furibundos, donde las palabras que más se repetían eran: "Pérdida de la confianza".
La mayor expresión de la crisis es la amenaza de cesar las donaciones, calculadas por el diario Yediot Ajaronot en mil millones de dólares anuales, y por Canal 2 en seis mil millones anuales. A pesar de que Israel, al contrario de sus primeros años, puede vivir sin las donaciones del judaísmo diaspórico, se trata de un duro golpe a la economía israelí pero, sobre todo, un golpe moral.
El año que viene se conmemoran 70 años de la independencia de Israel, y muchos elevaron temores de que la diáspora judía se ausente de los festejos, lo cual podría redundar en una verdadera crisis económica, turística, pero más que nada, de significación política: si Israel se desentiende de la diáspora judía, y esta da la espalda a Israel, habrá quienes se pregunten cuál es la visión y el propósito de este Estado.
Ayer, frente a la Residencia del Premier, en Jerusalén, unos mil manifestantes conservadores y reformistas, entre ellos el movimiento Mujeres del Kotel, manifestaron bajo lemas como: "Bibi, no dividas al pueblo", y "Judaísmo sin coerción".
La nueva comisión de Bibi funcionará durante seis meses, al cabo de los cuales deberá presentar sus conclusiones. La pregunta es qué dirá de nuevo. Pero, ¿por qué no patear la pelota afuera cuando tenemos cómo? Dinero del erario público para más salarios, y para innumerables burekas, medialunas y uvas para comer en las reuniones de la nueva comisión siempre habrá.

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