Dachau, Alemania, 1945.
El niño que compartió su pan
En lugar de devorarlo, lo partió en tres pedazos y se los entregó a otros dos prisioneros y a un anciano que estaba a su lado.
Cuando le preguntaron por qué, respondió en voz baja: «Sé lo que es el hambre. No quiero que ellos lo sepan hoy».
Ese momento de generosidad, a la sombra de la muerte, fue recordado mucho después de la liberación.
Raul Conde

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