martes, 30 de diciembre de 2025

DEL GATESTONE INSTITUTE

 URGENTE: CORTEN EL APOYO EXTERIOR DE IRAN


Por Majid Rafizadeh
Diciembre 20, 2025

  • Irán utiliza a Irak no sólo como una plataforma militar sino como una arteria financiera, moviendo fondos a través de bancos, intercambiando divisas, y valiéndose de redes corruptas para eludir las sanciones. Sin presión sobre Irak para limpiar estas fuentes financieras, Irán goza de una puerta trasera que lo mantiene con paso firme aun mientras está bajo presión internacional. Es una puerta que el Occidente ha dejado abierta durante demasiado tiempo.
  • La debilidad de Líbano ha permitido al régimen iraní convertir al país en su más importante base de avanzada – por suerte justo sobre la frontera de Israel.
  • Al comprar vastos montos de petróleo iraní a tasas descontadas, Beijing da a Teherán la divisa dura que éste necesita para financiar a Hezbola, Hamas, los hutíes y otras milicias regionales. Las exportaciones petroleras también permiten a Irán evitar una crisis económica en casa y evitar el colapso financiero que producirían sólo las sanciones contra Irán.
  • Turquía, Catar, Irak, Líbano, Yemen, China y otros estados que permiten a Irán maniobrar están proporcionando a Teherán exactamente lo que necesita para volver a pararse sobre sus pies: geografía segura, dinero en efectivo, mercados de energía, agujeros legales financieros, refugios aliados, y cobertura diplomática.
  • Detener la belicosidad del régimen de Irán requiere de una visión más amplia. Sólo cuando los salvavidas externos del régimen de Irán sean cortados, éste sentirá finalmente el peso total de la presión internacional. Sólo entonces pueden el pueblo iraní y la región moverse hacia la estabilidad, seguridad y libertad, a salvo del alcance destructivo de Irán.
 
Mientras todos se están enfocando en Gaza, Rusia y Ucrania, Irán ha estado reconstruyendo furtivamente su maquinaria de guerra.
Una de las formas más eficaces de lentificar la remilitarización del brutal régimen de Irán es no sólo poner presión directa sobre el propio régimen sino también tomar como blanco a los países que permiten que opere libremente, financie a sus satélites, y expanda su influencia.
El régimen de Irán sobrevive en gran medida debido a que tiene apoyo externo que le permite mover dinero, encontrar reclutas, transferir armas, y, después de toda ronda de sanciones, reconstruir su maquinaria de guerra. Si estos países que son aliados de Teherán fueran a enfrentar consecuencias reales por facilitar la capacidad de Irán de rearmarse y reafirmarse, la amenaza que podría presentar se achicaría drásticamente. Desempoderar a Irán requiere cortar no sólo su poder interno, sino también las plataformas extranjeras que lo ayudan a financiarse, operar y crecer.
Las redes de Irán a lo largo del Medio Oriente demuestran cuan profundamente depende el régimen de otros países para hacer avanzar su agenda. Recientes descubrimientos de actividad de Hamas en Turquía expusieron que el grupo ha estado usando el territorio turco como un centro logístico y financiero, beneficiándose del patrocinio y dirección de Irán. Los hallazgos por parte de Israel revelan que individuos afiliados a Hamas han estado recaudando fondos, operando, y coordinando desde Turquía — usando el país como un puente seguro para mover dinero y conectar a sus redes aliadas.
El caso parece parte de un patrón más grande: Irán identifica países donde el imperio de la ley es débil, la cobertura política está disponible, y los sistemas financieros pueden ser explotados, entonces construye capas de infraestructura allí. Cuando estos países no enfrentan consecuencias de la comunidad internacional, Teherán sabe que aun cuando la presión aumenta en casa, puede expandirse en el exterior.
Los satélites de Irán todavía están anclados en estados que refuerzan su presencia.
En Irak, las milicias respaldadas por Irán han operado durante años con impunidad, dando forma a la seguridad, la economía y el paisaje político. Estas milicias controlan cruces fronterizos, rutas de contrabando, e importantes contratos económicos, dando a Teherán una serie de ingresos e influencia mucho más allá de sus fronteras. Irán usa a Irak no sólo como una plataforma militar sino como una arteria financiera, moviendo fondos a través de bancos, intercambiando divisas, y valiéndose de redes corruptas para eludir las sanciones. Sin presión sobre Irak para limpiar estas fuentes financieras, Irán goza de una puerta trasera que lo mantiene con paso firme aun mientras está bajo presión internacional. Es una puerta que el Occidente ha dejado abierta durante demasiado tiempo.
En Líbano, un ejemplo aún más claro, Hezbola funciona esencialmente como una filial de Irán mientras controla puertos, agencias de seguridad, cruces fronterizos y una gran parte del sistema político del país. La debilidad de Líbano ha permitido al régimen iraní convertir al país en su más importante base de avanzada – por suerte justo sobre la frontera de Israel. Hezbola recibe financiación, entrenamiento y armas de Irán, luego utiliza la parálisis política de Líbano para evitar ser responsabilizado.
Si nadie aplica presión sobre las élites políticas e instituciones de Líbano, las cuales toleran y a menudo facilitan el dominio de Hezbola, Irán seguirá gozando de su bastión militar permanente en el país.
Fuera del Medio Oriente, China ha estado manteniendo al régimen de Irán en el estilo al cual está acostumbrado adquiriendo grandes montos de petróleo iraní – especialmente cuando las sanciones están en vigencia y cuando la comunidad internacional intenta reimponer restricciones adicionales. Al comprar vastos montos de petróleo iraní a tasas descontadas, Beijing da a Teherán la divisa dura que éste necesita para financiar a Hezbola, Hamas, los hutíes y otras milicias regionales. Las exportaciones petroleras también permiten a Irán evitar una crisis económica en casa y evitar el colapso financiero que producirían sólo las sanciones contra Irán. Cuando Irán tiene una potencia mundial encantada de comprar su petróleo incondicionalmente, las sanciones perdieron su fuerza en el momento exacto en que la comunidad internacional está intentando sofocar su comportamiento regional hostil.
Turquía, Catar, Irak, Líbano, Yemen, China y otros estados que permiten a Irán maniobrar están proporcionando a Teherán exactamente lo que necesita para volver a pararse sobre sus pies: geografía segura, dinero en efectivo, mercados de energía, agujeros legales financieros, refugios aliados, y cobertura diplomática. El régimen actual de sanciones no está funcionando, y Teherán lo sabe.
La solución, como es de esperar, es sencilla: la Unión Europea necesita unirse a Estados Unidos en aplicar presión política y económica directa, coordinada y constante, no sólo sobre Irán sino sobre los gobiernos, empresas e instituciones que ayudan a Irán a eludir las restricciones. Cuando esos países se den cuenta que empoderar al régimen de Irán llega al costo de perder acceso a los mercados enteros estadounidense y de la Unión Europea, su cálculo podría cambiar.
No es muy probable que algún país sacrifique los beneficios de comerciar con el Occidente sólo para ayudar a Teherán a seguir destruyendo el Medio Oriente. La presión tiene que ser lo suficientemente fuerte como para que los gobiernos en Turquía, Catar, Irak, Líbano e incluso China, sean obligados a reconsiderar si la relación con Irán es digna de los enormes riesgos económicos.
Detener la belicosidad del régimen de Irán requiere de una visión más amplia. Sólo cuando los salvavidas externos del régimen de Irán sean cortados, éste sentirá finalmente el peso total de la presión internacional. Sólo entonces pueden el pueblo iraní y la región moverse hacia la estabilidad, seguridad y libertad, a salvo del alcance destructivo de Irán.
 
El Dr. Majid Rafizadeh, es un politólogo, analista educado en Harvard, y miembro de la junta de Harvard International Review. El ha escrito varios libros sobre la política exterior estadounidense.

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