Eli Cohen no fue solo un espía.Fue un judío que arriesgó su vida infiltrándose en el corazón del régimen sirio para proteger a Israel. Durante años vivió con una
identidad falsa, entregando información clave que salvó miles de vidas. En 1965 fue descubierto, juzgado y ejecutado en Damasco.
Su cuerpo nunca fue devuelto, pero su legado sigue vivo como símbolo de valentía, sacrificio y lealtad absoluta a su pueblo.

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