martes, 26 de febrero de 2008

Vuelve el Kibbutz


A mediados de los años 80 del siglo pasado, los Kibutzím de Israel entraron en una grave crisis económica. Esta crisis, causada principalmente por razones políticas, se sumó a una crisis ideológica que había comenzado anteriormente, pero había sido reprimida hasta ese momento.La crisis política y económica originó una crisis demográfica que llevó al abandono de más de 50.000 "kibutznikim" durante los veinte años siguientes.A principios de los años 2000 parecía que el ideal kibutziano, el cual había sido in ingrediente primordial en el desarrollo del Estado de Israel, estaba a punto de derrumbarse. Los Kibutzím se encontraban en una crisis existencial, y más de la mitad de ellos (aprox. 135 de un total de 276 Kibutzím) fueron declarados insolventes y se encontraron en peligro de disolución.En la última década, la sensación del inminente fin del Kibutz se intensificó en la opinión pública y en los medios de difusión, un alto precio adicional para la "villa global" que habitamos.Pero resulta que la cosa no fue así. Lejos de la opinión pública y de los medios de comunicación que la acompañan, se produjo en la última década una dramática revolución durante la cual el ideal kibutziano se transformó y adaptó al siglo XXI.Hoy en día, a finales de la primera década del siglo XXI, el Kibutz vuelve a ser un componente central y dominante en la sociedad israelí y en el desarrollo del Estado de Israel.El año pasado, el volumen de producción de la industria kibutziana totalizó 8 billones de dólares, aprox. un 11% de la producción industrial del Estado de Israel. La agricultura kibutziana, que representa un 35% de la agricultura nacional, generó un volumen de ventas de 1,5 billones de dólares. La contribución de los Kibutzím representa actualmente un 6% del producto nacional bruto del Estado de Israel. Cabe destacar que ello proviene de una población que representa un 1,7% del total de la población civil del país.En el año 2000, la mitad de los Kibutzím se encontraba en peligro de disolución. Actualmente sólo 30 Kibutzím aún se encuentran en estado de riesgo económico, mientras que todos los demás se encuentran en vías de estabilización y crecimiento.Paralelamente a la estabilización económica, vino también la estabilización demográfica: En los últimos tres años, los Kibutzím absorben más gente que la que los abandona. Durante años, no sólo que los Kibutzím no recibían miembros nuevos, sino que los miembros existentes abandonaban el Kibutz. En el último año, muchos Kibutzím han absorbido decenas de nuevos Javerím (miembros del Kibutz).Si tomamos en cuenta que el 75% de los Kibutzím están ubicados en la periferia y en las zonas limítrofes al sur y al norte del país, es evidente que se trata de una recuperación realmente dramática, con significativas consecuencias para los intereses principales del Estado de Israel.¿Cómo sucedió? ¿Qué fue lo que pasó dentro de los Kibutzím, que hizo posible este vuelco tan drástico?Durante la última década, los Kibutzím llevaron a cabo una serie de cambios estructurales, que juntos originaron este vuelco y dieron lugar al dramático proceso de recuperación. Los valores fundamentales sobre los cuales el ideal kibutziano había sido fundado, aún siguen vigentes, pero su forma de implementación cambió, y ahora es más acorde a la evolución del tiempo. El nuevo pensamiento, y el afán de reconstruir el Kibutz de manera tal de generar una mejora en la situación económica y atraer nuevamente a los jóvenes dio lugar a un equilibrio más correcto de los valores de la ideología kibutziana.Ante todo, el sistema administrativo fue objeto de una reforma de base: En el pasado, todas las decisiones, tanto aquellas de carácter social como las de carácter comercial, eran tomadas conjuntamente por todos los miembros del Kibutz, como expresión de igualdad, principio supremo del Kibutz. Hoy en día, negocios por un lado y comunidad por el otro. La comunidad continúa manejándose según el mismo principio de participación de todos los miembros en la toma de decisiones, pero los negocios se rigen por los criterios profesionales generalmente aceptados en el mundo.El mercado laboral también sufrió cambios: En el pasado, todos los "Javerím" trabajaban en el marco del Kibutz y en base a las necesidades del Kibutz, mientras que hoy en día, los "Javerím" son profesionales, y el 35% de ellos trabajan en profesiones libres, fuera del Kibutz. Este cambio forma parte del equilibrio generado entre la importancia del trabajo en sí y la importancia del sustento y del afán de autorrealización, en contraste con el pasado, en el que predominaban las necesidades colectivas.Otro cambio se manifiesta en la provisión de seguridad personal a cada miembro del Kibutz: Antes, se acostumbraba que ningún miembro poseía bienes propios, sino que todo pertenecía a la comunidad. Como consecuencia del cambio operado, hoy en día hay una tendencia a asegurar derechos jubilatorios personales y en algunos Kibutzím las viviendas son registradas a nombre de los "Javerím".El cambio principal que más influyó en la ideología kibutziana fue, quizás, la transición del ideal de igualdad total a igualdad básica. Si anteriormente el Kibutz aspiraba a la igualdad total entre sus miembros, actualmente existe una relación entre el sustento y los ingresos de cada miembro, y el presupuesto que éste recibe a fin de mes. Esto se logró por medio de la imposición interna de altas contribuciones tributarias a aquellos miembros que ganan sueldos más altos, para evitar la disparidad dentro de la comunidad. También se ha generado una red de seguridad, que asegura que ningún miembro de la comunidad caiga, y que aún quien, por cualquier motivo, no recibe un salario aceptable, pueda recibir un complemento, de los fondos colectivos recolectados de la contribución interna de los "Javerím".El nuevo Kibutz conserva los valores fundamentales de la ideología kibutziana de hace 100 años, pero generó un equilibrio más apropiado entre los mismos: Si en el pasado practicamente no cabía la idea de la voluntad propia frente a la voluntad colectiva, hoy en día se da más cabida al individual y a la familia, frente al lugar en la comunidad.El Kibutz del siglo XXI no es el mismo Kibutz de 100 y 50 años atrás, pero aún es una forma de vida que representa un ejemplo de sociedad justa, igualitaria y solidaria, más que cualquier otra sociedad occidental.

Fuente: Argentina.co.il

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