**Quiero**
Quiero, por fin quiero, tener la valentía de enviarte este
escrito y decirte que será, el último,
que de mi recibirás.
Quiero y muy contento estoy por ello, de asegurarte que lo
nuestro terminó, si es que existió.
Quiero, con toda mi voz, contarle al mundo que te quise,
pero eso ya pasó. Que hoy puedo
escribirte, sin temor y sin dolor, que mis noches y mis
sueños son normales.
Quiero, decirte, que tu fuiste como una estrella fugaz,
que es hermosa pero no deja ningún
rastro para apreciar su belleza.
Quiero compararte con una tormenta de verano, que con
truenos y relámpagos, cuando el
cielo se calma, sale, nuevamente el sol y la tierra
aprovecha la humedad, como fue nuestro
amor. Una tormenta de verano, que sólo experiencia nos
dejó.
Quiero que comprendas, que amores, como los nuestros, no
son amores, son heridas sobre
heridas, que nunca dejan de cicatrizar, Y puede ser que
encontremos, en vidas separadas,
nuestras felicidades.
Quiero que no tengas dudas, yo te amé, con ternura, con
respeto y con la pasión que los años
me permitan ¡ Pero tu nunca lo entendiste !
Cuando la pasión, con los años, se fueron, tu te fuiste
con ellos.
Quiero, por fin quiero, darte un buen consejo, de alguien
que tanto te amó. El amor es entrega,
sin años y distancia. La pasión necesita años y distancia,
para no apagarse y transformarse
en cenizas, como el tronco en el viejo hogar.
¡ No confíes en la pasión y en las estrellas fugaces !
¡ Confía en las estrellas, que están en el firmamento,
decorando el mismo cielo !
¿ No te parece mejor ?
Mario Beer-Sheva
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**Quiero**
Quiero, por fin quiero, tener la valentía de enviarte este
escrito y decirte que será, el último,
que de mi recibirás.
Quiero y muy contento estoy por ello, de asegurarte que lo
nuestro terminó, si es que existió.
Quiero, con toda mi voz, contarle al mundo que te quise,
pero eso ya pasó. Que hoy puedo
escribirte, sin temor y sin dolor, que mis noches y mis
sueños son normales.
Quiero, decirte, que tu fuiste como una estrella fugaz,
que es hermosa pero no deja ningún
rastro para apreciar su belleza.
Quiero compararte con una tormenta de verano, que con
truenos y relámpagos, cuando el
cielo se calma, sale, nuevamente el sol y la tierra
aprovecha la humedad, como fue nuestro
amor. Una tormenta de verano, que sólo experiencia nos
dejó.
Quiero que comprendas, que amores, como los nuestros, no
son amores, son heridas sobre
heridas, que nunca dejan de cicatrizar, Y puede ser que
encontremos, en vidas separadas,
nuestras felicidades.
Quiero que no tengas dudas, yo te amé, con ternura, con
respeto y con la pasión que los años
me permitan ¡ Pero tu nunca lo entendiste !
Cuando la pasión, con los años, se fueron, tu te fuiste
con ellos.
Quiero, por fin quiero, darte un buen consejo, de alguien
que tanto te amó. El amor es entrega,
sin años y distancia. La pasión necesita años y distancia,
para no apagarse y transformarse
en cenizas, como el tronco en el viejo hogar.
¡ No confíes en la pasión y en las estrellas fugaces !
¡ Confía en las estrellas, que están en el firmamento,
decorando el mismo cielo !
¿ No te parece mejor ?
Mario Beer-Sheva
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