domingo, 24 de agosto de 2025

DEL JPOST

LA APUESTA MAS GRANDE DE NETANYAHU: UN EMPUJON FINAL EN GAZA PARA REPARAR LA IMAGEN ROTA DE ISRAEL
Para Netanyahu, el cálculo ahora es sencillo: ganar la guerra rápidamente, y el resto se solucionará.

Here, the prime minister addresses the media on Sunday.
Aquí, el primer ministro habla a los medios de comunicación el domingo.
(foto crédito: Abir Sultan, pool/AFP via Getty Images)

Por Herb Keinon
Agosto 15, 2025

En marzo del 2024, con la carrera presidencial estadounidense calentándose y apenas cinco meses después de la 
masacre del 7 de octubre, Donald Trump dio un consejo contundente a Israel: termine la guerra rápidamente o corra el
riesgo de perder el apoyo mundial.

“Ustedes tienen que terminar su guerra. Terminarla. Tiene que terminarla,” dijo el presunto nominado republicano a
Israel Hayom, en una entrevista publicada el mismo día que la administración Biden se negó a vetar una resolución de
la ONU pidiendo un cese del fuego en Gaza.

“Israel tiene que ser muy cuidadosa, porque ustedes están perdiendo a mucho del mundo, ustedes están perdiendo
mucho apoyo, tienen que terminarla, tienen que terminar el trabajo. Y tienen que avanzar hacia la paz, para obtener 
una vida normal para Israel, y para todos los demás.”

Esta semana, en cierta forma tardíamente, el Primer Ministro Benjamin Netanyahu – en dos conferencias de prensa,
una con medios de comunicación locales y una con la prensa extranjera, y en una entrevista con i24 – sonó como 
si hubiese tomado en serio las palabras de Trump. Terminar la guerra para prevenir más deterioro de la posición
internacional de Israel, explicó él, fue una razón por la cual el gobierno la semana pasada dió luz verde a una gran
campaña militar para desmantelar los bastiones restantes de Hamas en Ciudad Gaza y los campamentos de refugiados
del centro de Gaza.

Sólo haciendo esto, argumentó Netanyahu, la guerra terminará finalmente. Y cuando la guerra termine, así también
terminará la sangría en el apoyo al estado judío – así como advirtió Trump en marzo del 2024.

El problema para Israel es que en los 17 meses desde que Trump emitió esa advertencia, su posición mundial se ha
erosionado a un ritmo acelerado.

Inmediatamente después del 7 de octubre, mucho del mundo se concentró del lado de Israel, reconociendo su derecho
a defenderse tras las atrocidades de Hamas. Pero cuando la guerra se prolongó y las imágenes de Gaza se hicieron más
desgarradoras, la simpatía empezó a evaporarse, y se volvió claro que, aunque el mundo puede hablar falsamente del
derecho de Israel a defenderse, en el instante en que el estado judío empieza a ejercer ese derecho, empiezan las 
condenas. 

Durante los últimos meses, especialmente después de la campaña exitosa de Hamas para describir a Israel como
matando de hambre intencionalmente a los gazatíes, el aislamiento del país se ha vuelto cada vez más palpable. Las 
palabras “Israel” y “estado paria” ahora aparecen normalmente juntas con frecuencia inquietante en declaraciones, 
discursos y artículos de opinión.


Cómo la campaña de Hamas convirtió a Israel en un estado paria
La opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia en julio del 2024 declaró "ilegal" la ocupación por parte de 
Israel de territorios palestinos y dijo que sus políticas violan el derecho internacional que prohíbe la segregación racial
y el apartheid.

Esto fue seguido por la emisión por parte de la Corte Penal Internacional de órdenes de arresto para Netanyahu y el ex
ministro de defensa Yoav Gallant, y por una votación no vinculante de la Asamblea General de la ONU en septiembre 
del 2024 para imponer sanciones sobre Israel si no se retira de los territorios al cabo de un año. Aunque no vinculante,
la resolución carga peso simbólico – otro ladrillo en la pared destinado a aislar a Israel.

Luego están los aliados – Francia, Gran Bretaña, Canadá, y Australia – anunciando que ellos tienen intención de
reconocer un estado palestino en la ONU en septiembre. El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, acusó a
Netanyahu esta semana de estar “en negación” acerca del sufrimiento en Gaza; el mismo día siguiente el primer 
ministro de Nueva Zelanda, Christopher Luxon – cuyo país está también sopesando el reconocimiento de un estado
palestino – declaró que Netanyahu había “perdido el rumbo” y llamó al ataque de Israel esta semana en Ciudad Gaza
"absolutamente, absolutamente inaceptable."

Los golpes económicos, culturales y sociales han acompañado a los diplomáticos. La UE está sopesando si suspender
la participación de Israel en su programa multimillonario en dólares de investigación e innovación. El fondo soberano
de Noruega decidió vender sus acciones en 11 empresas israelíes debido a la “seria crisis humanitaria” en Gaza. Y hay
también informes casi diarios de israelíes siendo intimidados en el exterior: echados de restoranes en Barcelona por 
hablar hebreo un día, excluidos de desembarcar de un crucero en una isla griega al día siguiente.

Es aislamiento por medio de mil cortes. Ninguno es fatal por su cuenta, pero acumulativamente dañan la capacidad de 
Israel de operar sin impedimento en el mundo.

QUIZAS EL corte más punzante del último tiempo vino de Alemania, un país cuya relación con Israel ha estado vinculada
al recuerdo del Holocausto. El viernes pasado, Berlín anunció que detendría la autorización de cualquier exportación de
equipo militar que podría ser usado en Gaza, hasta nuevo aviso.

Este embargo parcial no afecta las importaciones más cruciales de Israel desde Alemania – tales como submarinos,
buques de guerra, y torpedos – pero su simbolismo es difícil de pasar por alto. Durante una visita en el año 2008 a 
Jerusalén, la entonces canciller alemana Angela Merkel declaró de forma célebre que la responsabilidad de Alemania
por la seguridad de Israel era parte de su razón de ser (staatsräson), una frase reiterada por el actual canciller Friedrich
Merz. Que incluso Alemania está ahora aplicando presión subraya precisamente cuanto se ha profundizado el 
aislamiento de Israel.

Cuando se le preguntó por la decisión alemana en su entrevista en i24, la respuesta de Netanyahu fue reveladora – no
sólo por lo que dijo, sino por el contexto que proporcionó. El recordó a los espectadores que Israel y Alemania tienen
vínculos de defensa mutuamente beneficiosos, algo que él dijo que Berlín seguramente no olvida.

Si bien Israel ha comprado plataformas navales avanzadas a Alemania, incluidos submarinos y buques de guerra de 
tamaño mediano, en septiembre del 2023 Alemania firmó un acuerdo de us$4,000 millones para adquirir el sistema de
defensa de largo alcance Flecha 3 de Israel. De acuerdo con algunos informes, está también interesada en comprar el
Flecha 4, ahora en las etapas finales de desarrollo.

“Ellos están bajo presión,” dijo Netanyahu del gobierno alemán. “En tanto la guerra continúe, no puedes detener las
imágenes y las mentiras, y siempre te dañará, entonces tienes que terminar la guerra; por lo tanto, ha llegado la hora
de poner fin a la guerra.”

El eco de las palabras de Trump de hace un año y medio fue inconfundible.

Pero hay una gran diferencia. Trump pidió que la guerra sea terminada rápidamente en marzo del 2024. Si Israel 
hubiese hecho eso, muchos de los principales logros de la guerra – que han remodelado el Medio Oriente – no habrían
sucedido: desde diezmar al liderazgo de Hamas, a la paralización de Hezbola, a la caída de Bashar al-Assad de Siria, a la
degradación de las capacidades nuclear y de misiles de Irán.

“Nosotros estuvimos muy ocupados. Siete frentes, muchos grandes éxitos, un éxito histórico sobre Irán. Pero eso es 
todo, ahora tienes que terminarlo, no retrasarlo, no perderte, no esperar,” dijo él. “Tienes que terminarlo. Eso nos 
ayudará en la guerra de hasbará [diplomacia pública], porque cada día que continúa nos daña. Acorta el tiempo.”

Aquí se encuentra la ironía: los mismos pasos que Netanyahu dice que son necesarios para poner fin a la guerra – 
operaciones militares en Ciudad Gaza y los campamentos de refugiados centrales – son las medidas exactas que casi 
con seguridad profundizarán el aislamiento de Israel. El embargo alemán fue provocado precisamente por la decisión
de seguir adelante con esas medidas.

Netanyahu, sin embargo, señaló su creencia en que una vez que la guerra termine, “la ola pasará.”


¿La victoria en Gaza eliminará las manchas diplomáticas de Israel?
EL PRIMER MINISTRO atribuye mucho del problema diplomático de Israel a unos medios de comunicación 
internacionales hostiles.

“La prensa internacional,” dijo él a los corresponsales extranjeros en Jerusalén, “ha comprado las estadísticas de Hamas,
las afirmaciones de Hamas, las falsificaciones de Hamas, y las fotografías de Hamas” de los niños gazatíes muriendo de
hambre.

Del Canciller Merz, Netanyahu dijo que él es “un buen amigo de Israel” pero uno que “cedió bajo la presión de los 
informes televisivos falsos" y de "varios grupos" dentro de Alemania.

Algunos, lamentó Netanyahu, han elegido olvidar el 7 de octubre. “Nosotros no olvidaremos lo que sucedió. Y haremos
lo que haga falta para defender a nuestro país y defender a nuestro pueblo, defender nuestro futuro. Ganaremos la 
guerra con o sin el apoyo de otros."

En otras palabras, el aislamiento es malo, el acercamiento a una condición de estado paria es incómodo, pero el precio
por destruir a Hamas es uno que Israel debe estar preparada para pagar a fin de garantizar su seguridad y su futuro.

"Nadie dijo a los aliados en la Segunda Guerra Mundial que no entren en Berlín y aniquilen al ejército alemán. Eso es lo
que la gente nos está diciendo que hagamos, y yo no voy a hacerlo,” dijo el primer ministro. “Entonces nosotros vamos 
a hacer lo que tengamos que hacer. Y espero que el Canciller Merz cambie su política. ¿Y ustedes saben cuando 
cambiará él su política con seguridad? Cuando nosotros ganemos."

Netanyahu elogia a menudo los logros de Israel en los siete frentes en que ha luchado desde el 7 de octubre. Pero, él
también ha concedido que en el octavo frente – la guerra de la información – Israel está perdiendo, y esta pérdida está
alimentando el aislamiento del país.

“Pienso que hay vastas fuerzas que están desplegadas contra nosotros; entre otras cosas, los algoritmos de las redes 
sociales que están impulsando gran parte de todo lo demás. Y la gente que realmente sabe, y ellos son las personas 
principales en este campo en el mundo – me están diciendo que un 60% de las respuestas en redes sociales son bots.”

Todo esto, dijo Netanyahu, ejerce más influencia que los mismos medios de comunicación – formando tanto la 
cobertura mediática como a los líderes políticos. “Está completamente claro que tendremos que entrar a la era digital
– para abordar el tema de los algoritmos, bots, y otros medios.”

El recordó las conversaciones con los líderes europeos – algunos de ellos amigos personales – que le dijeron, “Nosotros 
conocemos los hechos, pero no podemos resistir a nuestra opinión pública y a los medios de comunicación."

Netanyahu dijo que su respuesta es que, si ellos no pueden resistir esa presión, no deberían ser líderes. “Nosotros no
vamos a cometer suicidio debido a sus dificultades en enfrentar a una prensa hostil y a las minorías radicales, e 
islamistas que los están presionando.”

Para Netanyahu, el cálculo ahora es sencillo: gana la guerra rápidamente, y el resto se resolverá solo. El cree que
erradicar a Hamas finalmente debilitará los factores del aislamiento de Israel, aun cuando los costos a corto plazo son
altos.

Desde su perspectiva, el problema es uno de horizontes de tiempo. Los críticos están operando bajo lo que él ve como
un campo de visión estrecho – reaccionando a los titulares de hoy – mientras que él está mirando como podría verse la
región dentro de 5 o 10 años después que Hamas se haya ido, Hezbola sea debilitado, y las ambiciones nucleares de 
Irán sean revertidas.

En esa visión a más largo plazo, el aislamiento temporario es el precio de la transformación estratégica.

El reto, como Trump advirtió y como Netanyahu ahora parece admitir, es que cuanto más tiempo continúe la guerra,
más difícil se vuelve revertir la percepción de Israel como un paria mundial. Este es el motivo por el cual él ahora quiere
terminarla rápidamente con un empujón final dentro de los últimos bastiones de Hamas. Terminar la guerra puede no
terminar la crítica, pero al menos quitará mucho del combustible que la mantiene ardiendo.

En el pensamiento de Netanyahu, la victoria borrará las manchas diplomáticas.

El problema es que, para ganar, él debe tomar las mismas medidas que profundizarán esas manchas– al menos en el 
corto plazo.

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