jueves, 5 de mayo de 2011

EL CONTROL SOBRE LA ESCALADA

EL CONTROL SOBRE LA ESCALADA

Por Ron Ben Yishai

En el combate que se libra, ahora, en el frente sur, las FDI llevan la iniciativa. Se trata de una medida militar anticipada y programada en los últimos meses, como consecuencia de las evaluaciones de situación sobre las organizaciones palestinas y su escalada de provocación. El gobierno dio al ejército “luz verde” para poner en práctica la medida
después que, Hamas, lanzara – el pasado jueves- un antimisil hacia un autobús escolar.
La coyuntura regional y sus vinculaciones con Egipto y, en particular, el aislamiento de Israel en el plano internacional, disminuyen la posibilidad que, el ejército, salga en una amplia campaña a la Franja, del estilo de Plomo Fundido.
Hasta el suceso del jueves, las cosas se mantenían por el circuito conocido de disparos esporádicos hacia el Negev y respuestas aisladas. En Gaza, el control de la provocación, estuvo en manos de los brazos militares de Hamas, Jihad Islámica y otros organismos, lo que les permitió elevar (o disminuir), a voluntad, la altura de las llamas.

Cúpula de Hierro en acción
La conclusión operativa, que obtuvieron los jefes de brazos armados de las organizaciones terroristas, en la evaluación de la situación es que pueden anular los acuerdos alcanzados tras Plomo Fundido y fijar nuevas reglas de juego para el enfrentamiento con las FDI; situación que les permitiría alterar la vida de los residentes del sur de Israel sin ponerse en riesgo ante un ataque integral por parte de Israel.
Intentaron imponer a Israel una situación de “media calma” que les permita continuar la lucha armada sobre pequeño fuego, según su ideología y de acuerdo a los intereses de Irán, motivada en mantener a Gaza como foco de tensión regional.
La conducción política de Hamas en la Franja de Gaza no lo aceptó. Ismail Haniye y sus compañeros en la conducción civil de la organización intentaron convencer al jefe del brazo armado de Hamas, Ahmed Jabri, y a sus pares de otras organizaciones que, sus intentos de fijar nuevas reglas de juego para el enfrentamiento con las FDI, solo llevaría
a la desgracia a los residentes de la Franja.
Jabri y sus compañeros, que sostenían al principio que Israel aceptó, de hecho, la nueva situación, admitió el cese al fuego. Al enterarse, la noche del sábado pasado, que las FDI no se replegaban ante la actitud de practicar una eliminación selectiva contra un grupo que proyectaba el secuestro de israelíes en Sinaí, resolvieron provocar – una vez más-
acciones contra el ejército y las localidades del sur y hasta subirles el tono.
También tiene peso el hecho que, uno de los miembros del grupo eliminado, Abu Jafer, era comandante destacado del brazo militar de Hamas y amigo personal de Jabri.
Así se llega a los disparos del antimisil contra el autobús escolar. Ese disparo se realizó con instrucción precisa de Jabri, que silbó a la conducción civil de su organización y contó con el apoyo de la conducción política militante de Hamas en Damasco.
En Israel esperaban un acontecimiento de ese estilo y se disponían para ello. En una serie de debates, que tuvieron lugar dos semanas antes, en todos los mandos (el Primer Ministro y el Ministro de Defensa, el foro de los siete, el gabinete de seguridad y las FDI) se diseñó una nueva vía de acción por medio de la cual intentarán, las FDI, reconstruir la alerta y restituir, a las localidades del sur, la calma de la que gozaron tras Plomo
Fundido.
La nueva vía de acción fue diseñada, de modo gradual, como campaña. En lugar que las organizaciones terroristas dictaminen la altura de las llamas, las FDI controlaría la provocación; pudiendo elevar desde el grado de poder del fuego y los estilos de acción – si los recursos implementados en la fase anterior no alcanzaron o calmar la orden- si el objetivo fuese alcanzado. No más rondas sin metas o “respuesta a respuesta”. Tampoco
una amplia operación de magnitud del tipo Plomo Fundido.
La medida inició su recorrido el jueves, por la noche, horas después del disparo contra el autobús. La idea operativa, que orientó a los planificadores de la campaña dirigida por el Comandante del sur, Tal Ruso, es simple: en lo posible, cobrar un alto precio en vidas y destrucción de estructuras solo a la gente perteneciente al brazo armado
de Hamas y las organizaciones terroristas restantes de modo que se vean obligados a acordar el cese al fuego estable, de largo plazo, con mediación de un tercer factor: Egipto por ejemplo.
Ese objetivo debe ser alcanzado absteniéndose del ataque a la población de Gaza no – combativa y, lo que más importa: reduciendo al mínimo las pérdidas, el sufrimiento y la destrucción de los residentes del sur de Israel.

De la información distribuida en el lado palestino y en Israel, es posible estimar cuál es el estilo de acción tomado por las FDI en la etapa actual: parece que el bombardeo de los túneles de tráfico de Hamas y los campos de entrenamiento (a cargo de la Fuerza Aérea), tiene como objetivo “provocar” a los brazos armados de Hamas y otras organizaciones a reaccionar, ya sea por medio del lanzamiento de bombas y misiles hacia el territorio de Israel o por medio de ataques a lo largo del cerco de seguridad.
Es claro que, para la concreción de esa acción, deberán abandonar sus escondites en los que se refugian y salir al terreno. En esa situación quedarán al descubierto en tiempo real y será posible atacarlos por aire, tierra y mar.
Para reducir el sufrimiento de la población del sur, el comandante en jefe resolvió introducir, en la campaña, el sistema de Cúpula de Hierro, a pesar de estar en etapa de prueba operativa.
La campaña del ejército se encuentra, por ahora, en su tercer día y es posible decir que, hasta el momento, por lo menos desde el punto de vista militar, es un triunfo. El temor de los grupos de lanzamiento, de ser localizados y atacados en medio de su acción, los obliga a actuar con celeridad o desde posiciones no evaluadas y programadas.
Como consecuencia, los disparos de los Grad y las bombas realizados hacia las localidades de Israel son menos exactas que en el pasado y más reducidas en cantidad para la magnitud de la campaña. Pero, lo más importante, los dos sistemas de Cúpula de Hierro, lograron repeler el lanzamiento de misiles disparados hacia Ashkelon, Ashdod y Beer Sheva y arriesgaron a sus pobladores y plantas, indispensables en sus alrededores. Al principio intentaron el sistema por medio del lanzamiento de un misil.
Después enviaron varios misiles (hacia Asheklon). En ambos casos, repelió la Cúpula de Hierro los peligrosos Grad, sin especiales dificultades. Cabe suponer que, ese hecho, tendrá una influencia psicológica conciente, muy importante, sobre la motivación de los combatientes de lanzamiento y sus comandantes. Quien sea conciente que pone en
riesgo su vida al posicionarse en el lanzador y, al mismo tiempo, sepa que, incluso, si se esfuerza y arriesga tiene mínima probabilidades que el misil explote en su destino- no se apurará a salir a la práctica.
Cabe estimar que, el desvío de los misiles, obligará a las conducciones del brazo armado de Hamas y Jihad a reevaluar si, de verdad, podrán crear un equilibrio por medio de una cantidad de misiles de largo alcance acumulado.
Por lo menos, en ésta etapa de la campaña, el daño físico y las pérdidas, en nuestro lado, son casi nulas. Junto a ello, existe el componente del sufrimiento de la población sureña, obligada a localizarse en los ámbitos protegidos. De todos modos, parece que la actual articulación, entre recursos defensivos y de ataque, provoca los resultados esperables.
La protección, disposición, alertas y antimisiles, permiten a las FDI
continuar, sin interrupción, con sus ataques – orientados por la inteligencia- en tiempo real, que cobran un precio a los responsables del lanzamiento.
Debemos reconocer que existen algunos “puntos” en ese método. Dos sistemas de la Cúpula de Hiero no pueden ser capaces de proteger a todo el territorio del sur.
Tampoco es capaz de defender las localidades israelíes ubicadas a una distancia de 4,5 Km. del cerco y están al descubierto de bombas, misiles y cohetes de corta distancia.
Ese es el motivo por el cual, los organismos terroristas de Gaza, ponen atención – en el último tiempo- en esos disparos.
Para resolver ese problema se requiere un alerta permanente. Eso es lo que intentan crear las FDI. Cabe destacar: el estilo de la acción y los recursos, puestos en práctica por las FDI en ésta etapa de la campaña en la Franja, no son el final de la historia. En los cajones de la Inteligencia y las operaciones de la comandancia se acumula gran
información que permitirá, a las FDI, elevar las acciones de combate puntual contra los comandantes de Hamas, Jihad Islámica y las restantes organizaciones.
El ejército no dudará – en caso de ser necesario – tomar esas medidas, bajo la condición que no haya grave daño a los civiles palestinos no combatientes.
En Gaza, parece, lo saben. Por ello, Hamas manifiesta gritos y pedidos de ayuda a Egipto, la Liga Árabe y la comunidad internacional. Cabe suponer que, esos elementos, intentarán un cese al fuego en los próximos días que permita a Jabri curar las heridas y a nosotros festejar en calma la noche del Seder. Esa metodología no está exenta de defectos.

Fuente Ynet-EXTRAIDO BLOG AMIGOS DE ISRAEL

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