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Perasha Bamidbar
BS"D
LA EDUCACIÓN DESDE LA CUNA
Le dice HaShem a Moshé: "Y tú encomienda a los Leviim sobre (los trabajos y el mantenimiento de) el Mishcán" (Bamidbar l 50).
Es sabido que los integrantes del Shébet Leví tuvieron desde siempre una consideración de nobleza por parte de HaShem. ¿Y de dónde adquirieron ese privilegio? La Guemará nos cuenta que todos los integrantes del Shébet Leví les inculcaban a sus hijos, desde la edad más temprana, la importancia del Servicio Ritual hacia el Eterno. Los padres y las madres se enorgullecían de ser "la nobleza" del Am Israel, y ese sentimiento se lo transmitían a sus descendientes cuando apenas venían al mundo. Significa que el privilegio de ser el grupo familiar que representaba a HaShem, el Shébet Leví más que obtenerlo por herencia, lo adquirió por mérito propio.
De aquí vemos hasta qué punto HaShem aprecia el esfuerzo de los padres por darles a sus hijos una verdadera educación judía. Porque cuando así se hace, esa educación los acompañará todos los días de sus vidas, y santificarán permanentemente el Nombre Sagrado.
Rash"í comenta sobre el Pasuk que dice: "Y enseñaréis las palabras de la Torá a vuestros hijos, para que hablen con ellas..", que desde el momento en que el bebé comienza a decir sus primeras palabras, hay que enseñarles el Pasuk "Torá tzivá lanu Moshé..." (La Torá nos la encomendó Moshé...). Si éstas son las primeras palabras que el niño aprende (aunque no las entienda), la Santidad que emana de ellas influenciará en el niño para siempre. El padre que educa a sus hijos de esta manera, le proveerá de vida física y espiritual desde un primer momento. Y ésa y no otra es la genuina educación que debe recibir todo niño del Am Israel, pues con ello lo predispone a todo lo que le espera como judío. Con este tipo de educación se enorgullece HaShem de Su Pueblo, y mantiene su estirpe con el correr de las generaciones.
(Otzar Jaim –Bamidbar)
EL AM ISRAEL SE GANO EL PRIVILEGIO
DE RECIBIR LA TORÁ
La Guemará en Maséjet Abodá Zará 2, nos anticipa lo que sucederá en el Futuro Venidero: HaShem tornará el Séfer Torá en Sus Manos; lo apoyará en Su Pecho (todo esto en sentido figurado), y proclamará: "El que se ocupó de cuidar y estudiar Mi Torá, ¡que venga a recibir su pago!". Inmediatamente se reunirán todos los pueblos del mundo y le reclamarán: "¡Señor del Universo! Cuando convocaste a los Hijos de Israel al pie del Monte Sinaí, les dijiste que si no recibían la Torá los matarías ahí mismo. ¿Acaso nos amenazaste a nosotros como lo hiciste con el Am Israel? ¡Por eso fue que no la cuidamos ni la cumplimos!". La respuesta de HaShem será: "No amenacé a ustedes porque no me respondieron desde un principio. Las siete Mitzvot (preceptos) que recibieron anteriormente, ¿dónde quedaron?".
Para entender mejor este párrafo del Talmud citaremos un ejemplo:
Un padre tenía un hijo natural y otro adoptivo. Los dos se enfermaron, y el médico recetó que tomen una medicina muy dulce y agradable. Luego se enfermaron otra vez, y ahora el médico dijo que la única manera de curarse era tomando una medicina muy amarga. El padre obligó a su hijo natural a tomarla, y su enfermedad desapareció. En cambio, el estado de salud del hijo adoptivo comenzó a agravarse. Se dirigió éste a su padrastro y le dijo: "¿Por qué no me obligaste a tomar la medicina, como lo hiciste con tu hijo natural?" La respuesta fue: "¡Porque la primera medicina, que era dulce y agradable, no la quisiste tomar! ¿Cómo iba a obligarte después a tomar una medicina amarga...?”
Los demás pueblos del mundo reclamarán a HaShem: "Nosotros no quisimos cumplir la Torá porque pensamos que tenía un sabor amargo. Pero Tú sabes que realmente es dulce y agradable. ¿Por qué entonces no nos obligaste a cumplirla, como lo hiciste con Tu Pueblo?" HaShem responderá: "En su momento les encomendé a toda la humanidad sólo siete Mitzvot, que a los ojos de cualquiera aparecen como "dulces" (porque resultan (lógicas: Prohibición de matar; robar; adulterio. etc.), y ustedes no las cumplieron. El único Pueblo que las acató sin condicionamientos fue el Am Israel, y a ellos sí los obligué a cumplir un total de seiscientas trece Mitzvot de la Torá. Pero ustedes, que no aceptaron las primeras, tan pocas y tan fáciles, ¿cómo iban a aceptar otras, en una cantidad mucho mayor y más difíciles?"
Cuando los pueblos no judíos aleguen: "¡Los hebreos no querían recibir la Torá! De no haber sido porque HaShem los amenazó, tampoco la hubiesen aceptado. ¿Por qué no nos amenazó HaShem también a nosotros...?" En ese instante, HaShem les mostrará los hechos históricos de nuestros antepasados y les dirá: "¡Miren! Mis hijos, antes de recibir la Torá, fueron los únicos en el mundo que se comportaron correctamente. Y por eso a ellos los obligué, y a ustedes no..."
(Shá-ar Bat Rabim – Bamidbar)
(“HAMAOR”; Tomo 2; Kolel MAOR ABRAHAM-KÉTER TORÁ; Ediciones HAMAOR-MÉXICO;
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