Comentarios del Presidente Obama y el PM Netanyahu después del encuentro en la Casa Blanca
20 de mayo, 2011
Presidente Obama
Bien, permítanme, ante todo, dar la bienvenida, otra vez, al Primer Ministro Netanyahu, quien pienso que estuvo aquí en siete oportunidades durante el curso de mi presidencia. Y quiero indicar que, la frecuencia de esos encuentros, es un indicio de los extraordinarios lazos entre ambos países ya que es una oportunidad, para el Primer Ministro, dirigirse – durante su estadía - ante el Congreso. Sé que es un honor que está reservado para los que siempre se mostraron como grandes amigos de EEUU y es un indicativo de la amistad entre nuestros países.
Recién completamos una prolongada y extremadamente útil conversación, sobre variadas cuestiones. Discutimos, ante todo, los cambios que se están extendiendo en la región y lo que sucedieron en lugares como Egipto y Siria y cómo afectan a los intereses y la seguridad de EEUU e Israel, así como la oportunidad para la prosperidad, el crecimiento y el desarrollo en el mundo árabe.
Acordamos que es un momento de oportunidad que puede ser aprovechado como consecuencia de la “Primavera Árabe” pero, además, reconocemos que hay también importantes peligros; y que va a ser cruciales (para EEUU e Israel) consultar de modo cercano de manera de ver desplegados los progresos.
Subrayé, al Primer Ministro, algunos de los temas de mi discurso de ayer; cuán importante será (para EEUU) apoyar la reforma política, apoyar los derechos humanos, apoyar la libertad de expresión, la tolerancia religiosa y el desarrollo económico, en particular, en Egipto (por ser el mayor país árabe), tanto como en Túnez, (el lugar donde comenzó este movimiento revolucionario) que está teniendo lugar a través de Medio Oriente y el Norte de África.
Además, conversamos sobre la situación de Siria que es, obviamente, de profundo interés para Israel, dada su frontera compartida. Y di más detalles, al Primer Ministro, sobre las medidas significativas que tomamos para intentar presionar a Siria y al régimen de Assad para la reforma, incluyendo sanciones impuestas directamente al Presidente Assad.
Continuamos compartiendo nuestras profundas preocupaciones sobre Irán, no solo la amenaza que plantea a Israel sino la que significa para toda la región y al mundo si desarrolla armamento nuclear. Actualizamos nuestra estrategia de continuar aplicando presión, tanto a través de sanciones como de nuestra labor diplomática. Y reiteré mi convicción que es inaceptable, para Irán, poseer armamento nuclear.
Además, discutimos la hipocresía iraní al sugerir que, de algún modo, apoya la democratización en Medio Oriente cuando, de hecho, mostraron, ante todo, la naturaleza represiva de ese régimen cuando respondieron a sus propias protestas pacíficas que tuvieron lugar, dentro de Irán, hace casi dos años.
Finalmente, expusimos nuestros puntos de vista sobre la cuestión de un posible acuerdo de paz entre israelíes y palestinos. Y reiteré y, lo conversamos en profundidad, los principios que ayer establecí: la creencia que nuestro objetivo último tiene que ser un Estado israelí seguro, un Estado judío que viva al lado en paz y seguridad con un Estado palestino contiguo, que funcione y sea efectivo.
Obviamente, hay, entre nosotros, diferencias en las formulaciones precisas y el lenguaje. Y eso ocurre entre amigos. Pero, en lo que estamos completamente de acuerdo, es en que, la paz verdadera, solo puede ocurrir si la resolución final permite a Israel auto-defenderse contra amenazas y que la seguridad de Israel permanecerá como primordial en las evaluaciones de EEUU para todo eventual acuerdo de paz.
Ayer lo dije y continúo creyéndolo. Y pienso que es posible, para nosotros, diseñar un acuerdo que permita que, Israel, se proteja, no sea vulnerable sino además que le permita resolver lo que fue, obviamente, una cuestión dolorosa, hasta hoy, durante décadas para ambos pueblos.
Además, señalé, como lo dije ayer, que es muy difícil para Israel que se espere negocie, de manera seria, con un partido que rechaza conocer su derecho a existir. Y, por esa razón, pienso que los palestinos tendrán que responder algunos interrogantes muy difíciles sobre ese acuerdo (que se hizo entre Fatah y Hamas). Hamas fue y es una organización que recurrió al terrorismo; que rechazó reconocer los derechos de Israel a su existencia. No es un socio para un proceso de paz significativo y realista. Y entonces, como dije ayer, los palestinos tendrán que explicar cómo pueden comprometerse, de manera creíble, en negociaciones de paz serias sin observar los principios del Cuarteto, que fueron propuestos, con anterioridad.
En general, pensé que fue un encuentro extremadamente constructivo. Y, al hacerse pública esta discusión, una vez más puedo reafirmar que la relación, extraordinariamente estrecha, entre EEUU e Israel, es sólida y continuará, y que juntos, con optimismo, seremos capaces de trabajar para conducir un nuevo período de paz y prosperidad en la región, que está atravesando algunas transformaciones muy profundas en las próximas semanas, meses y años.
Primer Ministro Netanyahu:
Gracias, Sr. Presidente
Presidente Obama: Muchas gracias.
Sr. Presidente,
Ante todo quiero agradecerle a Usted y a la Primera Dama por la gentil hospitalidad que me mostraron a mí, a mi esposa y a toda nuestra delegación.
Tenemos un perdurable lazo de amistad y apreciamos la oportunidad de tener este encuentro, luego de su importante discurso de ayer.
Compartimos nuestra esperanza y visión de una democracia extendida en Medio Oriente. Aprecio el hecho que reafirmara, ahora, una vez más, y en los hechos en nuestra conversación, el compromiso hacia la seguridad de Israel. Valoramos sus esfuerzos para hacer avanzar el proceso de paz.
Eso es algo que creemos haber cumplido. Israel quiere la paz. Nosotros queremos la paz. Lo que todos queremos es una paz que sea genuina, que se sostenga y perdure. Y pienso que, ambos, estamos de acuerdo en que una paz basada en ilusiones chocará finalmente contra las rocas de la realidad de Medio Oriente, y que, la única paz que perdurará, es la sustentada en la realidad, en los hechos inamovibles.
Pienso que para que haya paz, los palestinos tendrán que aceptar algunas realidades básicas. La primera es que mientras que Israel está preparada para hacer generosos compromisos por la paz, no puede volver a las fronteras de 1967; porque son indefendibles; porque no toman en cuenta ciertos cambios que tuvieron lugar en el territorio; cambios demográficos que acontecieron en los últimos 44 años.
Recuerden que, antes de 1967, Israel tenía nueve millas de ancho. Era la mitad de ancho que la Carretera Washington. Y esos no eran los límites de paz; eran los límites de reiteradas guerras, porque el ataque a Israel era atractivo.
De manera que no podemos regresar a aquellas indefendibles fronteras, y tendremos que tener una presencia militar, a largo plazo, a lo largo del Jordán.
Discutí esto con el Presidente y pienso que entendemos que, Israel, tiene ciertos requerimientos de seguridad que colocaremos en su lugar en cualquier acuerdo que hagamos.
El segundo refleja algo que, el Presidente, dijo recién, y que es que Israel no puede negociar con un gobierno palestino, apoyado por Hamas. Hamas, tal como dijo el Presidente, es una organización terrorista comprometida con la destrucción de Israel. Disparó miles de misiles en nuestras ciudades, hacia nuestros niños. Hace poco, lanzó un misil anti-tanque hacia un autobús escolar amarillo, asesinando a un chico de 16 años. Y Hamas los atacó, hace poco, a ustedes, a EEUU por deshacerse de Bin Laden. De modo que a Israel no se le puede pedir negociar con un gobierno apoyado por la versión palestina de al-Qaeda.
Pienso que el Presidente Abbas tiene una elección simple: tiene que decidir si negocia o mantiene el pacto con Hamas o hace la paz con Israel. Solo puedo expresar lo que les dije recién, que espero que haga la elección, la correcta elección, al elegir la paz con Israel.
La tercera realidad es que el problema de los refugiados palestinos tendrá que ser resuelto en el contexto de un Estado palestino, pero no en las fronteras de Israel.
El ataque árabe (de 1948) a Israel partió, en dos problemas, el tema de los refugiados: el problema de refugiados palestinos y los refugiados judíos, casi la misma cantidad, quienes fueron expulsados desde las tierras árabes. El diminuto Israel absorbió a los judíos refugiados, pero, el vasto mundo árabe, rechazó a los refugiados palestinos. Ahora, 63 años después, los palestinos vienen a nosotros y dicen a Israel, acepten a los nietos; y los nietos mayores de esos refugiados acabaran con el futuro de Israel como Estado judío.
Esto no va a ocurrir. Todos saben que no va a ocurrir. Y pienso que es hora de decirles a los palestinos, con franqueza, que no va a suceder. El problema de los refugiados palestinos tiene que ser resuelto. Puede ser decidido, y será decidido si los palestinos eligen hacerlo en el Estado palestino. De manera que esa es una posibilidad real. Pero no va a ser resuelto dentro del Estado judío.
El Presidente y yo discutimos esas cuestiones y pienso que podemos tener, aquí y allá, diferencias pero entiendo que hay una dirección final en la que deseamos trabajar, en conjunto, para conseguir una paz real y genuina entre Israel y sus vecinos palestinos; una paz defendible.
Sr. Presidente, Usted es líder de un gran pueblo, el pueblo americano. Y yo soy el líder de un pueblo mucho más pequeño, el
Presidente Obama: Un gran pueblo.
PM Netanyahu: Es un gran pueblo. Es la antigua nación de Israel. Y, sabe, estuvimos en el mundo durante casi 4.000 años. Experimentamos conflictos y sufrimientos como ningún otro pueblo. Atravesamos expulsiones, pogromos y masacres y el asesinato de millones. Pero puedo decir que, aun en las penurias, incluso en el punto más bajo del Valle de la Muerte, nunca perdimos la esperanza ni nuestro sueño de restablecer un estado soberano en nuestro antiguo hogar natal, la tierra de Israel.
Y ahora cae sobre mis hombros, como Primer Ministro de Israel, en un tiempo de extraordinaria inestabilidad e incertidumbre en Medio Oriente, trabajar, en conjunto, para crear la paz que garantice la seguridad de Israel y no haga peligrar su supervivencia. Tomo esa responsabilidad con orgullo, pero con gran humildad, porque, como le dije en nuestra conversación, no tenemos mucho margen de error. Y porque, Sr. Presidente, la historia no le dará al pueblo judío otra opción.
De manera que, en los próximos días, semanas y meses intentaré trabajar, junto a usted, para buscar la paz que trate nuestras inquietudes en seguridad, buscar un reconocimiento genuino que anhelamos por parte de nuestros vecinos palestinos para dar un mejor futuro a Israel y a toda la región.
Y le agradezco la oportunidad de intercambiar puntos de vista y trabajar para este objetivo en común.
Gracias, Sr. Presidente.
Presidente Obama: Gracias. CONSULADO DE ISRAEL - CORDOBA
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