La Olimpíada Beijin 2008 aún no comenzó, pero el restaurante 'Dini's Kosher' se prepara para recibir y alimentar a todos los deportistas judíos y a no pocos visitantes también. El único restaurante Kosher de China - donde se come Kneidalaj y Tzimes con palitos - ya tiene preparadas 16 toneladas de carne y espera a los comensales.Si bien ocupa el tercer lugar en el ránking de países por tamaño y recibe cada año miles de turistas judíos e israelíes, China cuenta con un sòlo restaurante Kosher. 'Dini's' no sólo es el único sitio en China donde se puede comer kneidalaj, kiguel y cigarros marrocanos con palitos, sino también el único sitio donde pueden comer los turistas que respetan las normas de Kashrut. Allí no sólo se puede comer comida judía, sino también los típicos alimentos chinos en versión Kosher.
Los precios no son especialmente bajos según los parámetros chinos, unos 60 shekels por porción de comida, y también hay envíos a domicilio. 'Se terminaron los días en que los judíos religiosos llegaban a China con maletas llenas de latas de conserva', dice el rabino Shimon Froindlij, representante de Jabad Lubavitch en Beijing.
Según Ohad Tiktinsky, gerente del restaurante, también hay muchos comensales chinos no judíos que piensan que - si bien es 'made in China' - se trata de comida 'mucho más limpia'. 'Los chinos, que comen todo lo que tenga cuatro patas y no sea una mesa, también tienen sus límtes. El guefilte fish no lo tocan ni lo miran de cerca', dice Tiktinsky. 'Lo que más les gusta son los Tzimes, quizás porque se trata de verduras y se parece a lo que conocen', explica.Durante la realización de las Olimpíadas, el restaurante estará abierto durante las 24 horas, y por supuesto que cerrará en Shabat. 'Dini's' proveerá comida a unas 400 personas, entre deportistas y periodistas judíos que habrán de alojarse en la Villa Olímpica. El rabino Froindlij, que en estos fue apodado 'el Rabino Olímpico' por los miembros del comité organizador, informó que la carne Kosher ya está lista según las normas correspondientes. 7,5 toneladas de carne vacuna y 9 toneladas de pollo esperan a los comensales en el freezer del restaurante, en pleno Beijing.
Dieter Konigheim
Gestión y Calidad de Reclamos
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