jueves, 28 de agosto de 2008
El pacifista Abie Nathan murió a los 81
La última lucha de Abie Nathan fue contra una larga enfermedad durante sus últimos años. Ayer falleció en el hospital Ijilov de Tel Aviv, y será enterrado en el cementerio de Guivat Shaúl, aunque aún no se informó el día ni la hora.
El presidente Shimon Peres elogió a Nathan diciendo que fue "un gran gerrero contra las guerras, contra la pobreza y la discriminación". Peres agregó que "Nathan fue un hombre que dedicó su vida a los demás, por el mejoramiento de la humanidad. No temía los riesgos, y no dudó en colocarse al frente de toda lucha. Fue el más grande conquistador de corazones, y un hombre de fe en un tiempo sin fe".Nathan nació en Irán, e inmigró a Israel durante la Guerra de la Independencia en 1948, integrándose inmediatamente en la Fuerza Aérea israelí. Su primer "operativo pacifista" fue en 1966, cuando piloteó un avión con la inscripción "Shalom 1" hacia Port Said, Egipto, anunciando allí que deseaba reunirse con el entonces presidente, Gamal Abed El Nasser. No logró encontrarse, pero los egipcios lo trataron bien, y su acto de paz obtuvo la resonancia esperada. En 1973 fundó "Kol Hashalom", La Voz de la Paz, que transmitía desde el Mar Mediterráneo, fuera de las aguas territoriales de Israel, pues su discurso pacifista, incluyendo sus llamados a hablar con las organizaciones terroristas, estaba prohibido por la ley israelí.De su radio se recuerdan principalmente el himno y señal de la radio, la canción "Give peace a chance" y la grabación de las famosas palabras del mandatario egipcio Anwar Sadat y del primer ministro Menajem Beguin: "No more war, no more blood-shed" (No más guerras, no más derramamiento de sangre).En 1993, con los Acuerdos de Oslo, Nathan hundió su barco. Otros interpretaron que lo hizo por su hartazgo de los políticos, que impedían la llegada de la paz.En 1997 y 1998 sufrió sendos ataques cerebrales que lo dejaron inactivo, viviendo desde entonces en una vivienda protegida para ancianos cerca del hospital Shiva de Tel Aviv.
Por. Poveshan
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