Autor: Prof. Iuli Tamir*
Una imagen me acompaña a cada lugar en el que trabajo: la imagen de Herzl. Tiene una mirada distante, mira por encima de mi cabeza al Estado judío, tal como lo soñó: humano, occidental, moderno, bello, como se ven los Estados desde lejos.
Miro con envidia a este hombres solitario, cuya esposa perdió la cordura y sus hijos se cristianizaron. El nos legó un sueño, una leyenda. Nosotros luchamos por conseguir la aplicacion y apredemos que no todo depende de la voluntad de los judíos. Descubrimos el país y el pueblo que vive con nosotros, los pueblos del mundo, las fuerzas de la naturaleza, a las fuerzas de la voluntad y la fe y la necesidad de un compromiso. La lucha por concretar el sueño de Herzl nos vonvierte en sionistas, no post sionistas, no nuevos sionistas, sino sionistas herzlianos que luchan con una realidad cambiante.El libro ``Los nuevos sionistas'' es una reseña corta de la historia de la lucha sionista y al final trae la pregunta: ``¿Acaso el sionismo finalizó su papel histórico y el Estado de Israel pasa a la etapa siguiente?'' La respuesta depende del término ``sionista''. Si el sionismo tuvo un papel específico, el de levantar un Estado, traer olim, renovar el idioma hebreo y terminó de cumplirlo, debe desmantelarse.Si así lo hiciera, se convertiría en un movimiento nacional fuera de lo común. Los movimientos nacionales no desaparecen cuando alcanzan logros políticos significativos, siguen adelante hacia el próximo objetivo.Construir una nación fue siempre un proyecto que comienza después de fundar el Estado. El pensamientoi nacional ve en la fundación del Estado un primer paso. Después vendrán la renovación del hombre, la sociedad y la cultura, objetivos de largo alcance que no finalizan en un plazo determinado de tiempo.Desde este punto de vista, la discusión del sionismo, su vigencia y objetivos son parte del sionismo en sí. Este debate atestigua que el movimiento sionista no se detuvo, no cayó en letargo, vive y respira. Tiene menos confianza en sí mismo, es más crítico. Esto es una prueba de madurez y no de crisis espiritual.¿Cómo se transformó el debate sobre el post sionismo en la discusión central que concita tanta atención? ¿Por qué a veces parece que el campamento post sionista crece y abarca a mayores sectores del público?La respuesta, cuán irónica, está en que el sionismo clásico, conservador, tiene la fuerza de determinar cómo será el debate público. El campamento que se auto proclama como post sionista es pequeño e incluye a algunos de los críticos del sionismo clásico y a un número de sus oponentes. Están los que prefieren verse a sí mismos como post sionistas y no como anti sionistas porque no les resulta cómodo salir en contra del sionismo que cuenta con gran legitimidad en la sociedad laica israelí.En nuestros días, identificarse como ``post'' es un camino cómodo de anular pero no es el mejor para oponerse a una ideologia aceptada. Así como la mayoría de los críticos no se definirán como anti modernistas o anti feministas, sino como post modernistas o post modernistas, sucede lo mismo en el tema sionista. Es posible ser post pero son muy pocos los anti.El post sionismo es popular principalmente entre quienes se le oponen, entre quienes desean anular todo intento de criticar.
No hay ningún movimiento nacional que no atraviesa cambios sociales internos y de renovación cultural e ideológica. Estos procesos son movidos por factores internos así como por medio de la copia de sucesos de otras partes y de otros movimientos. La historia del sionismo es la historia del proceso de aprendizaje y de copias de otros movimientos y culturas.El movimiento sionista no hubiese aparecido si sus líderes no se exponían al florecimiento de los nacionalismos europeos. Y la cultura israelí habría perdido buena parte de su riqueza si no adoptaba una amplia variedad de culturas externas: la del centro de Europa que llegó con los inmigrantes de las primeras olas de inmigración, la cultura alemana que trajeron los pioneros de la Tercera Aliá, la cultura de los países islámicos que trajerons los olim del Norte de Africa, la árabe local de los palestinos que residen aquí y, por supuesto, la norteamericana a la que está expuesta el mundo entero.Israel es ahora más norteamericana pero también más oriental o mediterránea y más rusa de lo que fue en los años '50. Acá se creó una mezcla cultural nueva, resultado del fértil proceso de diálogo inter cultural.Como todos los Estados nacionales del mundo, tambien Israel de nuestros días es menos homógeneo, más pluralista,. multicultural y multirreligioso de lo que fue en el pasado. El nuevo sionismo, si existe, es el testimonio del éxito del viejo objetivo de Herzl: un pueblo que no permanecerá solo sino que será como todos los pueblos y convivirá con ellos.Si hoy existe un alejamiento del sionismo herzliano se debe no al proceso de americanización de la sociedad israelí o del regreso de algunos sectores a las raíces judías sino al abandono de la idea central de este sionismo: la aspiración de levantar en Israel un Estado democrático que tiene mayoría judía. Un Estado que es el hogar nacional del pueblo judío.Renunciar a este principio será el fin del sionismo que conocimos. La obtención de los objetivos del sionismo herzliano depende de la disposición de Israel a dejar su dominio de los territorios. La continuidad de la ocupación traerá, obligadamente, la presencia de un Estado binacional y no necesariamente democrático, en el que los judíos serán una mayoría en proceso de reducción.Esta realidad post sinonista es recibida no por los nuevos historiadores sino por los diputados árabes. Los palestinos comienzan a entender que dentro de algunos años serán un porcentaje mucho mayor y podrán concretar su aspiración de construir al oeste del río Jordán un Estado en el que los judíos son minoría.El tiempo no actúa a nuestro favor. Cada día que pasa reduce nuestras posibilidades de retornar al sionismo herzliano, que tuvo la voluntad de concretar el sueño nacional y tener la razón.Los sionistas tradicionales, los que quisieron crear un Estado nacional justo, que están dispuestos a reconocer que el sionismo trajo consigo dolor e injusticia al pueblo palestino pero están seguros que ese Estado tiene lugar en un mundo lleno de sentimientos nacionales como el que nos toca compartir, se encuentran siempre en una postura defensiva. Lloran y disparan, lloran y disparan.No hay solución para la tensión en la que vive el sinismo herzliano. Podemos encontrar solamente un apoyo en las palabras del Prof. Ieshaiahu Berlin, que vio en la persecución de soluciones lógicas, absolutas, uno de los males de estos tiempos. ``La solución, afirmó, debe llegar por el lado del compromiso, fruto de una lógica errante, elástica y hasta con dos sentidos''. ``Del árbol torcido de la humanidad, cómo se expresó alguna vez Kant, nunca se obtuvo algo derecho''.
*Ministra de Educación de Israel.
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