miércoles, 24 de septiembre de 2008
El tablero político israelí en ebullición
Por Yoni Sarfati para Guysen International News
Solamente cuatro días han pasado desde la elección de Tzipi Livni para encabezar el partido centrista 'Kadima' y los tratos para formar un gobierno de transición van a buen paso. La nueva Presidenta de 'Kadima' no debería tener la tarea fácil sobre todo después de las primeros abandonos comprobados este fin de semana en las filas de 'Kadima'… en especial, la bomba política lanzada por el vencido en la primarias, Shaúl Mofaz, que anunció el jueves de tarde su "retirada temporal de la vida política". Ahora que Tzipi Livni se volvió hacia el 'Likud' para proponerle a su jefe, Biniamin Netaniahu, las carteras de Asuntos Exteriores o de Finanzas, si éste aceptaba unirse a un gobierno bajo la dirección de la que se presenta en Israel como la sucesora de Golda Meir. El jefe del 'Likud' debería rechazar categóricamente la proposición en momentos que no deja de clamar desde hace semanas su voluntad de realizar elecciones generales anticipadas. Los sondeos le son muy favorables, hay que decirlo, particularmente debido a la amenaza iraní muy presente en el espíritu de los israelíes los cuales, aparentemente, desean ver en la cabeza de Israel un dirigente "duro".Tzipi Livni se reunió este fin de semana con el partido de los jubilados, del movimiento nacional religioso y también con Meretz (partido de extrema-izquierda dirigido por Jaim Oron).Desde la oposición, las cosas se mueven y sorprenden. El ministro de Defensa Ehud Barak y el jefe de la oposición Biniamin Netaniahu se encontraron el sábado por la tarde con el fin de elaborar un plan que debería conducir a elecciones generales. Un guión que Tzipi Livni desea evitar mientras disponga de 90 días para formar un gobierno alternativo. Este encuentro sobrevino, como han dicho los allegados de Ehud Barak, afín "de salvar el partido laborista de la derrota y de la caída de su jefe si el partido debía entrar en un gobierno dirigido por Tzipi Livni".Los jerarcas del partido laborista no desmintieron que una alianza entre Netaniahu y Barak se cristalizaba con el fin de asegurarle a este último la cartera de Defensa en un gobierno presidido por el jefe de la derecha, mientras que los sondeos (al que hay que darles una confianza prudente visto el fracaso y los errores comprobados durante los primarias de ' Kadima ') dan al partido Laborista sólo 12 asientos en la próxima Knesset.
Según, los acuerdos concluidos entre estos dos líderes políticos, la formación centrista debería quedarse fuera del gobierno contemplado.
Acuerdos susceptibles de ser modificados después de las elecciones generales, si los electores israelíes debían conferirle al partido centrista un número de mandatos consecuentes en la próxima Knesset.Netaniahu y Barak podría entonces difícilmente discutir el veredicto de las urnas y dejar 'a Kadima ' fuera de juego. Es la razón por la cual, a pesar de sus declaraciones oídas a favor de un gobierno alternativo, Ehud Barak desea que el gobierno actual de Ehud Olmert funcione como un poder de transición hasta marzo de 2009. En el seno de 'Kadima' no se escatiman críticas a Ehud Barak, del que denuncian violentamente sus "zigzageos políticos"."En lugar de ser nuestro socio, Barak tomó la decisión de ser el remolque del Likud", reprendieron a estos últimos. Los allegados de Tzipi Livni también indican que el comportamiento de Ehud Barak contradice "completamente" sus últimos compromisos.
Ehud Barak deseaba ver a Olmert fuera de la vida política después de su implicación en el asunto Talansky y "no objetaba entrar en un gobierno con Tzipi Livni como Primer ministro" indicaron responsables del partido creado por Ariel Sharon.
En consecuencia, los consejeros de Tzipi Livni, conscientes de las dificultades que encontrarán para formar este nuevo gobierno, no vacilan en afirmar que "elecciones no asustan a la ministro de Asuntos Exteriores "
La única certeza es que Ehud Olmert anunció, como estaba previsto, esta mañana en consejo de ministros su decisión de dimitir al puesto de Primer Ministro. Le estrechó la mano a Tzipi Livni mientras le aseguraba "su voluntad de ayudarle y de apoyarle".Podemos suponer que Tzipi Livni la pasaría mejor sin tal sostén, ella que deseaba "hacer política de otro modo".
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