lunes, 2 de mayo de 2011

Theodor Herzl: El Hombre que trazó el Camino


El próximo 2 de mayo se cumplirá un nuevo aniversario del nacimiento de Herzl. En su homenaje deseamos reproducir una clase Editada por la Organización Sionista Argentina en el curso de Personalidades Sionistas con el deseo que nuestras lectores pudan conocer mas sobre el verdadero "Padre de la Patria".

Theodor Herzl llega al mundo, en Pest (Reino de Hungría; actualmente la parte oriental de Budapest) el 2 de mayo de1860 (10 de Iar de 5620) en el seno de una distinguida familia judía, que reside en la calle del Tabaco en un próspero distrito, y muy cerca de la Gran Sinagoga. Es hijo de Jacob Herzl y de Jeanette Diamant de Herzl. Por vía paterna, sus antepasados eran judíos sefaradíes, oriundos de Zemun, una región que actualmente corresponde a Serbia. Antes, los lejanos antepasados fueron obligados a marcharse de España. Su padre era un comerciante muy instruido, de buena posición; y la madre, con importante formación cultural, alentó y promovió en Theodor las inclinaciones literarias, que éste desarrolló desde muy niño.

En su hogar, de raigambre liberal con confortable espíritu laicista, se conservan asimismo algunas formas de la tradición judía, como la celebración de las altas fiestas y el cuidado del sábado. En su infancia, Theodor (Biniamin Zeev es su nombre en hebreo) además de lecciones de piano, recibe también las de varios idiomas, entre los cuales figura el hebreo, ya que comienza su primera enseñanza en la escuela judaica. A los 10

años de edad, pasa a un Instituto real, en el que se otorga preferencia a la actualización científica

Pese a que su formación judaica no es demasiado enfática, Theodor se siente muy afectado cuando en el prestigioso Colegio Real uno de sus profesores incluye a los judíos entre los pueblos paganos e idólatras. Entonces su reacción consiste en cambiar de colegio, y pasa a un Liceo secundario que es de los evangelistas y en el cual estudia un gran

número de alumnos judíos. En el Séptimo Curso escribe aquí su primer artículo periodístico, pero se guarda muy bien de no difundir su autoría, dado que no lo firma, pues de hacerlo podría ser castigado con la reclusión escolar.

Ya en su adolescencia, es uno de los fundadores -y presidente- de un círculo literario. Cuando un rabino le pregunta por sus futuros planes, Herzl responde que seguirá la carrera literaria. El rabino menea la cabeza, y le aconseja que ésa no es una profesión. En 1878, al fallecer su hermana Pauline, el duro golpe recibido por sus padres les hace trasladarse a otra ciudad, siendo

Viena la elegida.

Antisemitismo

En la capital austríaca, Herzl estudia Leyes. Allí activa en una Fraternidad estudiantil, la "Burschenschaft" (Asociación de Estudiantes) llamada "Albia", luciendo incluso la gorra que identifica a sus miembros. Es una época en la que abundan diferentes grupos de estudiantes, a cual más nacionalista que el otro. Incluso en algunas de estas fraternidades, como prueba de iniciación, los jóvenes noveles sufren un corte que origina una cicatriz identificatoria en el rostro.

La fraternidad que Herzl integra tiene como lema "Honor, Libertad, Patria" y la consigna política que proclama es la de la unificación de la patria alemana.

Con el renacimiento del antisemitismo también en estas tierras del centro y oeste de Europa, llega el tiempo en que dicha agrupación estudiantil no disimula esta postura y adopta la resolución de no admitir más el ingreso de aspirantes judíos - manteniendo, en cambio, a los judíos que ya estaban en sus filas-. También aquí, como antes en el Colegio, tiene una actitud decidida: "Les dije adiós...", remarcaría luego Theodor Herzl al recordar este episodio.

Fuertes campanadas

En 1884 se gradúa de abogado, iniciándose en la práctica forense "ad honorem" en los Tribunales de Viena, la capital austríaca, bajo las órdenes de un juez. Pronto es ganado por la fisonomía de Salzburgo, ciudad de cuya hermosura es un admirador.

Es así que se instala allí, continuando con las prácticas tribunalicias. Y acontece aquí, que la cautivante belleza de la geografía le inclina más a escribir obras de teatro que a los rigurosos informes para los Tribunales. Y, además, el atractivo paisaje de Salzburgo es contrarrestado por el sitio donde se emplaza su despacho, debajo del torreón en el que está instalada una muy pesada campana, que tres veces por día hace oír sus vibraciones hiriendo la susceptibilidad de sus delicados tímpanos. Herzl es consciente de que su condición de judío le impedirá llegar a ser juez, como es su ambición. Entonces decide abandonar Salzburgo, también la jurisprudencia y dedicarse a ser escritor.

Aplausos y reprobación

Inicialmente produce novelas, por entregas, algo común en la época. Pronto alterna como dramaturgo y como escritor de comedias teatrales, las que con diverso éxito se representan en las salas vienesas. Theodor Herzl al mismo tiempo que es hombre de sólidos criterios, sabe también escuchar las opiniones de los demás acerca de su obra. Así, afirma en una ocasión: "Muchas de mis piezas fueron estrenadas en varios teatros; unas alcanzaron ruidosos éxitos, mientras que en cambio, otras, decididamente no gustaron..." y a partir de allí concluye que "la diversidad de criterios con que eran recibidas mis piezas, me enseñó a hacer caso omiso tanto de los aplausos como de las silbatinas", enfatizando que "debemos satisfacer nuestro propio criterio".

Periodista y viajero

Colabora con notas periodísticas y literarias en diversos órganos de prensa. En 1885 es premiado uno de sus trabajos literarios que publica en un diario vienés. Cuando el "Deustsche Zeitung" (Diario Alemán) le pide que no firme las notas con su apellido, que "suena demasiado judío", renuncia a escribir en ese medio. Además, Herzl escribe obras de teatro que se representan en el célebre "Burgtheater" vienés y en los escenarios de Alemania.

Viaja por Italia, Inglaterra y España. En 1888 consigue Herzl hacer realidad su anhelo: poder publicar en el periódico liberal de gran circulación, "Die Neue Freue Presse " (La Nueva Prensa Libre), importante diario vienés. Allí se leen sus impresiones del viaje a Inglaterra. Se casa, a los 29 años de edad, en 1889 con Julia Naschauer. Del matrimonio nacerán tres hijos: Pauline (que lleva el nombre de la tía fallecida), Margarethe (nacida en París y a quien llaman "Trude") y, el único varón, Hans.

Virajes

A partir de 1891, Herzl se dedica al periodismo. Así, "Die Neue Freue Presse" lo nombra su corresponsal en París, donde Herzl fija su residencia entre 1891 y 1895. En su estadía parisina, se producen en la personalidad de Herzl dos

virajes. El primero es el paso desde sus inquietudes literarias a la especial atención que ahora debe dedicar a la realidad política. La Tercera República Francesa es un hervidero; y, en sus agudos despachos periodísticos, Herzl

vaticina las futuras carreras políticas de Clemenceau, Poincaré y otros.

El segundo viraje, ha de ser fundamental en la Historia del Pueblo Judío, y se produce cuando en 1894 se desencadena en Francia el "affaire Dreyfus", como se denomina al juicio contra el capitán del ejército Alfred Dreyfus, acusado injustamente de espionaje y entrega de datos militares a los alemanes. Herzl es uno de los pocos periodistas autorizados a asistir a la ceremonia de degradación del oficial juzgado, cuya condición de judío ha convertido en elemento capital la sentencia. Mientras el acusado es obligado a cruzar el patio, grita su inocencia. Pero la multitud replica entonando a viva voz consignas antijudías, exigiendo "¡Muerte a todos los judíos...!".

Allí advierte Theodor Herzl que en la mismísima Francia, cuna de la Ilustración, el antisemitismo puede expresarse con idéntica virulencia que en países más atrasados cultural y políticamente, por lo cual toma conciencia de que es el turno de trabajar activamente por la redención nacional y social del Pueblo Judío.

El Sionismo

Por otra parte, si bien Theodor Herzl se halla informado de la acción del Barón Rothschild y de la del Barón Hirsch hasta allí no ha leído a Moisés Hess (quien en 1862 publicó "Roma y Jerusalem") ni a León Pinsker (quien en 1882 publicó "Autoemancipación") que teorizan desde una perspectiva sionista. Idea que ya era sostenida incluso desde la militancia por grupos como los "Jovevei Sion" (Amantes de Sion), por ejemplo. Es por todos reconocido el citado viraje, pero asimismo podemos inferir que aunque de manera latente, en él ya el sentimiento de pertenencia judaico era muy intenso. Y, tres hechos que hemos mencionado de distintos momentos de

su vida, nos lo señalan: el cambio de colegio, el abandono de la agrupación estudiantil y al marcharse del periódico que le exige un seudónimo. En todos ellos, donde siente herido su judaísmo, reacciona con energía. Pero, a no dudar, que el antisemitismo que vive en la Francia admirada por sus conquistas sociales, es lo que lo persuade de iniciar una acción colectiva para encabezar a su pueblo en la búsqueda de la redención.

Y esa redención, advierte algo más tarde, sólo vendría con el retorno a Sion. Y con la creación de un Estado con administración, leyes y costumbres judías, poblado y gobernado por judíos. Así, nace el Sionismo como

Movimiento Político -como idea era preexistente- en los finales del siglo diecinueve.

Objetivo

En 1895 regresa a Viena, siendo designado director literario del "Neue Freie Presse". Pero ahora otra idea ronda su cabeza. Y es la de la Emancipación del Pueblo Judío. "Para mi vida no hay un objetivo mayor que el dedicarme a los intereses judíos" le confía en una carta a un amigo, en mayo de ese año. Al principio, piensa en escribir una novela, que persuadiría a los judíos de cambiar la condición de opresión en el mundo diaspórico, para retornar a Israel. Pero pronto advierte que nada se logrará sin un adecuado pasaje a la acción . Y que con sólo escribir una novela, no es suficiente para impulsarla. Así es que escribe, en ese mismo 1895, "El Estado Judío". Y, como Heine, se siente también escribiendo bajo el batido de las alas del águila sobre su cabeza. Es también el tiempo en que comienza a escribir un Diario personal.

El libro

Escrito -en alemán- durante los dos últimos meses de su estadía en París, se conoce en Viena "El Estado Judío. Ensayo de una solución moderna de la cuestión judía" (tal el título completo de la obra), donde Herzl propone un plan

político y práctico por el cual la solución al "problema judío " sólo arribará con la creación del Estado judío, de carácter soberano e independiente, que acoja a los judíos de la extensa diáspora. El texto, considerado un manifiesto antes que una obra doctrinaria, brinda un plan en el marco del pensamiento judaico nacional, y enfatiza la impostergable necesidadde esta alternativa, en el ancestral solar patrio, Eretz Israel (llamada "Palestina" desde los tiempos de la usurpación romana).

Algunos autores señalan que al publicar Herzl este trascendental libro, la idea de la redención judía llega al punto de la necesidad de la acción inmediata . Pocas veces hay tan estricta amalgama entre la aparición de un libro y la gestación de un Movimiento político. Pero con él, el propio Herzl pone manos a la obra en la concreción del primer Congreso Sionista, la creación de la Organización Sionista Mundial con sus instituciones, y la movilización de las comunidades judías de diversos centros diaspóricos.

Los historiadores coinciden en afirmar que "El Estado Judío" de Herzl, abre una nueva era en la Historia del Pueblo Judío.

Profecía

Hablándole a su pueblo, resaltando la necesidad de creación del Estado judío, profetiza: "Si lo queréis, no será una leyenda ". Y, en verdad, la Historia demostraría su verdad con el renacimiento del Estado de Israel en la tierra ancestral. En función de este objetivo, Herzl concreta uno tras otro los nuevos Congresos Sionistas y la marcha de la Organización Sionista Mundial.

A no dudar que la incomprensión es también grande en muchos sectores. Mientras que los judíos oprimidos del este europeo lo veneran, llegando muchos incluso a considerarlo como a un nuevo Moisés, los judíos del oeste que se hallan en mejor situación en las sociedades nacionales, temen que el sionismo sólo sirva para avivar el antisemitismo en sus países. Y a esto se suman los religiosos, que no admiten la propuesta de Herzl ya que entienden que únicamente el Mashíaj (Mesías) conducirá al Pueblo Judío de retorno a su tierra, y que no han llegado aún los tiempos mesiánicos.

Soñador y estratega

Herzl es el hombre que funda y organiza el Movimiento Sionista. Organizador y estratega, soñador e inagotable idealista, Herzl reúne en sí el pensamiento y la acción, la idea y la convocatoria. Alto, enhiesto y apuesto, de finos modales, expresión dominante, prestancia y magnetismo, sabe tratar con príncipes y reyes, militares y políticos, magnates y financistas. Y es venerado por los sectores populares y la gente de la aldea. Un vigoroso impulso llegado desde lo más íntimo de su ser, convierte desde entonces su vida en el medio para la profunda transformación de su pueblo. No basta con expresar indignación por el complot antisemita en un país tan avanzado como la Francia republicana, es indispensable que el judaísmo diluido en el Occidente asimilatorio, pueda emerger orgulloso en la proclamación de su identidad y en la recreación de la Patria histórica.

Poder magnético

Herzl no sólo se convertiría en un líder, sino en "el" líder del Pueblo Judío y de su Movimiento, el Sionismo político. El magnetismo, característica que Max Weber atribuye a un tipo especial de liderazgo que denomina "carismático", es también un importante atributo en la personalidad de Herzl, a quien Israel Zangwill define así: "Ejerce un poder magnético sobre las personas que se relacionan con él, desde los emperadores hasta los judíos pobres que se detienen a besar la orla de su manto".

Él, hombre de leyes y de letras con todas las características de líder y formidables dotes de orador, pronto es llamado por muchos, "Príncipe de los Judíos". Su tarea es gigantesca, y su convocatoria no excluye a nadie. Su mensaje llega a todos los judíos -tanto a los afectados por los "pogrom" de Rusia como a los del Occidente presuntamente integrados-: llegó la hora de emprender el camino de la Causa Nacional y el retorno al Solar Patrio.FUENTE OSA

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