viernes, 13 de mayo de 2011

TOCAR EL GAS NATURAL DE ISRAEL

By DAVID WURMSER AND JONATHAN M. BARON

El descubrimiento por parte de Israel de aproximadamente 25 billones de pies cúbicos de gas natural en alta mar desde el 2009 presenta al estado judío una oportunidad sin precedentes. La inestabilidad acelerandose en el resto del Medio Oriente no ha escapado a la atención de las principales instituciones financieras, algunas de las cuales han llegado a la conclusión que el sector de producción de energía de Israel amerita un examen más detenido y, posiblemente, una mayor consideración para inversión.
Al mismo tiempo, esa inestabilidad en el vecindario de Israel y en sus fronteras - especialmente en Egipto - sólo aumenta la urgencia para Israel para maximizar los beneficios económicos y de seguridad de la incrementada producción nacional. Para hacer realidad estas ventajas, sin embargo, Israel tendrá que superar tanto las ideas preconcebidas de la exploración y la industria de producción internacional, así como sus propias barreras internas para el desarrollo.
Israel se enfrenta a una realidad preocupante: Una proporción significativa de su actual consumo de gas natural depende de las importaciones poco fiables de Egipto. Su demanda de gas restante se satisface con un recurso nacional -el campo Mari-B, en el mar de la ciudad de Ashkelon, el que sólo posee el gas suficiente para abastecer a Israel durante 2013. Con Israel generando casi el 50% de su energía eléctrica del gas natural, la importancia de desarrollar nuevas fuentes internas no puede ser exagerada.
Tras la caída del gobierno de Mubarak, las exportaciones de gas egipcio a Israel se detuvieron y ahora El Cairo parece estar apuntando al
aumento de los precios a más de $7 por millón de unidades térmicas, de cerca de $4 actualmente y cerca de $ 1.50 en 2005. En respuesta a futuras interrupciones de suministro, Israel podría volver a aumentar su uso de petróleo y carbón importados, pero el costo económico sería considerable y probablemente insostenible en el largo plazo.
Las reservas comprobadas de alta mar de Israel en los campos de Tamar y Leviatán superan con creces los volúmenes de gas natural necesarios para satisfacer su mercado interno por el futuro previsible, los israelíes consumen menos de 200 mil millones de pies cúbicos de gas natural anualmente. Sin embargo, los obstáculos políticos para llevar esta energía al mercado podría ser considerable. Más que la mayoría, Israel tiene que crear y proyectar una atmósfera conducente a la exploración de alto riesgo fuera de las costas y producción para ganar la confianza de los potenciales operadores e inversores.
Aún bajo condiciones ideales, pocas compañías petroleras y de gas están dispuestas a arriesgar sus relaciones con el mundo musulmán para operar en Israel - la suave intolerancia creada por la distribución geológica de hidrocarburos no debe ser subestimada. Una cosa es que una compañía de tecnología con sede en California desarrolle software en Israel, pero es algo totalmente diferente que un productor serio de petróleo y gas con miles de millones de dolares en activos en Arabia Saudita o Qatar o Kuwait establezca una presencia en el estado judio.
Como consecuencia, las empresas interesadas hasta la fecha han tendido a ser más pequeñas que las integradas super importantes de petróleo y gas, y menos experimentadas en negociar con gobiernos soberanos. En el futuro, se debe esperar que las empresas esten menos dispuestas a asumir el riesgo financiero y menos confiadas en administrar el riesgo político. En este contexto, los signos de incertidumbre política o inestabilidad regional importan mucho. En marzo, la Knesset aprobó el aumento de los impuestos de ganancias sobre el sector de gas natural que fueron recomendados por el Comité Sheshinski, en un proceso que tomó casi un año. Con ese trabajo ahora concluido, Israel se beneficiaría considerablemente de mantener el máximo grado de impuestos y seguridad jurídica posibles.
Aún más importante quizás es el estado del proceso de planificación nacional para proyectos de energía, que es profundamente defectuoso y un grave obstáculo a la inversión. Las decisiones sobre permisos, concesiones y regulaciones ambientales y de seguridad estan retrasadas, hechas y luego deshechas. Los conflictos entre los responsables políticos nacionales y las autoridades locales crean parálisis. En Jerusalem, la autoridad está fragmentada entre varios ministerios nacionales, creando una tremenda confusión. Si bien el Ministerio de Infraestructura Nacional es equivalente a un Ministerio de Energía, el Ministerio del Interior administra la zonificación y comisiones de planificación, el Ministerio de Medio Ambiente guía a los reguladores de impacto ambiental y seguridad, y el Ministerio de Finanzas controla los impuestos y regalías. La reforma debe comenzar por potenciar a una figura de alto nivel para establecer una planificación completamente nueva y la estructura de reglamentación, quitando el statu quo conflictivo y superpuesto de hoy.
Por último, Israel debe dejar en claro su compromiso permanente y capacidad para defender los activos de energía fuera de sus costas.
El historial del país en materia de protección de infraestructura es ejemplar, y las comunidades de energía e inversión tienen mucho que aprender con respecto a los riesgos reales, como opuestos a los imaginarios, los riesgos geopolíticos adjuntos al despliegue de capital en el mercado israelí. A pesar que la población de Israel y la economía se han expandido enormemente en las últimas tres décadas, los enemigos de Israel han tenido poco o ningún éxito en atacar las infraestructuras críticas del país, tales como las estructuras de los puertos, energía y agua, líneas vitales de comunicación, centros de transporte o de otras inversiones capitales a gran escala. Superar los conceptos erróneos sobre la seguridad de Israel entre los actores clave en los sectores energético y de servicios financieros representa una importante tarea muy distinta a la comercialización de la historia de la tecnología de Israel.
Abundante gas natural interno podría transformar a Israel por medio de mejorada seguridad energética y crecimiento económico acelerado, hecho posible reduciendo los costos de electricidad, agua y transporte. Israel tiene todo el incentivo para reformar su sector energético. Si lo hace, podría producir un retorno de la inversión tal vez sin igual en la historia moderna del estado.

El Sr. Wurmser fue un asesor principal en Medio Oriente del vicepresidente Dick Cheney y es el ejecutivo y miembro fundador de The Delphi Analysis Global Group, LLC. El Sr. Baron anteriormente detentó altos cargos con miembros del liderazgo republicano en el Congreso de los EEUU y es fundador y presidente de Baron Public Affairs, LLC. Ambos han asesorado a clientes en el sector del gas natural de Israel.

Fuente: The Wall Street Journal- Traducido especialmente para el blog de OSA Filial Cordoba

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