SOBRE PIEDRAS Y DIAMANTES
Mis ideas suelen ser rústicas, ásperas.
Como si se fueran piedras de montaña.
Pero cuando las expongo,
entre los que acuerdan con ellas y los que las rechazan,
los que se identifican con mi escrito o lo objetan,
y en medio de comentarios a favor y en contra,
entre todos,
pero entre todos y cada uno de ustedes,
van transformando mi piedra hosca en una piedra mucho más delicada y fina, más pulcra, más suave.
E incluso, ciertos días me despierto con una simple piedra,
y al llegar la noche me recuesto con un diamante acariciando mi alma.
¡Los abrazo!

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