lunes, 30 de mayo de 2016

Revista de Prensa

Obama pasa del acercamiento entre Israel y el mundo árabe

 

Barack Obama.
John Hannah, de la Foundation for Defense of Democracies, defiende que la clave para la paz en Oriente Medio no está en las medidas unilaterales a favor de los palestinos, sino en los lazos, cada vez más estrechos, de Israel con sus vecinos suníes.
EEUU debería tener un profundo interés en comprobar cómo puede funcionar el acercamiento estratégico en ciernes entre Israel y los Estados árabes suníes. Dado su rol como el más importante, poderoso y fiable socio de ambas partes, no hay muchas dudas de que EEUU puede servir como catalizador, organizador y patrono de esta coalición emergente mediando, empujando, diseñando estrategias y proporcionando seguridad, garantías y recursos. Aunque los contactos entre Israel y algunos de sus vecinos son alentadores, no alcanzarán su completo potencial sin la asistencia y la protección activas de EEUU. Los antagonismos históricos, las sospechas y los riesgos –especialmente para una monarquía religiosa conservadora como la de Arabia Saudí, autoproclamada epicentro mundial del islam– puede que sean simplemente demasiado grandes para que las partes los superen por sí mismas.
Por desgracia, hay pocos indicios hasta la fecha de que la Administración Obama tenga mucho interés en desempeñar tal papel. Las autoridades israelíes se quejan de que EEUU sigue demasiado centrado en la cuestión palestina, mientras pierde por completo la oportunidad histórica de avanzar en las relaciones entre Israel y los Estados árabes.
El profesor Eyal Zisser, del Moshe Dayan Center for Middle Eastern and African Studies, se refiere en este artículo al cambio esencial que ha operado en Oriente Medio respecto a las relaciones de los países árabes con Israel.
El quehacer egipcio y saudí refleja el cambio estratégico que ha experimentado Oriente Medio en los últimos años. En el pasado, los líderes regionales podían apuntar con el dedo a Israel como la razón de cualquier crisis interna en sus países, y en ocasiones incluso trataban de iniciar una escalada en la frontera para distraer a la opinión pública local de los problemas domésticos. Los líderes regionales siguen mirando a Israel, pero ya no lo ven como un chivo expiatorio que pueda ser utilizado para apaciguar las querellas internas. Ahora lo ven como un socio potencial, un aliado que puede resultar muy útil para acometer los retos considerables a los que se enfrentan.
Un grupo vinculado al califato terrorista con presencia en Gaza está lanzando cohetes contra el sur de Israel. Para la analista especializada en Oriente Medio Brooklyn Middleton, se trata de una maniobra para socavar el poder de Hamás en la Franja.
Mientras los salafistas continúan intentando humillar y atacar a Hamás en casa, es también probable en estos momentos que ningún grupo sea todavía lo suficientemente fuerte para amenazar su poder. Por tanto, los salafistas seguirán inclinados a intensificar las operaciones contra Israel, con la intención de hacer que la Fuerza Aérea Israelí (IAF) tome represalias contra los miembros de Hamás y su infraestructura y golpee al grupo de una forma en que los salafistas no son capaces en estos momentos. En última instancia, el Ejército israelí seguirá haciendo responsable a Hamás de cualquier ataque procedente de su territorio, al margen de qué facción concreta lo perpetre.

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