**Días, Sólo Días**
No puedo de ellos hablarte, que importancia tiene un día de
otro,
son sólo días. Números en un almanaque que marca alguna
alegría
o alguna tristeza o alguna cuestión que no vale la pena
mencionar.
Se juntan y van haciendo semanas, meses y años y sólo los
años,
cuando son muchos, comienza a doler en recuerdos que la
mente se
empeña en recordar.
Los días se van yendo y otros comienzan a asomar, un día
como otros
calcados, así son, y ellos nos recuerdan que cada día que
pasa nos queda
menos para el final. Los días se acumulan alrededor de los
recuerdos
que se vuelven caprichosos y no se quieren separar; unos con
otros se
van juntando como arreos en la huella haciendo más ligero la
marcha del
final.
Días que han pasado en mi larga vida y aún en mi persiste el gusto dulce
o amargo de lo que en
ese día viví. Con estupor noto que con el correr de los
años los días llegan más rápido y más rápido se van.
Días que se vuelven noches y noches que me acompaña el
insomnio y mi mente
que no da descanso a la imaginación que vive en mi.
Temo y amo los días;
temo porque los veo llegar, como olas de tempestad, y los
amo porque ellos me traen amores que se han ido, amores
testigos que aún mi
corazón late por vivir.
¡Días, sólo días, déjalos correr!
Mario Beer-Sheva
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