lunes, 30 de mayo de 2016

**Días, Sólo Días**

No puedo de ellos hablarte, que importancia tiene un día de otro,
son sólo días. Números en un almanaque que marca alguna alegría
o alguna tristeza o alguna cuestión que no vale la pena mencionar.
Se juntan y van haciendo semanas, meses y años y sólo los años,
cuando son muchos, comienza a doler en recuerdos que la mente se
empeña en recordar.
Los días se van yendo y otros comienzan a asomar, un día como otros
calcados, así son, y ellos nos recuerdan que cada día que pasa nos queda
menos para el final. Los días se acumulan alrededor de los recuerdos
que se vuelven caprichosos y no se quieren separar; unos con otros se
van juntando como arreos en la huella haciendo más ligero la marcha del
final.
Días que han pasado en mi larga vida y  aún en mi persiste el gusto dulce
 o amargo de lo que en ese día viví. Con estupor noto que con el correr de los
años los días llegan más rápido y más rápido se van.
Días que se vuelven noches y noches que me acompaña el insomnio y mi mente
que no da descanso a la imaginación que vive en mi.
Temo y amo  los días; temo porque los veo llegar, como olas de tempestad, y los
amo porque ellos me traen amores que se han ido, amores testigos que aún mi
corazón late por vivir.
¡Días, sólo días, déjalos correr!

Mario Beer-Sheva

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