jueves, 26 de mayo de 2016


Holocausto: Alguien está mintiendo en Teherán
Por Julián Schvindlerman
Comunidades – 25/5/16
Y se vino la tercera nomás. La primera competencia de caricaturas sobre el Holocausto fue llevada a cabo en el 2006. Entonces gobernaba Mahmoud Ahmadinejad y fue la respuesta iraní a las viñetas sobre Mahoma publicadas en el diario danés Jyllands-Posten. La segunda ocurrió en 2015, durante el gobierno de -ouch- Hassan Rohani y fue una represalia iraní a la publicación de caricaturas satíricas del Profeta musulmán por la revista francesa Charlie Hebdo. Ahora llegó una nueva competencia internacional de caricaturas organizada en Irán acerca del Holocausto. La bienal persa fue inaugurada el pasado 14 de mayo, día-aniversario del nacimiento del Estado de Israel, y tal como explicó su curador, Shojal Tabtabai, la misma es “una expresión a las masacres perpetradas contra el pueblo palestino”. Típicamente, el trabajo ganador es recompensado monetariamente y exhibido en el Museo Palestino de Arte Contemporáneo en Teherán. Oh, y todavía gobierna allí Hassan Rohani.
Este espinoso asunto de que la negación y ridiculización del Holocausto continúe ocurriendo en Irán bajo el mandato del supuestamente moderado Rohani es causal de incomodidad en muchos rincones occidentales. Para calmar ansiedades, el canciller Mohamed Javad Zarif dio una entrevista a The New Yorker el último abril en la que aseguró que su gobierno no tenía nada que ver con este certamen y buscó distanciarse del mismo. “No es Irán”, dijo, quien lo organiza, sino una ONG “no controlada por el gobierno iraní”. “Tampoco es respaldada por el gobierno iraní” agregó, y explicó que no era necesario obtener un permiso oficial “para llevar adelante la función”. El canciller fue velozmente desmentido, tanto por opositores como por los propios organizadores.
Gracias al valioso trabajo que lleva adelante el Middle East Media and Research Institute, cuyas traducciones del árabe y el farsi ofrecen una ventana de observación al mundo islámico, podemos conocer la reacción del propio curador de la muestra, el ya citado Tabtabai, quien afirmó sin pruritos: “estamos coordinando con el Ministerio de Cultura”.
Tabtabai, él mismo un caricaturista, es el hombre que organizó el primer certamen una década atrás. Fue titular de la Casa de Caricaturas en Irán y los últimos años militó en la Organización de las Artes y la Cultura de la Alcaldía de Teherán, la que desde hace veinte años es administrada por una junta designada por la Autoridad de Difusión de la República Islámica y la Organización de Propaganda Islámica. La Alcaldía de Teherán depende del Ministerio del Interior y la Organización de Propaganda Islámica está bajo la supervisión directa del Líder Supremo, el ayatolá Khameini. El gobierno provee los fondos para el presupuesto anual de este ente, los que son aprobados por el Parlamento.
Esta bienal negacionista fue patrocinada por dos entidades. Una es el Instituto de Prensa y Arte Owj, que está afiliado a las Guardias Revolucionarias Iraníes (GRI), que son los custodios de la Revolución Khomeinista. Tras el pacto nuclear de Irán con las potencias, Owj lanzó una campaña nombrada “Honestidad Americana” que cubrió las calles de Teherán con pósters antiamericanos. El vocero de Asuntos Públicos de las GRI, Ramezan Sharif, dijo que Owj recibe el “apoyo y cooperación cercana” de las Guardias Revolucionarias. La otra entidad patrocinante es el Centro Cultural Sarsheshmeh, cuyo webiste declara que su presupuesto es dado por la Organización de Propaganda Islámica, la cual, como se ha indicado más arriba, depende del ayatolá Khameini, quien designa a su presidente.
En cuanto a la aseveración del canciller iraní en el sentido de que este certamen no requiere un permiso oficial, el periodista iraní exiliado, Aida Qajar, publicó en un portal disidente un artículo titulado “Las caricaturas del Holocausto y las mentiras de Zarif” en el que refuta al canciller. “El hecho es que cualquier exhibición o conferencia en Irán necesita un permiso del Ministerio de Cultura y Guía Islámica. La condición para tal permiso es que la exhibición o conferencia no debe insultar creencias mediante ´vista, sonido, pinturas, o viñetas´”. Cuando The New Yorker preguntó a Zarif porqué Irán permitía este festival ofensivo, el canciller respondió con su propia pregunta: “¿Por qué tiene los Estados Unidos al Ku Klux Klan?”. Aida Qajar retrucó que “Zarif ignoró el punto principal, eludiendo la diferencia crucial entre los dos grupos racistas y discriminatorios: el gobierno norteamericano no patrocina las actividades del KKK”.
Así es que el gobierno iraní está mintiendo por partida doble. Miente sobre el Holocausto y miente acerca de su involucramiento en la propagación de esa calumnia. Una mentira dentro de otra mentira. Nada grave en lo que al régimen ayatolá concierne. ¿Qué le hace una raya más al tigre al fin de cuentas?

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