jueves, 26 de mayo de 2016

Cuando Twitter, llamativamente, no hirvió
por Grupo ReVista
20 de Mayo de 2016


 
 
 
El pasado jueves 19 de mayo, Twitter bulló. Corresponsales y colaboradores en español en Israel, que informan sobre el conflicto palestino-israelí y sobre los sucesos de la región, expresaron su firme solidaridad con la fotógrafa de SIPA Press, y miembro de la Asociación de Prensa Extranjera (FPA), Heidi Levine, y su más profunda indignación ante su detención en Gaza por parte de Hamas, durante más de tres horas, antes de “permitírsele abandonar Gaza”. Según FPA, la fotógrafa dijo que se le prohibió permanecer en dicho terrotio, debido a que “su trabajo refleja a Gaza [léase, Hamas] de mala manera”; y agregaba que no se trató de un incidente aislado: “Varios miembros de la FPA han sido forzados a incómodos interrogatorios por la seguridad de Hamás al entrar o salir de Gaza estos últimos meses”.
Hamas diciendo cómo hay que “informar”, no es algo ni remotamente nuevo. Por su parte, la OLP tampoco se queda atrás en esto de las “sugerencias” informativas – que muchos parecen adoptar a pies juntillas -.
Pero, volviendo a Levine, a Gaza y a Hamas, los periodistas en español salieron en defensa de su colega, a tal punto que convirtieron su nombre en tema tendencia, y su caso en sendas crónicas informativas...
Pero no. No ocurrió así.
Sí fue detenida Heidi Levine en Gaza por el grupo terrorista Hamas, pero...
Pero la FPA, en su comunicado, hacía referencia a Hamas como si ésta no fuese una organización considerada terrorista por Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, sino un partido político común y corriente (acaso un tanto totalitario en sus formas).
Pero no hubo tal reacción por parte de sus colegas en español, ni hubo una gran cobertura mediática del hecho – del que la agencia de noticias Efe, por ejemplo, sí informó -.
¿La solidarización irá por lenguas?
¿O la indignación no responde a una brújula ética, y sí, en cambio, a una ideológica? O, puesto de otra manera, la indignación, cuando se manifiesta, ¿es tal, o es un mero recurso propagandístico: de la persona que la expresa y de la causa que pretenden defender?
Como sea, parece ser que no hay como un silencio para retratar intenciones...
 
 

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