lunes, 2 de mayo de 2016

El Estado Islámico está colapsando

Por Daniel Pipes 

Convoy del Estado Islámico.
"Celebremos la próxima desaparición del Estado Islámico radicado en Raqa, Siria, pero sin engañarnos con la idea de que el ISIS está finiquitado. Para eso, por desgracia, se necesita derrotar y marginar a todo el movimiento islamista"
Vaticino que el Estado del ISIS en Siria e Irak colapsará tan rápidamente como emergió. De hecho, me la jugaré y diré que espero que se haya esfumado para finales de año.
Que el Estado Islámico (también conocido como ISIS, EIIL o Daesh) desaparecerá es predecible porque al final todos los Estados totalitarios desaparecen debido a tres desarrollos fundamentales: los cuadros se desilusionan, las poblaciones subyugadas sufren y los enemigos externos crecen en número. Todos estos problemas afligieron, por ejemplo, a los regímenes fascistas de la II Guerra Mundial y al bloque soviético.
El ISIS colapsará pronto porque padece en forma extrema esos problemas.
Cuadros desilusinados. El paraíso terrenal prometido por el ISIS a sus reclutas se ha convertido en algo más parecido a un infierno, lo que ha llevado a muchos de ellos a huir, y más aún desearán hacerlo. Números crecientes de combatientes carecen de lealtad al grupo, y se mueven sólo por dinero o miedo. Las razones pueden ser tan mundanas como la mala comida o tan elevadas como una mala teología, pero la honda decepción es común en la tropa. Los ideológicos radicales han devenido penitentes; los guerrilleros colocadísimos, cuasi vegetales.
Sufrimiento de las poblaciones sometidas. El ISIS oprime a los millones de personas que viven bajo su férula en un territorio mayor que el Reino Unido. Si unos pocos se benefician del sistema, la gran mayoría padece las ruines injerencias, el empobrecimiento, las normas arbitrarias, la brutalidad y el sadismo característicos de su dominio. Esta gente sometida se alzará en cuanto tenga la ocasión.
Enemigos externos. El ISIS parece ufanarse de tener tantos enemigos como le sea posible, lo cual puede dar lustre a sus credenciales de pureza pero lo hace extremadamente vulnerable. Gratuitamente se enajenaron a los jordanos al quemar vivo a un piloto de su fuerza aérea; enfurecieron a los turcos colocando bombas en sus principales ciudades; sus actos de violencia en París, Bruselas y demás le han convertido en el enemigo número 1 de gran parte de Occidente (incluso de los islamistas que viven allí). Se han enajenado a todo el mundo con la destrucción de antigüedades, el uso de gas venenoso y los vídeos de decapitaciones. Sus únicas alianzas son con grupos similares como Boko Haram, en Nigeria.
Como consecuencia, el ISIS es crecientemente execrado. Así, en una reunión inaudita, en diciembre de 2015 el Consejo de Seguridad votó unánimemente por imponer sanciones económicas de amplio espectro al ISIS. En otro nivel, una vasta encuesta encontró que para la mitad de los árabe-hablantes de entre 18 y 24 años el ISIS es “el principal obstáculo que afronta el Medio Oriente”, por encima del desempleo, Israel o Irán.
En definitiva, el ISIS está perdiendo efectivos (25.00 muertos, según una fuente norteamericana), así como territorio y poderío económico. Los cabecillas están huyendo a los confines más amigables de Libia. Los desertores están sacando a la luz archivos con información de miembros del grupo. Los bombardeos de numerosas fuerzas aéreas junto con los operativos llevados a cabo por los kurdos y Bagdad están causando estragos al ISIS, sobre todo en el aspecto financiero. En 2015 el ISIS perdió Baiyi, Kobani, Sinyar y Tikrit, un total del 20% de su territorio en Siria y del 40% en Irak. Esas pérdidas se prolongan en 2016, con Ramadi y Palmira ya fuera de su control. Un analista egipcio, Abdel Moneim Said, compara al ISIS con el último, desesperado y funesto año del Reich nazi.
Aunque su Estado en Siria e Irak esté condenado, el ISIS sobrevivirá de otras maneras. Ahí está el Estado sucesor de Libia, y quizá erija otros en Nigeria, Somalia o Afganistán. En segundo lugar, está la idea del califato, un concepto medieval del supremacismo musulmán con funestas implicaciones para la vida moderna.
Así pues, apurémonos y después celebremos la próxima desaparición del Estado Islámico radicado en Raqa, Siria, pero sin engañarnos con la idea de que el ISIS está finiquitado. Para eso, por desgracia, se necesita derrotar y marginar a todo el movimiento islamista. También esto puede darse, pero será una labor de años.
Adenda del 19 de abril: Barack Obama ha dicho que el ISIS perderá el control de Mosul para finales de 2016.
http://www.danielpipes.org/16626/isis-is-collapsing

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