viernes, 6 de mayo de 2016



 

Ajarei Mot(Levítico 16-18)


Costumbres aparentemente inofensivas


No realicen las prácticas de la tierra de Egipto en la que habitaron; y no realicen las prácticas de la tierra de Canaán a la cual los traigo, ni sigan sus costumbres”. (Levítico 18:3)
Pregunta:
¿Qué significa que no debemos seguir las “costumbres” de otros pueblos? Ciertamente existen otros pueblos que acostubran utilizar automóviles, teléfonos, trajes, zapatos, salen a comer a restaurantes, etcétera, y evidentemente estas cosas no entran dentro de la prohibición. Entonces, ¿hasta dónde se extiende esta prohibición realmente?
Respuesta:
En términos prácticos, el Ramá (ver Yoré Deá 178:1) dictamina que sólo las costumbres que se remontan a la inmoralidad o al paganismo, o cuyo origen es desconocido, pero carecen de beneficio tangible o razones lógicas están prohibidas. Si una costumbre particular de otro pueblo tiene una razón lógica y un beneficio tangible, y no está conectada a la inmoralidad o al paganismo, entonces está permitida.
Ahora bien, es entendible que las prácticas nocivas como el paganismo o la inmoralidad estén prohibidas, lo increíble es que el Ramá incluye también dentro de la prohibición las prácticas sociales aparentemente inofensivas, es decir, los comportamientos sociales que se transforman en “costumbres” para ellos, pero que no tienen una razón lógica de ser o un beneficio tangible.
Pero, ¿qué hay de malo con estas costumbres realmente? ¿Cuál es el problema de hacer algo sin sentido?
Nuestros Sabios explican que una de las razones por las cuales había una rampa en el Altar del Templo en lugar de escaleras, era para que ésta sirviera como un recordatorio de que en cada instante de la vida, estamos ya sea subiendo o bajando, no existe un peldaño intermedio en el cual puedo detenerme a perder el tiempo sin rodar inmediatamente hacia abajo.
La idea es bastante simple. ¡Si no estás creciendo espiritualmente, entonces, estás bajando! No hay otra opción. Perder el tiempo no es simplemente “no avanzar”, perder el tiempo es retroceder.
Esta idea queda en evidencia si analizamos la palabra “jukoteihem”que la Torá utiliza para “sus costumbres” en este contexto. Un jok es algo que no tiene una razón lógica de ser. Lo que la Torá nos está exigiendo, más allá de no imitar sus prácticas nocivas, es que nos diferenciemos al no realizar actividades vanas, que no tienen sentido y que finalmente, son una pérdida de tiempo.
Fuentes: Shulján Aruj Yoré Deá 178; Rashi, comentario a Levítico 18:3

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