lunes, 2 de mayo de 2011

IOM HASHOA

Cuarenta años después, mi tatuaje forma parte de mi cuerpo. No me vanaglorio de él ni me avergüenzo, no lo exhibo ni lo escondo. Lo enseño de mala gana a quien me pide verlo por pura curiosidad; lo hago enseguida y con ira a quien se declara incrédulo. M...uchas veces los jóvenes me preguntan por qué no me lo borró, y es una cosa que me crispa; ¿por qué iba a borrármelo? No somos muchos en el mundo los que somos portadores de tal testimonio.” Primo Levi, Los hundidos y los salvados

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