jueves, 24 de marzo de 2016

JAIRO 

Teresa, Iván -3 años- y yo, íbamos por Callao. De pronto, un tipo saca medio cuerpo por la ventanilla de un coche y empieza a los tiros. Nos ovillamos en el suelo protegiendo al niño. Ese día empezó la dictadura. Compartimos el momento con Facundo (Cabral) y Leonardo (Favio). Después nosotros nos fuimos a Cruz del Eje antes de volver a Madrid. Los medios españoles informaban de la situación, pero en Francia la condena oficial y pública era más virulenta. La desaparición de Leonie Duquet y Alice Domon fue un impacto. Antes del MUNDIAL '78, Michel Hidalgo, DT del equipo francés se auto-secuestró para llamar la atención sobre lo que ocurría en el país organizador. Mi primer disco francés (1978) se llamó LIBERTÉ. "Que un argentino cante "Liberté" adquiere hoy una dimensión especial", dijo Alejo Carpentier. Yo era popular, y mi postura, por un lado, me convirtió en persona non grata para la Embajada Argentina en Francia, pero por el otro me valió la felicitación de Arturo Illia, quien en 1980 habló en la Assemblée Nationale sobre la situación de los Derechos Humanos en Argentina. Tuve -tengo- amigos "del exilio". Algunos volvieron, otros nó. Los lazos son, individual y colectivamente, firmes. Declararse ignorante de lo sucedido en esos años es inconsistente. Y si admitir culpas redime, me pregunto cuántos de los que vemos hoy en los medios se mostraron dispuestos a someterse a ese ejercicio rehabilitador, y cuántos, en un falso sinceramiento, se reposicionaron en un sistema que por ignominiosa omisión contribuyeron a desestabilizar. Para mí, hoy, como ayer, el objetivo sigue siendo la libertad.

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