domingo, 27 de marzo de 2016

La minoría cristiana de Israel

Por Shadi Jalul 

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"Israel no sólo apoya y reconoce a los cristianos y a otras minorías plenos derechos civiles, libertad y derecho legal a una existencia pacífica y a practicar su fe como deseen, sino que además les concede el derecho a desarrollarse como minoría con todo lo que ello implica en cuanto a diferencias culturales""Los cristianos, al igual que otras minorías, comprenden que, en la actualidad, servir en las Fuerzas Armadas de Israel es esencial para su integración en el país. Muchos cristianos y miembros de otras minorías comparten los mismos temores: cada vez son más conscientes de que en esta región Israel es la única isla de seguridad que les concede libertad y derechos democráticos""En los 1.400 años posteriores a la conquista islámica los cristianos arameos se vieron obligados a cambiar su lengua por el árabe, y más recientemente a abandonar sus hogares en Siria e Irak. No gozan de status alguno en los Estados árabes y musulmanes, la mayoría de los cuales son gobernados de acuerdo a la sharia. Los cristianos arameos tampoco son reconocidos por la Autoridad Palestina, que actualmente gobierna Judea y Samaria"
El año pasado, Israel reconoció la existencia de un grupo de cristianos, los arameos, dentro de sus fronteras; algo que ninguna nación árabe o musulmana de Oriente Medio ha hecho ni va a hacer jamás. Israel reconoció a un grupo étnico y religioso en particular: los pobladores indígenas del antiguo Creciente Fértil.
Su lengua, el arameo, era la lengua en la que hablaba Jesús, siglos antes de que el islam llegara a la región.
Israel no sólo apoya y reconoce a los cristianos y a otras minorías (drusos, musulmanes, baha’i, cualquiera) plenos derechos civiles, libertad y derecho legal a una existencia pacífica y a practicar su fe como deseen, sino que además les concede el derecho a desarrollarse como minoría con todo lo que ello implica en cuanto a diferencias culturales. Los árabes, por ejemplo, son bienvenidos en las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) pero, a diferencia de los judíos, no están obligados a servir en ellas. El primer ministro fundador de Israel, David Ben Gurión, por consideración no quiso que los árabes se sintieran obligados a combatir contra sus hermanos.
En Israel, los miembros de las minorías cristiana y musulmana ocupan todo tipo de puestos de responsabilidad, como cualquier judío israelí que desee tener una carrera exitosa. Tenemos, por ejemplo, a Salim Jubran, cristiano maronita y juez del Tribunal Supremo.
Al contrario de lo que afirma la propaganda, en Israel no hay ningún tipo de apartheid, ni hay carreteras por las que sólo puedan viajar los judíos. Esas carreteras están en Arabia Saudí, que tiene verdaderas carreteras segregacionistas, ya que sólo los musulmanes pueden viajar a La Meca.
Además, Israel actúa así en un entorno en el que la mayoría de sus vecinos (que, a menudo, se cuentan entre los más brutales enemigos de la humanidad) desean borrarlo del mapa y suelen hacer cuanto está en su mano por convertir ese deseo en realidad. Por desgracia, a ello se unen muchos europeos. Todos hemos sido testigos de los maliciosos recientes intentos de la Unión Europea por ahogar económicamente a Israel haciéndolo etiquetar los productos fabricados en territorios en disputa. Esa exigencia, que no se impone a ningún otro país con disputas fronterizas, en realidad obstaculiza cualquier perspectiva de paz que pueda alcanzarse trabajando juntos.
Esos europeos no engañan a nadie. Los castigos vagamente sádicos y cargados de superioridad moral que pretenden imponer a Israel lo único que lograrán será que miles de palestinos pierdan unos trabajos bien pagados y que necesitan desesperadamente. Esas imposiciones también empujan a muchos palestinos recién desempleados a la oficina de empleo de último recurso: el extremismo y terrorismo islámicos. Resulta irónico que esos europeos, en su deseo de perjudicar a los judíos mientras pretenden ayudar a los palestinos, en realidad estén sembrando una nueva cosecha de terroristas que luego irán a Europa a mostrarles lo que piensan de semejantes hipócritas.
En la región se habla mucho de cómo los europeos, en el fondo, también desean borrar a Israel del mapa, y esperan que sus nuevas leyes, combinadas con la clásica violencia árabe, surtan efecto. Así, los europeos podrán tratar de convencerse a sí mismos de que ellos “no han tenido nada que ver con ello”. Pues deben saber que no engañan a nadie.
Entretanto, Israel, pese a tener abiertos los frentes europeo y norteamericano, además de tener que hacer frente a las frecuentes amenazas genocidas musulmanas, sigue reforzando activamente a sus minorías a través de una serie de programas patrocinados por el Estado. Entre ellos, un plan quinquenal para el desarrollo de los árabe-israelíes y de otras comunidades minoritarias, que fue aprobado el 30 de diciembre de 2015 con un presupuesto de 15.000 millones de shekels (unos 4.000 millones de dólares). El ministro de Igualdad, Gila Gamliel, del Likud, está encargado de aplicar el plan. El primer ministro Netanyahu, injustamente vapuleado,ha puesto en funcionamiento en los últimos años la Autoridad para el Desarrollo Económico de los Sectores Árabe, Druso y Circasiano. Está dirigida por un árabe musulmán, Aiman Saif, que está a cargo de un considerable presupuesto, 7.000 millones de shekels (aproximadamente 1.800 millones de dólares), que principalmente ha ido a parar a diversas localidades árabes para desarrollar infraestructuras modernas, zonas industriales, oportunidades de empleo, educación, etc. El resto fue destinado a ayuda para varias poblaciones cristianas de Galilea.
Los árabes tienen su propia sección en el Ministerio de Educación, dirigida por un árabe musulmán, Abdalá Jatib, que también está a cargo de un amplio presupuesto: 900 millones de shekels (230 millones de dólares).
Los cristianos, al igual que otras minorías, comprenden que, en la actualidad, servir en las Fuerzas Armadas de Israel es esencial para su integración en el país. Muchos cristianos y miembros de otras minorías comparten los mismos temores: cada vez son más conscientes de que en esta región Israel es la única isla de seguridad que les concede libertad y derechos democráticos. La comunidad árabe musulmana del país, al igual que la cristiana y que otras comunidades de lengua árabe contemplan el trágico destino de sus hermanos en Siria, Irak, el Líbano y otros países árabes. Musulmanes que matan a otros musulmanes; grupos de fanáticos musulmanes que asesinan a cristianos, los expulsan, los degüellan, los queman vivos, los ahogan en jaulas y, por supuesto, los crucifican, incluso a niños pequeños. Las minorías de Israel son muy conscientes de todo ello. Tampoco pueden entender por qué nadie condena a esos malvados. Temen que esa devastación se extienda, primero a la tierra santa de Israel, y luego a Europa.
El miedo es una de las razones por las que ha aumentado el número de cristianos que se enrolan en las FDI: un 30% de reclutamientos voluntarios, mientras que en el conjunto de la sociedad judía la cifra es de un 57% de reclutamientos obligatorios. Actualmente hay más de 1.000 árabes musulmanes que sirven en las FDI.
Todos conocemos el peligro de los grupos fanáticos yihadistas como Hamás, y nos sentimos aún más comprometidos con la defensa de este Estado plural y único.
La comunidad a la que pertenece este autor, los cristianos arameos, tiene orígenes étnicos y lingüísticos arameo-fenicios, y estaba asentada en Siria, el Líbano e Irak. En los 1.400 años posteriores a la conquista islámica los cristianos arameos se vieron obligados a cambiar su lengua por el árabe, y más recientemente a abandonar sus hogares en Siria e Irak. No gozan de status alguno en los Estados árabes y musulmanes, la mayoría de los cuales son gobernados de acuerdo a la sharia. Los cristianos arameos tampoco son reconocidos por la Autoridad Palestina, que actualmente gobierna Judea y Samaria.
Conocemos a algunos grupos cristianos, como Sabeel, Kairos Palestina y otros más, controlados por la Autoridad Palestina, que siguen viendo necesario halagar de boquilla a los árabes musulmanes que los han conquistado.
Jerusalén está abierto a todos, pero no siempre lo ha estado, sobre todo mientras estuvo bajo jurisdicción jordana hasta 1967. No sólo se prohibía la entrada a los judíos, sino que se retiraron 38.000 lápidas judías del cementerio del Monte de los Olivos y fueron empleadas como material de construcción y solado en letrinas jordanas.
Los miembros musulmanes de la Knéset (el Parlamento israelí) rechazan el derecho de los cristianos a conservar su herencia única. El 5 de febrero de 2014 la diputada Hanín Zoabi, miembro de la Lista Árabe Unida, amenazó a los representantes cristianos israelíes que hacían presión sobre el Comité de Empleo de la Knéset a favor de una ley que los ayudara para que se estableciera un comité sobre la igualdad laboral en el Ministerio de Economía. Zoabi rechazó su pretensión de ser una etnia independiente, los cristianos arameos. Insistió en imponerles una identidad árabe y palestina. Lo cual era, por supuesto, algo tan falso como que los cristianos insistiéramos en que los árabes musulmanes se consideraran a sí mismos nativos americanos. La ley fue aprobada pese a los esfuerzos de Zoabi y de sus colegas, merced a una coalición de miembros de la Knéset; la inmensa mayoría de los diputados judíos votó a favor.
Este incidente ilustra cómo algunos árabes musulmanes israelíes, mientras piden ayuda a sus vecinos judíos para conservar su propia herencia árabe-musulmana, niegan esos mismos derechos a otras minorías étnicas.
En cambio tratan de imponer la arabización y la palestinización mediante amenazas y el uso de la fuerza. Por ejemplo, en septiembre de 2014 una cristiana aramea, la capitana de las FDI Areen Shaabi, fue acosada por activistas arabo-musulmanes en Nazaret. La amenazaron con gritos de ¡Alá akbar! [Alá es el más grande], y por la noche le rajaron los neumáticos del coche.
El mayor de las FDI Ehab Shlayan, un cristiano arameo de Nazaret, fundador del Foro de Reclutamiento Cristiano, se despertó una mañana de agosto de 2015 para encontrarse con que, durante la noche, le habían puesto una bandera palestina delante te la puerta. En la Nochebuena de 2014 treinta musulmanes que lanzaban piedras y botellas de vidrio atacaron en su casa a un soldado cristiano de 19 años, Majd Rawashdi.
Todo esto es hipocresía al más alto nivel mezclada con racismo.
En su felicitación oficial de Navidad de 2012 a los cristianos de Israel el primer ministro Netanyahu dijo:
Las minorías de Israel, incluidos más de un millón de ciudadanos árabes, siempre gozan de plenos derechos civiles. El Gobierno israelí nunca consentirá que haya discriminación contra las mujeres. La población cristiana de Israel siempre será libre de practicar su religión. Éste es el único lugar de Oriente Medio donde los cristianos son completamente libres de practicar su fe. No tienen que sentir temor, ni tienen que huir. En un momento en el que los cristianos se ven acosados en tantos lugares, en tantos países de Oriente Medio, me siento orgulloso de que los cristianos de Israel sean libres de practicar su religión y de que haya una próspera comunidad cristiana en el país.
Los cristianos y otras minorías de Israel prosperan y crecen, mientras que en otros países de Oriente Medio, incluida la Autoridad Palestina, sufren enormemente debido al movimiento islamista y a la persecución a la que éste los somete, hasta que se vean forzados a desaparecer.
© Versión original (en inglés): Gatestone Institute
© Versión en español: Revista El Medio

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